—Krystal le ha dicho a la policia que estabais los dos en los matorrales. Dejasteis que el crio se las arreglara solo, ?no?

Fats se quedo sin habla. No podia creer que su madre fuese tan cruel. ?Acaso no entendia la desolacion que lo devoraba, lo horrorizado y desgraciado que se sentia?

—Bueno, pues espero que al menos la hayas dejado embarazada —espeto Tessa—. Asi tendra algo por lo que vivir.

Cada vez que doblaban una esquina, Fats pensaba que lo llevaba a casa. Habia temido enfrentarse a Cuby, pero ahora no veia diferencia alguna entre sus padres. Deseaba bajarse del coche, pero Tessa habia bloqueado las puertas.

Sin previo aviso, ella viro bruscamente y freno. Fats, agarrado a los costados del asiento, vio que estaban en un area de descanso de la carretera de circunvalacion de Yarvil. Temiendo que le ordenara bajarse, volvio su hinchado rostro hacia Tessa.

—Tu madre biologica —dijo ella, mirandolo como no lo habia hecho nunca, sin lastima ni carino— tenia catorce anos. Era, segun nos dijeron, de clase media, una chica muy lista. Se nego rotundamente a revelar quien era el padre. Nadie supo si trataba de proteger a un novio menor de edad o algo peor. Nos contaron todo eso por si tu tenias algun tipo de problema mental o fisico. —Y con toda claridad, como una profesora que pone enfasis en un tema que sin duda saldra en el examen, anadio—: Por si eras el resultado de un incesto.

Fats se encogio para alejarse de ella. Habria preferido que le pegaran un tiro.

—Yo estaba ansiosa por adoptarte —continuo—. Casi desesperada. Pero papa estaba muy enfermo. Me dijo: «No puedo hacerlo. Me da miedo hacerle dano a un bebe. Necesito estar mejor antes de que hagamos una cosa asi, no puedo mejorar teniendo un nino en casa.»

»Pero yo estaba tan decidida a tenerte que lo presione para que mintiera, para que les dijera a los asistentes sociales que estaba bien, y que fingiera ser un hombre feliz y normal. Te llevamos a casa, diminuto y prematuro como eras, y la quinta noche despues de tu llegada, papa se levanto de la cama, fue al garaje, puso una manguera en el tubo de escape del coche y trato de suicidarse, porque estaba convencido de que te asfixiaria. Y estuvo a punto de morir.

»De manera que puedes culparme a mi del mal comienzo que tuvisteis tu padre y tu, y quiza de todo lo que ha pasado desde entonces. Pero te digo una cosa, Stuart: tu padre se ha pasado la vida enfrentandose a cosas que nunca hizo. No espero que comprendas la clase de valentia que eso supone. —Y entonces, la voz se le quebro, y Fats finalmente oyo a la madre que conocia—. Pero el te quiere, Stuart.

Tessa anadio esa mentira sin poder evitarlo. Esa noche, por primera vez, estaba convencida de que era en efecto una mentira, y de que todo lo que ella habia hecho en su vida, diciendose que era lo mejor, solo habia sido ciego egoismo que habia generado confusion y desorden por doquier. «Pero ?quien puede soportar saber que estrellas estan ya muertas? —se dijo, alzando la vista hacia el cielo nocturno—. ?Podria alguien aguantar que todas lo estuvieran?»

Giro la llave en el contacto, metio la marcha con un chirrido y volvio a salir a la carretera de circunvalacion.

—No quiero ir a los Prados —dijo Fats, aterrado.

—No vamos alli. Te llevo a casa.

IV

La policia habia encontrado por fin a Krystal Weedon cuando corria inutilmente por la ribera del rio, ya en las afueras de Pagford, llamando aun a su hermano con la voz quebrada. La agente que se le acerco la llamo por su nombre e intento darle la noticia con delicadeza, pero Krystal trato de apartarla de si a empujones. La agente tuvo que meterla en el coche practicamente a la fuerza. Krystal no habia visto a Fats desaparecer entre los arboles; para ella, ya no existia.

Los policias llevaron a Krystal a casa, pero cuando llamaron a la puerta, Terri se nego a abrirles. Los vio a traves de una ventana del piso de arriba y creyo que su hija habia hecho algo impensable e imperdonable: revelarle a la pasma la existencia de las bolsas de hachis de Obbo. Arrastro las pesadas bolsas hasta el piso de arriba mientras la policia aporreaba la puerta, y solo abrio cuando considero que ya no podia postergarlo mas.

