llegaron a casa, golpeo y pateo cada centimetro de su cuerpo que pudo alcanzar.)
—??Has visto a Obbo?! —le grito Terri a la vecina de este desde una distancia de cincuenta metros—. ?Ha vuelto?
—No se —respondio la mujer dandose la vuelta.
(Cuando Michael no pegaba a Terri, le hacia las otras cosas, esas cosas de las que ella no podia hablar. La abuelita Cath no volvio nunca mas. Terri se escapo a los trece anos, pero no a casa de la abuelita, no queria que su padre la encontrara. La atraparon de todas formas, y paso a manos de Proteccion de Menores.)
Terri aporreo la puerta de Obbo y espero. Volvio a llamar, pero nadie acudio. Se dejo caer en el peldano de la puerta, temblando, y se echo a llorar.
Dos chicas del Winterdown que habian faltado a clase la miraron al pasar.
—?Esa es la madre de Krystal Weedon! —dijo una bien alto.
—??La fulana?! —exclamo la otra a voz en cuello.
Terri no tuvo fuerzas para insultarlas, porque estaba llorando a moco tendido. Soltando bufidos y risitas, las chicas siguieron su camino.
—?Puta! —le grito una de ellas desde el final de la calle.
III
Gavin podria haberle dicho a Mary que pasara por su despacho para hablar del mas reciente intercambio de cartas con la compania de seguros, pero prefirio ir a verla a su casa. No habia fijado ninguna cita a partir de media tarde, por si ella le ofrecia quedarse a cenar; era una cocinera estupenda.
El contacto regular con Mary habia acabado por disipar la instintiva tendencia de Gavin a rehuir la tristeza del duelo que ella sobrellevaba. Mary siempre le habia gustado, pero Barry la eclipsaba cuando estaban juntos. Lo cierto es que a ella nunca parecio sentarle mal el papel protagonista de su marido; por el contrario, se habria dicho que estaba encantada de ser una bonita figura decorativa, contenta de reirle los chistes, contenta, simplemente, de estar con el.
Gavin dudaba que Kay se sintiese satisfecha desempenando un papel secundario. Cuando subia por Church Row rascando las marchas, se dijo que Kay consideraria una ofensa la menor sugerencia de que cambiara su conducta o se reservara sus opiniones por el bien del placer, la felicidad y la autoestima de su pareja.
Tenia la sensacion de que nunca habia sido tan poco feliz en una relacion. Incluso en la ultima epoca de su deteriorado noviazgo con Lisa, hubo treguas temporales, risas, repentinos y conmovedores recordatorios de tiempos mejores. En cambio, la situacion con Kay se parecia a una guerra. A veces, el olvidaba que supuestamente se profesaban afecto. ?Le gustaba siquiera a Kay?
La peor pelea hasta la fecha la habian tenido por telefono la manana siguiente a la cena en casa de Miles y Samantha. Ella habia acabado colgandole. El habia pasado veinticuatro horas pensando que su relacion habia terminado y, aunque era lo que queria, habia sentido mas temor que alivio. En sus fantasias, Kay desaparecia simplemente de vuelta a Londres, pero la realidad era que se habia amarrado a Pagford con un empleo y una hija en Winterdown. El pueblo era pequeno, y Gavin se enfrentaba a la perspectiva de toparse con ella en todas partes. Quiza Kay estaba envenenando ya el pozo de los cotilleos en su contra; la imaginaba repitiendole a Samantha las cosas que le habia dicho a el por telefono, o contandoselas a aquella vieja entrometida de la tienda de delicatessen que le ponia los pelos de punta.
«He desarraigado a mi hija, he dejado mi trabajo y me he trasladado aqui por ti, y me tratas como a una fulana a la que no tienes que pagar.»
La gente juzgaria que se habia portado mal con ella. Bueno, quiza si se habia portado mal. Seguro que hubo algun punto crucial en el que habria podido echarse atras, pero no lo habia visto.
Paso el fin de semana entero dandole vueltas a como le sentaria que lo consideraran el malo de la pelicula. Nunca habia representado ese papel. Cuando Lisa lo dejo, todos se habian mostrado atentos y comprensivos con el, en especial los Fairbrother. Fue presa de la culpa y el miedo hasta que, el domingo por la noche, se derrumbo y llamo a Kay para disculparse. Ahora volvia a estar donde no queria, y odiaba a Kay por ello.
