—Hay varias familias de los Prados adscritas a nuestro consultorio —contesto Parminder sin vacilar—. Pero ?no hubo algun problema con los Weedon y su anterior…?

—Si, los echaron del consultorio de Cantermill —confirmo Kay, que tenia delante un fajo de notas mas grande que el de sus colegas—. Terri agredio a una enfermera. Por eso les asignaron el consultorio de Pagford. ?Cuanto tiempo hace de eso?

—Casi cinco anos —respondio Parminder, que habia recabado todos los datos en el consultorio.

(Habia visto a Howard en la iglesia, el dia del funeral de Barry, con sus gruesas manazas recogidas, fingiendo que rezaba, y a los Fawley arrodillados a su lado. Parminder sabia en que creian los cristianos. «Ama a tu projimo como a ti mismo…» Si Howard hubiera sido mas sincero, se habria vuelto hacia un lado y le habria rezado a Aubrey…

«Hasta el dia de mi muerte estuvo enamorada de mi, y cuando me veia no podia disimular sus sentimientos…»

?Seria verdad que no habia podido disimularlo?)

—?… la ultima vez que lo ha visto, Parminder? —estaba preguntando Kay.

—Cuando su hermana lo trajo para que le recetaramos antibioticos para una otitis. Hara unas ocho semanas.

—?Y como lo encontro? —pregunto otra de las presentes.

—La verdad es que su crecimiento es normal —dijo Parminder, y saco unas fotocopias de su bolso—. Le hice una exploracion concienzuda, porque… bueno, conozco el historial de la familia. Tenia un peso adecuado, aunque supongo que su dieta no sera ninguna maravilla. No tenia piojos, liendres ni nada parecido. Tenia las nalgas un poco irritadas, y recuerdo que su hermana dijo que a veces todavia se orinaba encima.

—Es que todavia le ponen panales —aporto Kay.

—Entonces, ?no le encontro ningun problema grave de salud? —pregunto la mujer que habia hecho la pregunta anterior.

—No encontre senales de malos tratos. Recuerdo que le quite la camiseta para examinarlo, y no tenia cardenales ni otras lesiones.

—En la casa no vive ningun hombre —intervino Kay.

—?Y la otitis? —pregunto la supervisora de Kay.

—Tenia una infeccion bacteriana posterior a un virus. Nada fuera de lo comun. Tipico de los ninos de esa edad.

—Asi que, en general…

—He visto cosas mucho peores —afirmo Parminder.

—Dice que fue la hermana quien lo llevo, y no su madre. ?Es usted tambien la medica de cabecera de Terri?

—Creo que hace cinco anos que Terri no viene por la consulta —dijo Parminder.

La supervisora se dirigio entonces a Nina.

—?Como le va con la metadona?

(«Hasta el dia de mi muerte estuvo enamorada de mi…»

«Quiza el Fantasma no sea Howard, sino Shirley, o Maureen —penso de repente Parminder—. Es mas probable que fueran ellas quienes me observaban cuando estaba con Barry, deseosas de ver algo raro con sus pervertidas mentes de vieja…»)

—… es la vez que mas esta durando en el programa —iba diciendo Nina—. Ha mencionado a menudo la revision del caso. Tengo la impresion de que sabe que se le estan agotando las oportunidades. No quiere perder a Robbie, eso lo ha repetido muchas veces. Creo que has conseguido hacerselo entender, Kay. La verdad es que veo que se responsabiliza un poco de la situacion, por primera vez desde que la conozco.

—Gracias, pero prefiero no hacerme demasiadas ilusiones. La situacion sigue siendo muy precaria. —Las desalentadoras palabras de Kay no se correspondian con su irreprimible sonrisa de satisfaccion—. ?Como le va a Robbie en la guarderia, Louise?

—Bueno, vuelve a venir —dijo una de las asistentes sociales—. No ha faltado ningun dia en las tres ultimas semanas, lo que supone un cambio muy significativo. Lo trae su hermana. Viste ropa que le queda pequena, generalmente sucia, pero habla de la banera y las comidas en casa.

—?Y como se porta?

