y, segun todas las apariencias, ha sufrido una ruptura prematura de membranas-dijo el medico-. No tiene fiebre, y la traza del monitor fetal es reactiva. Un aborto inducido es totalmente razonable. Y ademas ella ha firmado la hoja dando su consentimiento.

– Puede que sea razonable, pero no es aconsejable. Es retrasada mental. Ahora mismo no entiende lo que le esta pasando, esta aterrorizada. Y, por descontado, no tiene capacidad para dar su consentimiento.-Lacy giro en redondo-. Voy a llamar al psiquiatra.

– Eso ya lo veremos-dijo el medico, agarrandola por el brazo.

– ?Suelteme!

Aun seguian increpandose mutuamente cuando, al cabo de cinco minutos, se presento un medico del servicio de psiquiatria. El joven que se planto delante de Lacy aparentaba la edad aproximada de Joey.

– Debe de ser una broma-dijo el medico; era el primer comentario que hacia con el que Lacy estaba de acuerdo.

Ambos siguieron al psiquiatra a la habitacion de Kelly. Para entonces, la joven se abrazaba el vientre, hecha un ovillo, sin dejar de gemir.

– Necesita que le pongan la epidural-murmuro Lacy.

– No es seguro ponerla con dos centimetros-replico el medico.

– Me da igual, necesita que se la pongan.

– ?Kelly?-dijo el psiquiatra, agachandose delante de ella-. ?Sabes lo que es una cesarea?

– Aja…-gruno Kelly.

El psiquiatra se puso de pie.

– Tiene capacidad para dar su consentimiento, mientras un juez no dictamine lo contrario.

Lacy se quedo boquiabierta.

– ?Ya esta?

– Tengo otras seis consultas esperando-le espeto el psiquiatra-. Lamento haberla decepcionado.

Mientras el se marchaba, Lacy le solto:

– ?No es a mi a quien ha decepcionado!-Se agacho junto a Kelly y le apreto la mano-. Bueno, bueno. Yo cuidare de ti.-Improviso una oracion dirigida a quienquiera que fuera capaz de mover las montanas en que podian convertirse los corazones de los hombres. Luego alzo la mirada hacia el medico-. Sobre todo, no le haga dano- dijo con suavidad.

El medico se pellizco en el arco de la nariz.

– Dire que le pongan la epidural-suspiro.

Y solo entonces Lacy se dio cuenta de que habia estado aguantando la respiracion.

Lo ultimo que tenia ganas de hacer Josie era salir a cenar con su madre y pasarse tres horas viendo como maitres, cocineros y otros comensales la adulaban. Era la celebracion del cumpleanos de Josie, asi que, la verdad, no entendia por que no podian pedir comida china por telefono y alquilar un video. Pero su madre no dejaba de insistir en que, si se quedaban en casa sin salir, aquello no seria una celebracion ni seria nada. Asi que alli estaba ella, detras de su madre como una dama de honor.

Lo habia ido contando todo: cuatro veces «Encantado de verlas, Su Senoria»; tres veces «Si, Su Senoria»; dos «Es un verdadero placer, Su Senoria». Y una vez: «Para Su Senoria, tenemos la mejor mesa de la casa». Josie habia leido a veces en la revista People que habia famosas a las que siempre les hacian regalos las marcas de bolsos y las zapaterias, y les daban entradas gratis para primeras representaciones en Broadway o para el Yankee Stadium…A fin de cuentas, su madre era una famosa de la ciudad de Sterling.

– No puedo creer-decia su madre-que tenga una hija de doce anos.

– ?Ahora es cuando yo deberia decir que debiste de ser una nina muy precoz?

Su madre se rio.

– Bueno, estaria bien.

– Dentro de tres anos y medio ya podre conducir-senalo Josie.

Su madre golpeo con el tenedor en el plato.

– Gracias por recordarmelo.

El camarero se acerco a la mesa.

