Minnesota, y ya hay gente que ha oido hablar de mi. Solo me conocen como una de las victimas del Instituto Sterling. No tengo intereses, no tengo personalidad, no tengo historia, excepto la que tu me has dado.

Tengo un promedio de 4 pero las notas ya no me importan. Que sentido tienen. Solia tener suenos, pero ahora no se si ire a la universidad, porque ya no puedo dormir por las noches. Tampoco puedo soportar que la gente se me acerque silenciosamente por detras, ni las puertas golpeando, ni los fuegos artificiales. He estado haciendo terapia un tiempo lo suficientemente largo como para decirte una cosa: nunca mas volvere a poner un pie en Sterling.

Tu me disparaste en la espalda. Los medicos dicen que tuve suerte; si hubiera estornudado o me hubiera vuelto para mirarte, ahora estaria en una silla de ruedas. En cambio, solo tengo que preocuparme por la gente que me mira fijamente cuando me olvido y me pongo una camiseta sin mangas; cualquiera puede ver las cicatrices de la bala y de los tubos del pecho, y los puntos. No me importa; antes me miraban por los granos que tenia en la cara; ahora tienen otro centro de atencion.

He pensado mucho en ti. Creo que deberias ir a la carcel. Es justo, y lo mio no lo es, y hay una especie de equilibrio en eso.

Yo estaba en tu clase de frances, ?lo sabias? Me sentaba en la fila de la ventana, la segunda empezando por atras. Siempre me pareciste misterioso y me gustaba tu sonrisa.

Me hubiera gustado ser tu amiga.

Sinceramente,

ANGELA PHLUG

Peter doblo la carta y la deslizo dentro de la funda de su almohada. Diez minutos despues, volvio a sacarla. Se paso leyendola toda la noche, una y otra vez, hasta que salio el sol; hasta que no necesito ver las palabras para recitarla de memoria.

Lacy se habia vestido para su hijo. Aunque hacia casi treinta grados, llevaba puesto un pulover que habia rescatado de una caja que habia en el desvan, uno rosa de angorina que a Peter le gustaba acariciar como a un gatito cuando era pequenito. Alrededor de la muneca llevaba una pulsera que Peter le habia hecho en cuarto grado, enrollando minusculos pedacitos de revistas para hacer cuentas de colores. Se habia puesto una falda estampada en gris de la que Peter se habia reido una vez diciendo que se parecia a una placa base de computadora. Su cabello estaba pulcramente trenzado, porque recordaba que asi era como lo llevaba la ultima vez que le dio a Peter un beso de buenas noches.

Se hizo una promesa a si misma. Sin importar cuan duro fuera, sin importar cuanto tuviera que llorar a lo largo de su declaracion, no dejaria de mirar a Peter. El seria, lo habia decidido, como las imagenes de blancas playas que las madres parturientas necesitaban mirar a veces como un punto de foco. Su rostro la obligaria a concentrarse, aunque su pulso estuviera alterado y su corazon desbocado; y, al mismo tiempo, le demostraria a Peter que todavia habia alguien mirandole firmemente.

Cuando Jordan McAfee la llamo al estrado, ocurrio una cosa muy extrana. Entro con el alguacil, pero, en lugar de dirigirse hacia el pequeno banco en el que se sentaban los testigos, su cuerpo se movio por si mismo en la otra direccion. Diana Leven sabia adonde se dirigia antes de que Lacy misma lo supiera. Se puso de pie para protestar, pero entonces decidio no hacerlo. Lacy caminaba de prisa; con los brazos caidos a los lados, hasta llegar frente a la mesa de la defensa. Se agacho al lado de Peter, de modo que su rostro era lo unico que podia ver en su rango de vision. Luego levanto la mano izquierda y le toco la cara.

Su piel todavia era tan suave como la de un nino, tibia al tacto. Cuando ahueco la mano para abarcar su mejilla, las pestanas de el le rozaron el pulgar. Habia visitado a su hijo semanalmente en la carcel, pero siempre con una linea divisoria entre ellos. Aquello-el tacto de el bajo sus manos, vital y real-era el tipo de regalo que tienes que sacar de la caja de vez en cuando, sostenerlo alto y mirarlo maravillada, para no olvidar que todavia lo posees. Lacy recordo el momento en que le pusieron por primera vez a Peter en los brazos, todavia manchado de vernix y sangre, su boca roja abierta con el grito del recien nacido, sus brazos y piernas despatarrados en aquel espacio repentinamente infinito. Inclinandose hacia adelante, hizo en esos momentos lo mismo que habia hecho la primera vez que vio a su hijo: cerro los ojos, elevo una plegaria y lo beso en la frente.

El alguacil le toco el hombro.

– Senora-le dijo.

Lacy aparto su mano con un movimiento del hombro y se puso de pie. Camino hacia el estrado, levanto el pestillo de la portezuela y entro.

Jordan McAfee se acerco a ella, sosteniendo una caja de panuelos de papel. Dio la espala al jurado para que no pudieran ver que hablaba.

– ?Esta bien?-susurro. Lacy asintio con la cabeza, miro de frente a Peter y le ofrecio una sonrisa como un sacrificio.

– ?Puede decir su nombre para el registro?-pregunto Jordan.

– Lacy Houghton.

– ?Donde vive?

– En el mil seiscientos dieciseis de la calle Goldenrod Lane, Sterling, New Hampshire.

– ?Quien vive con usted?

– Mi marido Lewis-contesto Lacy-y mi hijo, Peter.

– ?Tiene usted algun otro hijo, senora Houghton?

– Tenia un hijo, Joseph, pero fue muerto por un conductor ebrio hace dos anos.

– ?Puede decirnos-prosiguio Jordan McAfee-cuando fue consciente por primera vez de que algo habia pasado en el Instituto Sterling el seis de marzo?

– Estaba de guardia y habia dormido en el hospital. Soy partera. Al acabar de asistir un parto esa manana, fui a la sala de neonatologia y alli todos estaban reunidos alrededor de la radio. Habia habido una explosion en el instituto.

– ?Que hizo cuando lo escucho?

– Le dije a alguien que me sustituyera y conduje hasta la escuela. Necesitaba asegurarme de que Peter estaba bien.

– ?Como va Peter a la escuela normalmente?

– Conduciendo-dijo Lacy-. Tiene un coche.

– Senora Houghton, hableme de su relacion con Peter.

Lacy sonrio.

– El es mi bebe. Tenia dos hijos, pero Peter siempre fue el mas tranquilo, el mas sensible. Siempre necesitaba un poco mas de estimulo.

– ?Estaban unidos a medida que el crecia?

– Absolutamente.

– ?Como era la relacion de Peter con su hermano?

– Era buena…

– ?Y con su padre?

Lacy dudo. Podia sentir a Lewis en la sala con tanta fuerza como si estuviera a su lado y penso en el caminando bajo la lluvia por el cementerio.

– Creo que Lewis tenia un lazo mas estrecho con Joey, mientras que Peter y yo teniamos mas cosas en comun.

– ?Le hablo Peter alguna vez de los problemas que tenia con otros chicos?

– Si.

– Protesto-dijo la fiscal-. Rumores.

– Denegare la protesta por ahora-respondio el juez-. Pero tenga cuidado con adonde se dirige, senor McAfee.

Jordan se volvio hacia Lacy de nuevo.

– ?Por que cree que Peter podia tener problemas con esos chicos?

– Lo habian elegido porque no era como ellos. No era muy atletico. No le gustaba jugar a policias y ladrones. Era artistico, creativo e imaginativo, y los chicos se reian de el por eso.

– ?Que hizo usted?

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