Odio nuestra vida de mierda y odio a tus malditos padres…

—Pues no te importa que paguen la educacion de las ninas…

—… odio ver como te conviertes en tu padre ante mis narices…

—… lo que pasa es que no soportas verme feliz cuando tu no lo eres…

—… cuando a mi querido esposo le importa un cuerno lo que yo siento…

—… podrias hacer muchas cosas, pero prefieres quedarte sentada en el sofa poniendo mala cara…

—… no pienso seguir quedandome sentada en el sofa, Miles…

—… no voy a pedir perdon por implicarme en la comunidad…

—… bueno, pues lo que dije es lo que pienso: ?no le llegas a la suela del zapato a Barry!

—?Que? —salto el, y al levantarse volco la silla mientras Samantha iba hacia la puerta.

—?Ya me has oido! —le grito—. Como decia en mi carta, Miles, no le llegas a la suela del zapato a Barry Fairbrother. El era sincero.

—?Tu carta?

—Si —dijo ella casi sin aliento, con una mano en el picaporte—. Esa carta anonima la envie yo. Una noche que bebi de mas mientras tu hablabas por telefono con tu madre. —Abrio la puerta y agrego—: Y que sepas que tampoco te vote.

La expresion de Miles le produjo una gran turbacion. En el recibidor se calzo unos zuecos, lo primero que encontro, y salio a la calle antes de que el pudiera alcanzarla.

IX

El trayecto en autobus traslado a Krystal a su infancia. Cuando estudiaba en el St. Thomas lo hacia todos los dias, sola. Sabia cuando apareceria la abadia y se la senalo a Robbie.

—?Ves el castillo en ruinas?

Robbie tenia hambre, pero la emocion de ir en autobus lo distrajo un poco. Krystal le sujetaba la mano con fuerza. Le habia prometido comprarle algo de comer cuando llegaran a su destino, pero no sabia como lo conseguiria. Quiza pudiera pedirle dinero prestado a Fats para una bolsa de patatas fritas, y tambien para el billete de vuelta.

—Yo iba a ese colegio —le dijo a su hermano mientras el hacia dibujos abstractos con un dedo en la sucia ventanilla—. Y tu tambien iras.

Cuando la realojaran a causa de su embarazo, muy probablemente le facilitarian otra vivienda en los Prados; nadie queria comprarlas porque estaban muy deterioradas. Pero, pese al mal estado de esas casas, Krystal lo consideraba una ventaja, porque podria matricular a Robbie y el bebe en el St. Thomas. Ademas, seguro que los padres de Fats le darian dinero para una lavadora cuando naciera su nieto. Quiza hasta le compraran un televisor.

El autobus bajaba por una cuesta hacia Pagford, y Krystal entrevio el reluciente rio, que asomo brevemente antes de que la carretera descendiera demasiado. Cuando habia empezado a entrenar con el equipo de remo, la habia decepcionado no hacerlo en el Orr, sino en el sucio canal de Yarvil.

—Ya hemos llegado —le dijo a Robbie cuando el autobus entro lentamente en la plaza engalanada con flores.

Fats no habia caido en que esperar delante del Black Canon significaba estar enfrente de Mollison y Lowe y La Tetera de Cobre. Todavia faltaba mas de una hora para el mediodia, que era cuando abria la cafeteria los domingos, pero Fats no sabia a que hora empezaba a trabajar Andrew. Esa manana no le apetecia encontrarse con su amigo, asi que se quedo junto a la fachada lateral del pub, donde no pudieran verlo, y no salio hasta que vio llegar y detenerse el autobus. Cuando este volvio a arrancar, Krystal aparecio en la acera con un nino pequeno y sucio cogido de la mano.

Desconcertado, fue hacia ellos.

—Es mi hermano —dijo la chica con brusquedad, en respuesta a algo que detecto en la cara de Fats.

