desastre con el budin se quedarian sin postre.
– ?Como conseguiste ser Julia Child?-pregunto su madre.
– Julia Child esta muerta.
– Nigella Lawson, entonces. Emeril. Lo que sea.
Josie se encogio de hombros, cerro el grifo y se quito los guantes amarillos de plastico.
– Estaba harta de sopa-dijo.
– ?No te dije que no encendieras el horno cuando no estuviera en casa?
– Si, pero no te hice caso.
Una vez, cuando Josie estaba en quinto, los alumnos tuvieron que hacer un puente con palos de polos. La idea era elaborar un diseno que pudiera resistir mucha presion. Josie recordaba haber ido hasta el puente del rio Connecticut para estudiar los arcos, las riostras y los soportes de los puentes reales, intentando reproducirlos luego lo mejor posible. Al final de la asignatura, vinieron dos miembros del Cuerpo de Ingenieros del Ejercito con una maquina especialmente disenada para someter los puentes a peso y presion, y dilucidar cual era el mas fuerte.
Los padres estaban invitados a la prueba. La madre de Josie estaba en el juzgado, la unica madre que no estaba presente ese dia. O eso era lo que habia recordado Josie hasta ese momento, porque luego se acordo de que su madre si habia estado alli…durante los ultimos diez minutos. Se habia perdido la prueba de Josie, durante la cual los palos se astillaron y chirriaron antes de reventar de una manera catastrofica, pero habia llegado a tiempo para ayudarla a recoger los pedazos.
La cacerola plateada brillaba. La botella de leche estaba medio llena.
– Podriamos comenzar de nuevo-sugirio Josie.
Al no obtener respuesta, Josie se dio la vuelta.
– Me gustaria-contesto su madre en voz baja, pero en ese momento ninguna de las dos estaba hablando ya de cocinar.
Alguien llamo a la puerta, y la conexion entre ellas, fragil como una mariposa que se posa en la mano, se rompio.
– ?Esperas a alguien?-pregunto la madre de Josie.
No esperaba a nadie, pero fue a ver de todos modos. Cuando Josie abrio la puerta, se encontro alli al detective que la habia entrevistado.
?No es cierto que los detectives se presentan solo cuando tienes problemas serios?
«Respira, Josie», se dijo a si misma. Pero cuando su madre se acerco a ver quien era, se dio cuenta de que el llevaba una botella de vino.
– Oh-dijo su madre-, Patrick.
«?Patrick?»
Josie se dio la vuelta y vio que su madre se habia ruborizado.
El le dio la botella de vino.
– Ya que parece haber un muro de contencion entre nosotros…
– Bueno-dijo Josie, incomoda-, voy a…estudiar arriba.
Dejo a su madre preguntandose como iba a hacerlo, dado que habia terminado los deberes antes de la hora de cenar.
Subio la escalera de prisa, pisando con fuerza para no oir lo que su madre estaba diciendo. En su habitacion, subio la musica del reproductor de CD al maximo, se tumbo en la cama y se quedo mirando el techo.
El toque de queda de Josie era a medianoche, aunque en esos momentos ni siquiera saliese. Antes, el trato era asi: Matt dejaba a Josie en casa a medianoche. En contrapartida, la madre de Josie desaparecia a partir del momento en que entraban en casa. Se iba al piso de arriba para que ella y Matt pudieran estar a sus anchas en el salon. Josie no tenia ni idea de cual era el razonamiento de su madre para comportarse asi, a menos que considerase que era mas seguro para Josie hacer lo que fuera en su propio salon en lugar de en el coche o bajo las gradas. Recordaba como Matt y ella se habian abrazado en la oscuridad, con sus cuerpos fundiendose mientras median el silencio. Saber que, en cualquier momento, su madre podria bajar por un vaso de agua o una aspirina solo lo hacia mucho mas excitante.
A las tres o las cuatro de la madrugada, con los ojos vidriosos y la barbilla enrojecida por el roce de la incipiente barba de el, Josie daba un beso de buenas noches a Matt en la puerta delantera. Se quedaba mirando las luces traseras del coche mientras desaparecian, como el brillo de un cigarro que se apaga. Subia de puntillas al piso de arriba y pasaba por delante de la habitacion de su madre, pensando: «No tienes ni idea de lo que hago».
– Si no permito que me invites a una copa-dijo Alex-, ?que te hace pensar que aceptare una botella de vino?
Patrick sonrio.
– No te la estoy dando. Voy a abrirla, y tu puedes beber si quieres.
Dicho eso entro en la casa, como si conociera el camino. Entro en la cocina, husmeo dos veces-todavia olia a cenizas de corteza de pizza y a leche quemada-, y empezo a abrir y cerrar cajones al azar hasta que encontro un sacacorchos.
Alex se cruzo de brazos, no porque tuviera frio sino porque no recordaba la ultima vez que habia sentido esa luz interior, como si su cuerpo alojara un segundo sistema solar. Observo a Patrick sacar dos copas de vino de un armario y servirlo.
– Por ser una civil-dijo el brindando.
El vino era delicioso y tenia cuerpo. Era como el terciopelo. Como el otono. Alex cerro los ojos. Le habria gustado aferrarse al momento, ensancharlo y completarlo hasta que cubriese todos los que habia vivido antes.
– Y bien, ?que se siente al estar desempleada?-pregunto Patrick.
Ella permanecio pensativa un momento.
– Hoy he hecho un sandwich de queso gratinado sin quemar la sarten.
– Espero que lo hayas enmarcado.
Alex sonrio, sintiendo que se disolvia en la estela de sus pensamientos.
– ?Alguna vez te sientes culpable?-le pregunto a Patrick.
– ?Por que?
– Por, durante un segundo, casi olvidar todo lo que sucedio.
Patrick dejo su copa.
– A veces, cuando repaso las pruebas y veo una huella, una foto o un zapato que pertenecieron a uno de los chicos que murieron, me tomo cierto tiempo para mirarlo. Parece una tonteria, pero es como si alguien tuviera que hacerlo, de manera que se los recuerde uno o dos segundos mas-dijo mirandola-. Cuando alguien muere, su vida no es la unica que se detiene en ese momento, ?sabes?
Alex vacio de un trago su copa de vino.
– Dime como la encontraste.
– ?A quien?
– A Josie. Ese dia.
Patrick la miro a los ojos, y Alex supo que el estaba sopesando su derecho a saber por lo que su hija habia pasado, frente a su deseo de mantenerla al margen de una verdad que la heriria en lo mas profundo.
– Ella estaba en los vestuarios-contesto en voz baja-. Y pense…pense que tambien estaba muerta, porque estaba cubierta de sangre, boca abajo, junto a Matt Royston. Pero entonces se movio y…-Se le quebro la voz-. Fue lo mas bonito que he visto nunca.
– Sabes que eres un heroe, ?verdad?
Patrick sacudio la cabeza.
– Soy un cobarde. El unico motivo por el cual entre en ese edificio fue porque, de no hacerlo, sabia que tendria pesadillas el resto de mi vida.
Alex se estremecio.
– Yo tengo pesadillas, y ni siquiera estuve alli.
El le quito la copa y le tomo la mano, como si fuera a leerle la palma de la mano.