Aparco el coche en el sendero de entrada de los Fairbrother, como habia hecho tan a menudo en vida de Barry, y al caminar hacia la puerta advirtio que habian cortado el cesped desde su ultima visita. Cuando llamo al timbre, Mary le abrio casi al instante.
—Hola, ?que tal…? Mary, ?que pasa?
Ella, con los ojos enrojecidos y las mejillas surcadas de lagrimas, trago saliva un par de veces negando con la cabeza. Y entonces, sin saber del todo como, Gavin se encontro estrechandola entre sus brazos en el umbral.
—?Mary? ?Ha ocurrido algo?
Noto que asentia con la cabeza. Muy consciente de lo expuestos que estaban, de la calle a sus espaldas, la hizo entrar con suavidad. La notaba menuda y fragil en sus brazos; ella lo aferraba con los dedos y apretaba la cara contra su abrigo. Gavin intento dejar el maletin con suavidad, pero el ruido que provoco al dar contra el suelo la hizo apartarse de el, llevandose las manos a la cara, jadeante.
—Lo siento… lo siento… Oh, Dios mio, Gav…
—?Que ha pasado? —La voz de Gavin sono diferente: convincente e imperiosa, como la de Miles cuando habia alguna crisis en el trabajo.
—Alguien ha puesto… no se como… alguien ha puesto el nombre de Barry…
Le indico que pasara al estudio de la casa, abarrotado, desordenado y acogedor, con los antiguos trofeos de remo de Barry en las estanterias y una gran fotografia enmarcada de ocho chicas adolescentes con los punos en alto y medallas al cuello. Mary senalo la pantalla del ordenador con un dedo tembloroso. Sin quitarse el abrigo, Gavin se dejo caer en la silla y miro fijamente el foro de la pagina web del concejo parroquial de Pagford.
—Esta manana es… estaba en la tienda de delicatessen y Maureen Lowe me ha dicho que mucha gente ha colgado mensajes de condolencia en la pagina… Asi que iba a en… enviar un mensaje de a… agradecimiento. Y… mira…
Gavin lo vio mientras ella hablaba. Simon Price, no apto para presentarse al concejo, colgado por El Fantasma de Barry Fairbrother.
—Madre mia —solto asqueado.
Mary se echo a llorar otra vez. Gavin tuvo ganas de volver a abrazarla, pero temio hacerlo, especialmente en aquella habitacion donde la presencia de Barry era tan palpable. Se conformo con asirle la fina muneca y conducirla por el pasillo hasta la cocina.
—Necesitas una copa —le dijo con aquel tono imperioso que le resultaba tan raro—. A la porra el cafe. ?Donde estan las bebidas de verdad?
Pero se acordo antes de que Mary contestara: habia visto a Barry sacar las botellas del armario muchas veces. Le preparo entonces un gin-tonic corto, que era lo unico que le habia visto tomar antes de cenar.
—Gav, son las cuatro de la tarde.
—?Y que mas da? —repuso el con su nueva voz—. Vamos, tomatelo.
Una risa un poco trastornada interrumpio los sollozos de Mary; acepto el vaso y bebio un sorbo. Gavin cogio el rollo de papel de cocina para secarle la cara y los ojos.
—Que bueno eres, Gav. ?Tu no quieres nada? ?Un cafe o… o una cerveza? —pregunto ella, riendo debilmente otra vez.
El mismo saco un botellin de la nevera, se quito el abrigo y se sento frente a Mary, a la isla del centro de la cocina. Al cabo de un rato, cuando se hubo tomado casi toda la copa, Mary volvio a ser la de siempre, serena y comedida.
—?Quien crees tu que habra sido? —pregunto.
—Algun cabronazo —repuso Gavin.
—Ahora estan todos peleandose por su plaza en el concejo. Y discutiendo sobre los Prados, como de costumbre. Y el sigue ahi, metiendo baza. El Fantasma de Barry Fairbrother. A lo mejor es el realmente quien esta colgando esos mensajes.
Gavin no supo si lo decia en broma y decidio esbozar una leve sonrisa que podia borrar con facilidad.