l:href='#n_4' type='note'>[4] y a continuacion la voz de bajo de Howard y la bronca voz de contralto de Maureen:

The old home town looks the same, As I step down from the train…[5]

Gavin fue el unico que oyo las risas y los resoplidos, pero al darse la vuelta lo unico que vio fue la puerta de la cocina, que oscilaba un poco sobre los goznes.

Miles se habia acercado a charlar con Aubrey y Julia Fawley, que habian llegado tarde prodigando sonrisas para excusar su retraso. Gavin se sentia atenazado por aquella mezcla de temor y ansiedad con la que ya se estaba familiarizando. Su breve sueno de libertad y felicidad se habia enturbiado por obra de aquellas dos amenazas: que Gaia contara lo que el le habia dicho a su madre y que Mary se marchara de Pagford para siempre. ?Que podia hacer?

Down the lane I walk, with my sweet Mary, Hair of gold and lips like cherries…[6]

—?Y Kay? ?No ha venido?

Era Samantha; se apoyo en la mesa, a su lado, con una sonrisita de suficiencia.

—Ya me lo has preguntado —dijo Gavin—. No.

—?Va todo bien entre vosotros?

—?Es asunto tuyo?

Lo dijo sin pensar; estaba harto de que Samantha intentara sonsacarle informacion y se burlara de el. Por una vez, estaban los dos solos; Miles seguia ocupado con los Fawley.

Ella fingio que su actitud la sorprendia. Tenia los ojos enrojecidos y hablaba despacio; por primera vez, Gavin se sintio mas disgustado que intimidado.

—Lo siento. Yo solo…

—Ya, solo preguntabas —dijo el, mientras Howard y Maureen se balanceaban cogidos del brazo.

—Me gustaria verte sentar la cabeza. Kay y tu haciais buena pareja.

—Ya. Es que aprecio mi libertad. No conozco a muchas parejas felizmente casadas.

Samantha habia bebido demasiado para captar toda la carga de esa indirecta, pero tuvo la vaga impresion de que se la habian lanzado.

—Los matrimonios son un misterio para los de fuera —dijo con cautela—. Solo los entienden las dos personas implicadas. Asi que no deberias juzgar, Gavin.

—Gracias por el consejo —repuso el, y, agotada su capacidad de aguante, dejo la lata de cerveza vacia en la mesa y se dirigio hacia el guardarropa.

Samantha lo miro marcharse, convencida de que habia ganado el asalto, y centro la atencion en su suegra, a la que veia entre la muchedumbre, contemplando la actuacion de Howard y Maureen. Saboreo la rabia de Shirley, reflejada en la sonrisa mas tensa y fria que habia esbozado en toda la noche. Howard y Maureen habian cantado juntos muchas veces a lo largo de los anos; a el le encantaba cantar, y ella habia hecho los coros de un grupo de musica folklorica. Cuando termino la cancion, Shirley dio una sola palmada; lo hizo como si llamara a un lacayo, y Samantha solto una carcajada y se dirigio hacia el extremo de la mesa donde estaba el bar, pero se llevo un chasco al ver que el chico de la pajarita ya no se hallaba alli.

Andrew, Gaia y Sukhvinder seguian desternillandose en la cocina. Se reian del dueto de Howard y Maureen, y por haberse bebido dos tercios de la botella de vodka; pero sobre todo se reian por el placer de reir, contagiandose unos a otros hasta que ya no se tenian en pie.

La ventanita que habia encima del fregadero, entreabierta para que la cocina se airease, se acabo de abrir y la cabeza de Fats asomo por ella.

—Buenas noches —dijo.

Resulto evidente que se habia subido a algo que habia fuera, porque, a medida que su cuerpo iba apareciendo por la ventana, se oian chirridos y, finalmente, el golpazo de un objeto pesado. Fats aterrizo por fin en el escurridero y tiro varios vasos, que se rompieron contra el suelo.

Sukhvinder salio de la cocina sin decir nada. A Andrew tampoco le hizo ninguna gracia ver a Fats alli. Gaia fue la unica que permanecio impasible. Sin parar de reir, dijo:

—Hay una puerta, no se si lo sabes.

—?En serio? —dijo Fats—. ?Que tenemos para beber?

—Esto es nuestro —dijo Gaia, y abrazo la botella de vodka—. La ha birlado Andy. Tendras que buscarte la vida.

—Vale —repuso Fats con serenidad, y salio por la puerta hacia la sala.

—Voy al lavabo —mascullo Gaia; escondio la botella de vodka bajo el fregadero y se marcho tambien de la cocina.

Andrew salio tambien. Sukhvinder habia vuelto a la zona de la barra y Fats estaba apoyado en la mesa, con una cerveza en una mano y un bocadillo en la otra.

—Me sorprende que hayas venido a una cosa asi —dijo Andrew.

—Me han invitado, tio. Lo ponia en la invitacion: «Familia Wall.»

—?Sabe Cuby que estas aqui?

—Ni idea. Esta escondido. No ha conseguido la plaza de Barry. Ahora todo el tejido social se vendra abajo, porque Cuby no estara alli para sostenerlo. ?Joder! ?Esto es asqueroso! —anadio, y escupio el trozo de bocadillo que tenia en la boca—. ?Vamos a fumar?

En la sala habia tanto ruido, y los invitados estaban tan borrachos y gritaban tanto, que a nadie debia de importarle ya lo que hiciera Andrew. Cuando salieron a la calle, encontraron a Patricia Mollison sola junto a su deportivo, fumando y contemplando un cielo colmado de estrellas.

—Coged de estos si quereis —dijo, ofreciendoles su paquete.

Despues de encenderles los cigarrillos, siguio alli de pie, tan tranquila, con una mano en el bolsillo. Tenia algo que a Andrew lo intimidaba; ni siquiera se atrevia a mirar a Fats para evaluar su reaccion.

—Me llamo Pat —dijo ella al cabo de un rato—. Soy la hija de Howard y Shirley.

—Hola. Yo Andrew.

—Y yo Stuart —dijo Fats.

No parecia que la joven tuviera intencion de prolongar la conversacion. Andrew lo interpreto como una especie de cumplido e intento emular su indiferencia. Entonces, unos pasos y unas voces femeninas amortiguadas interrumpieron el silencio.

Gaia arrastraba a Sukhvinder tirandole de una mano. Iba riendo, y Andrew se percato de que su borrachera todavia no habia alcanzado el punto algido.

—Oye, tio —le dijo Gaia a Fats—, ?por que eres tan capullo con Sukhvinder?

—Vale ya —dijo esta intentando liberarse de su mano—. En serio, sueltame…

—?Es la verdad! —dijo Gaia con voz entrecortada—. ?Eres un capullo! ?Eres tu el que le pone cosas en Facebook?

—?Vale ya! —grito Sukhvinder.

Consiguio soltarse y volvio corriendo a la fiesta.

—Eres un cerdo —le espeto Gaia sujetandose a la verja—. Eso de llamarla lesbiana…

—No hay nada malo en ser lesbiana —tercio Patricia entornando los ojos detras del humo al inhalar—. Pero yo que voy a decir.

Andrew se fijo en que Fats la miraba de reojo.

—Yo nunca he dicho que hubiera nada malo en serlo. Solo son bromas —dijo Fats.

Gaia, con la espalda apoyada en la verja, resbalo hasta quedar sentada en la fria acera y se tapo la cabeza

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