—?Que quieren? —exclamo, a traves de un resquicio de un par de centimetros.

La agente pidio tres veces que la dejara pasar, y Terri se nego otras tantas, exigiendo saber que querian. Varios vecinos habian empezado a escudrinar a traves de las ventanas.

—Se trata de su hijo Robbie —dijo la agente por fin, pero Terri ni siquiera asi entendio que pasaba.

—Esta bien, no le pasa nada. Esta con Krystal —contesto.

Pero entonces vio a Krystal, que se habia negado a quedarse en el coche y habia recorrido ya medio sendero de entrada. La mirada de Terri descendio por su hija hasta el sitio en que Robbie deberia haber estado agarrado a ella, asustado ante aquellos desconocidos.

Acto seguido salio de la casa hecha una furia, con las manos tendidas como garras, y la agente tuvo que cogerla por la cintura y apartarla de Krystal, impidiendo que le aranara la cara.

—?Zorra, hijaputa, ?que le has hecho a Robbie?!

La chica esquivo a las dos mujeres que forcejeaban, salio corriendo hacia la casa y cerro de un portazo detras de si.

—Maldita sea —murmuro la agente por lo bajo.

A varios kilometros de alli, en Hope Street, Kay y Gaia Bawden estaban frente a frente en el pasillo a oscuras. Ninguna de las dos era lo bastante alta como para cambiar la bombilla que llevaba dias fundida, y no tenian escalera. Habian pasado casi todo el dia discutiendo, haciendo unas fragiles paces y volviendo a discutir. Finalmente, cuando la reconciliacion parecia inminente, ya que Kay habia admitido que ella tambien odiaba Pagford y que todo habia sido un error, y cuando habia dicho que intentaria conseguir volver a Londres, le sono el movil.

—El hermano de Krystal Weedon se ha ahogado —susurro Kay tras hablar con Tessa.

—Vaya —respondio Gaia. Era consciente de que deberia expresar lastima, pero temia dejar la discusion sobre Londres antes de que su madre se comprometiera—. Que pena —anadio con un hilo de voz.

—Ha sucedido en Pagford, aqui mismo. Krystal estaba con el hijo de Tessa Wall.

Gaia se sintio aun mas avergonzada de haber dejado que Fats Wall la besara. Su boca tenia un sabor horrible, a cerveza y tabaco, y habia intentado meterle mano. Si al menos se hubiese tratado de Andy Price… Y Sukhvinder llevaba todo el dia sin contestar a sus mensajes.

—Estara destrozada —dijo Kay con la mirada perdida.

—Pero tu no puedes hacer nada, ?no? —solto Gaia.

—Bueno…

—?Ya estamos otra vez! ?Siempre lo mismo! ?Tu ya no eres su asistente social! —Y pateando el suelo como hacia de pequena, anadio a voz en cuello—: ??Que pasa conmigo?!

En Foley Road, la agente de policia habia llamado a un asistente social de guardia. Terri se debatia y chillaba y trataba de aporrear la puerta de la casa mientras, del otro lado, se oia ruido de muebles arrastrados para formar una barricada. Los vecinos iban asomandose a sus puertas, un publico fascinado por el arrebato de Terri. En sus gritos incoherentes y la actitud ominosa de la policia, los curiosos adivinaron el motivo.

—Se ha muerto el nino —se decian unos a otros.

Nadie se acerco a ofrecer consuelo o palabras tranquilizadoras. Terri Weedon no tenia amigos.

—Ven conmigo —le pidio Kay a su obstinada hija—. Voy a la casa a ver si puedo hacer algo. Yo me llevaba bien con Krystal. Esa chica no tiene a nadie.

—?Apuesto a que estaba follando con Fats Wall cuando ha ocurrido! —exclamo Gaia.

Pero fue su ultima protesta. Al cabo de unos minutos se estaba poniendo el cinturon en el viejo Vauxhall de Kay, contenta, a pesar de todo, de que su madre le hubiese pedido que la acompanara.

Sin embargo, para cuando llegaron a la carretera de circunvalacion, Krystal habia encontrado lo que buscaba: una bolsita de heroina escondida en el armario del lavadero, la segunda de las dos que Obbo le habia

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