Este tuvo que recordarse lo que significaba una vida dura y autentica. Lo habia tentado brevemente la idea de dejar embarazada a Krystal (y demostrarle a Cuby lo que los hombres de verdad son capaces de conseguir sin esfuerzo, con toda naturalidad), pero aquel crio agarrado a la mano y la pierna de su hermana lo habia desconcertado.

Fats lamento haber aceptado quedar alli con Krystal. Lo hacia parecer ridiculo. Ahora que la veia en la plaza, habria preferido volver a aquella casa apestosa y sordida.

—?Tienes dinero? —le pregunto Krystal.

—?Que?

El cansancio le impedia pensar con claridad. Ya no se acordaba de por que habia querido pasar toda la noche despierto; habia fumado tanto que le dolia la lengua.

—Dinero —repitio Krystal—. Tiene hambre, y he perdido un billete de cinco. Luego te lo devuelvo.

Fats metio una mano en el bolsillo de los vaqueros y palpo un billete arrugado. No sabia muy bien por que, pero delante de Krystal no queria que pareciera que le sobraba el dinero, asi que hurgo un poco mas en busca de cambio, y al final saco unas monedas.

Fueron al quiosco que habia a dos calles de la plaza, y Fats se quedo en la acera mientras Krystal le compraba a Robbie patatas fritas y un paquete de Rolos. Nadie dijo nada, ni siquiera Robbie, quien parecia temer a Fats. Al final, cuando Krystal le hubo dado las patatas a su hermano, le dijo a Fats:

—?Adonde vamos?

No podia ser que estuviera proponiendole echar un polvo con el nino alli. Le habia pasado por la cabeza llevarla al Cubiculo: era un sitio que solo conocian Andrew y el, y representaria la profanacion definitiva de su amistad; ya no le debia nada a nadie. Pero rechazo la idea de echar un polvo delante de un nino de tres anos.

—No nos molestara —anadio Krystal—. Ya tiene sus chocolatinas. No, luego —le dijo a Robbie, que gimoteaba para que su hermana le diera los Rolos—. Cuando te hayas terminado las patatas.

Echaron a andar hacia el viejo puente de piedra.

—No nos molestara —repitio ella—. Es muy obediente. ?Verdad? —le dijo en voz alta a Robbie.

—Quiero chocolate —dijo el nino.

—Dentro de un rato.

Krystal se dio cuenta de que ese dia Fats necesitaba un empujoncito. En el autobus ya habia pensado que llevar a Robbie con ella, aunque fuera necesario, seria complicado.

—?Que te cuentas? —le pregunto.

—Anoche fui a una fiesta —contesto el.

—?Ah, si? ?Quien estaba?

Fats solto un gran bostezo y Krystal se quedo esperando su respuesta.

—Arf Price. Sukhvinder Jawanda. Gaia Bawden.

—?Esa vive en Pagford? —pregunto Krystal con aspereza.

—Si, en Hope Street.

Lo sabia porque a Andrew se le habia escapado. Andrew nunca le habia dicho que le gustara, pero en las pocas clases que tenian en comun, Fats se habia fijado en que no le quitaba ojo y en lo cohibido que se mostraba en presencia de la chica o cuando alguien la mencionaba.

En cambio, Krystal pensaba en la madre de Gaia, la unica asistente social que le habia caido bien, la unica que habia conseguido que Terri la escuchara. Vivia en Hope Street, igual que la abuelita Cath. Seguramente estaria alli ahora. ?Y si…?

Pero Kay las habia dejado tiradas. Ahora Mattie volvia a ser su asistente social. Ademas, se suponia que uno no debia molestarlas cuando estaban en su casa. En cierta ocasion, Shane Tully siguio a su asistente social hasta su casa, y se gano una orden de alejamiento. Claro que anteriormente habia amenazado con lanzarle un ladrillo contra el parabrisas del coche…

De todas formas, razono Krystal entornando los ojos cuando el camino describio una curva y el rio la deslumbro con un millar de cegadores puntitos de luz, Kay seguia siendo la portadora de carpetas, la que llevaba

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