– Su Senoria-dijo, depositando una bandeja con caviar delante de la madre de Josie-, el chef desearia obsequiarlas con este aperitivo.

– Que asco, ?huevas de pescado?

– ?Josie!-Su madre dirigio al camarero una sonrisa de apuro-. Por favor, dele las gracias al chef.

Podia sentir la mirada de su madre fija en ella.

– Bueno, ?que?-solto al fin desafiante.

– Nada, solo que le habras parecido una mocosa malcriada, nada mas.

– ?Por que? ?Porque no me gusta tener un monton de embriones de pez delante de las narices? Tu tampoco te los comes. Yo al menos he sido sincera.

– Y yo he sido discreta-dijo su madre-. ?No te parece que es posible que ahora el camarero vaya y le diga al chef que menuda hija tiene la jueza Cormier?

– ?Y eso deberia importarme?

– A mi me importa. Lo que tu haces repercute en mi, y yo tengo una reputacion que proteger.

– ?Reputacion de que? ?De alguien a quien le gusta que le hagan la corte?

– De alguien que esta fuera del alcance de las criticas tanto dentro como fuera del tribunal.

Josie ladeo la cabeza.

– ?Y si yo hiciera algo malo?

– ?Malo? ?Como de malo?

– Digamos…que fumara droga, por ejemplo-dijo Josie.

Su madre se quedo petrificada.

– ?Hay algo que quieras contarme, Josie?

– Por Dios, mama, no fumo droga. Lo decia en sentido hipotetico.

– Porque ya sabras que ahora que estas en la secundaria te encontraras con chicos y chicas que hacen cosas peligrosas…o simplemente estupidas…Y espero que tu seas…

– …lo bastante fuerte como para saber decir que no-concluyo Josie, imitandola con burla-. Ya. Captado. Pero ?y si no fuera asi, mama? ?Y si llegas un dia a casa y me encuentras colocada en la sala de estar? ?Me entregarias?

– ?Que quieres decir con, si te entregaria?

– A la poli. Si llamarias a la policia y les ensenarias…-Josie sonrio de medio lado-…?mi montoncito de hachis!

– No-dijo su madre-. No te denunciaria.

Cuando era mas pequena, Josie pensaba que al crecer se pareceria a su madre: huesos delicados, pelo oscuro, ojos claros. En sus rasgos habia todos esos elementos, pero al ir haciendose mayor habia empezado a parecerse a otra persona totalmente diferente, alguien a quien ella no habia llegado a conocer. A su padre.

Se preguntaba si su padre, al igual que la propia Josie, era capaz de memorizar las cosas en un instante, y de imaginarlas en la pagina simplemente cerrando los ojos. Se preguntaba si su padre desafinaba al cantar y si le gustaban las peliculas de miedo. Se preguntaba si tenia las cejas en linea recta, tan diferentes de los delicados arcos de las cejas de su madre.

Se preguntaba, punto.

– Si no me denuncias porque soy tu hija-insistio Josie-, entonces no estarias siendo justa, ?no?

– En ese caso estaria actuando como madre, no como jueza.-Su madre paso la mano por encima de la mesa y le toco en el brazo, lo cual le resulto raro, pues en general no era de esas personas toconas-. Josie, siempre que quieras puedes acudir a mi, ya lo sabes, ?verdad? Cuando necesites hablar, yo te escucho. No te vas a meter en un lio con la justicia por decirmelo…no si tu eres la implicada, ni siquiera si lo fueran tus amigos.

Para ser del todo sincera, Josie no tenia muchos. Estaba Peter, a quien conocia desde siempre…A pesar de que Peter ya no iba a su casa ni viceversa, seguian juntandose en el colegio, y era la ultima persona en el mundo a la que Josie imaginaria haciendo algo ilegal. Sabia de sobra que una de las razones por las que las demas chicas excluian a Josie del grupo era porque ella siempre salia en defensa de Peter, pero se decia a si misma que

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