—Presenta retraso en el desarrollo. Su dominio del lenguaje es muy limitado. No le gusta que entren hombres en la guarderia. Cuando viene algun padre, nunca se le acerca; se queda junto a las educadoras y se pone muy nervioso. Y un par de veces… —anadio, consultando sus notas— lo han visto imitando actos claramente sexuales, con otras ninas o cerca de ellas.

—Decidamos lo que decidamos, creo que no tenemos motivos para sacarlo del registro de poblacion de riesgo —opino Kay, y las demas expresaron su aprobacion con un murmullo.

—Por lo que veo, todo depende de que Terri no abandone vuestro programa y siga sin consumir droga —le dijo la supervisora a Nina.

—Si, desde luego, eso es fundamental —coincidio Kay—, pero me preocupa que, aunque no este consumiendo heroina, no satisfaga todas las necesidades de Robbie. Da la impresion de que es Krystal quien lo esta criando, y ella es una chica de dieciseis anos con muchos problemas…

(Parminder recordo lo que le habia dicho a Sukhvinder un par de dias atras.

«?Krystal Weedon! ?Esa estupida! ?Es eso lo que aprendiste estando en el mismo equipo que Krystal Weedon, a rebajarte a su nivel?»

A Barry le caia bien Krystal. Veia en ella cosas que eran invisibles para los demas.

Un dia, hacia ya mucho tiempo, Parminder le habia contado a Barry la historia de Bhai Kanhaiya, el heroe sij que atendia las necesidades de los heridos en la batalla, tanto de su bando como del bando enemigo. Cuando le preguntaron por que ofrecia su ayuda indiscriminadamente, Bhai Kanhaiya contesto que la luz de Dios brillaba en todas las almas, y que el no sabia distinguir entre ellas.

«La luz de Dios brillaba en todas las almas.»

Parminder habia llamado estupida a Krystal Weedon y habia insinuado que era inferior. Barry jamas habria dicho algo asi. Se avergonzo de si misma.)

—… habia una bisabuela que por lo visto ayudaba a cuidarlo, pero…

—Ha muerto —dijo Parminder antes de que lo dijera nadie—. Enfisema y derrame cerebral.

—Si —dijo Kay sin dejar de consultar sus notas—. Y eso nos devuelve a Terri. Ella tambien estuvo bajo la tutela de los servicios sociales. ?Ha asistido a algun taller para padres?

—Nosotros los ofrecemos, pero hasta ahora nunca ha estado en condiciones de seguir ninguno —respondio la mujer de la guarderia.

—Si aceptara hacer uno de esos cursos y asistiera a las clases, seguramente la situacion mejoraria mucho —opino Kay.

—Si nos cierran la clinica —tercio Nina, de Bellchapel, dirigiendose a Parminder—, supongo que Terri tendra que ir a su consultorio a que le administren la metadona.

—Dudo mucho que Terri hiciera eso —opino Kay antes de que la doctora pudiera contestar.

—?Que quiere decir? —pregunto Parminder, molesta.

Las otras mujeres se quedaron mirandola.

—Pues que coger autobuses y recordar citas no es la especialidad de Terri —explico Kay—. En cambio, para ir a Bellchapel solo tiene que andar un poco.

—Ah —dijo Parminder, abochornada—. Si. Lo siento. Si, supongo que es verdad.

(Habia creido que Kay estaba aludiendo a la queja por la muerte de Catherine Weedon, que estaba insinuando que no creia que Terri Weedon confiara en ella.

«Concentrate en lo que dicen. ?Que te pasa?»)

—Bueno, recapitulemos —dijo la supervisora mientras revisaba sus notas—. Nos encontramos ante un caso de negligencia materna con intervalos de atencion adecuada. —Exhalo un suspiro, mas de exasperacion que de tristeza—. La crisis inmediata ya esta superada: Terri ha dejado de consumir droga; Robbie vuelve a ir a la guarderia, donde podemos vigilarlo; y no hay ninguna preocupacion urgente por su seguridad. Como dice Kay, Robbie tiene que seguir en el registro de poblacion de riesgo… Propongo que volvamos a reunirnos dentro de cuatro semanas.

Вы читаете Una vacante imprevista
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату