—Larry, ?de veras ha llegado a pensar que le he contratado para que sirva de blanco a los tiros de un asesino?

—Me parece evidente.

Luego le explique mis deducciones a la luz de los anteriores intentos de asesinato.

Tuvo la delicadeza de no echarse a reir de nuevo.

—Comprendo. Ha pensado que se trataba de un trabajo como el de aquellos siervos que probaban los alimentos destinados al rey de la Edad Media. Bien, tratare de hacerle cambiar de idea; supongo que su actuacion se resentiria si pensara que estaba a punto de ser agujereado por unas cuantas balas. Mire, he trabajado para el Jefe durante seis anos. Durante todo este tiempo, me consta que nunca ha usado doble… Sin embargo, estuve presente en dos de las ocasiones en que se intento asesinarle; en una de esas veces yo mismo derribe al asesino. Penny, tu has trabajado con el Jefe mas tiempo que yo. ?Ha usado alguna vez un doble?

Ella me miro con frialdad.

—Nunca. La idea de que el Jefe pudiera permitir que alguien se expusiera a algun peligro en su lugar… ?Caramba, deberia abofetearle ahora mismo por pensar tal cosa!

—No te irrites, Penny —dijo Dak tranquilamente—. Ambos necesitais trabajar juntos. Ademas, sus deducciones no son tan descabelladas, por lo menos para un extrano. A proposito, Lorenzo, la senorita es Penelope Russell. Es la secretaria personal del Jefe, y por lo tanto, sera ahora su instructor principal.

—Es un honor conocerla, mademoiselle.

—?Quisiera poder decir lo mismo!

—?Cuidado, Penny! —exclamo Dak—, o tendre que darte una azotaina… y bajo dos gravedades. Lorenzo, debo admitir que el personificar a John Joseph Bonforte no es tan seguro como estar sentado en una silla de invalido… es cierto, y los dos sabemos que se han hecho varios intentos para que las companias de seguros tengan que pagar su poliza. Pero no tememos nada de eso en esta ocasion. En realidad, esta vez, y por razones que comprendera mas adelante, los muchachos que estan contra nosotros no se atreveran a matar al Jefe… ni tampoco a usted cuando este representando su papel. Su juego es un poco violento… como habra podido ver, y no tendrian reparos en matarme a mi o incluso a Penny, si eso les reportase la mas ligera ventaja. Tambien le matarian a usted ahora mismo, si pudieran. Pero cuando se presente en publico como Bonforte, puede sentirse tranquilo; las circunstancias son tales, que no podran arriesgarse a matarle entonces.

Dak contemplo mi rostro.

—?Bien?

Menee la cabeza lentamente.

—No lo comprendo.

—Naturalmente, pero ya lo comprendera. Es un asunto complicado, en el que desempenan un importante papel las costumbres y habitos de los marcianos. Puede confiar en mi palabra; lo sabra todo antes de que lleguemos a nuestro destino.

Aun no me gustaba nada de todo aquello. Hasta entonces Dak no me habia contado ninguna mentira, que yo supiera… pero podia ocultarme la verdad al no decirme todo lo que sabia, como ya habia aprendido a mis propias expensas. Le dije:

—Mire, Dak, no tengo ningun motivo para confiar en usted o en esta joven… si me perdona, senorita. Pero aunque no siento gran simpatia por el senor Bonforte, se que tiene la reputacion de ser una persona en extremo sincera, a veces hasta el punto de llegar a ser ofensiva. ?Cuando podre hablarle? ?Tan pronto lleguemos a Marte?

La simpatica y fea cara de Dak se ensombrecio de repente con tristeza.

—Me temo que no sera posible. ?No se lo ha dicho, Penny?

—?Decirme el que?

—La razon de que necesitemos un doble para el Jefe. Le han secuestrado.

La cabeza me dolia, quiza por el doble peso que ahora tenia, o posiblemente por la sucesion de sorpresas a las que me veia enfrentado.

—Ahora ya lo sabe —continuo Dak—. Ya sabe por que Jock Dubois no queria confiarle este secreto hasta que saliesemos de la Tierra. Se trata de la noticia mas importante desde el primer aterrizaje en la Luna, y nosotros la estamos manteniendo en secreto, haciendo todo lo que podemos y mas aun para que no llegue nunca a oidos de la gente. Esperamos que usted nos ayude en nuestro proposito hasta que le encontremos y podamos rescatarle. De hecho, Lorenzo, ya ha empezado a reemplazarle. Esta nave no es en realidad el Go For Broke; es la nave particular y oficina movil del Jefe: el Tom Payne. El Go For Broke esta ahora en una orbita de espera alrededor de Marte, utilizando en todas las comunicaciones la senal de clave de esta nave; sustitucion solo conocida por su capitan y por el oficial de comunicaciones. Mientras tanto, el Tom Payne se ha apretado el cinturon y ha volado a la Tierra, para regresar con un sustituto del Jefe. ?Empieza a comprenderlo ahora?

Debo admitir que no comprendia nada.

—Si, si; pero, vamos a ver, capitan: si los enemigos politicos de Bonforte le han secuestrado, ?por que quieren ustedes mantener ese ultraje en secreto? Yo, en su lugar, lo gritaria a los cuatro vientos.

—Nosotros tambien lo hariamos en la Tierra. Igual que en New Batavia, o en Venus. Pero aqui tratamos con Marte. ?Conoce la leyenda de Kkkahgral el Joven?

—Pues… creo que no.

—Entonces debe aprenderla; le ayudara a comprender la mente de un marciano. A grandes rasgos, el joven Kkkah debia aparecer en un lugar y hora senalados de antemano, hace miles de anos, para recibir un alto honor… algo parecido a ser nombrado caballero. Aunque el no tuvo la culpa (tal como nosotros lo juzgamos), no pudo presentarse a su debido tiempo. De acuerdo con las costumbres marcianas, no quedaba otro remedio que matarlo. Pero gracias a su juventud y a su historia impecable, ciertos reformistas que se encontraban presentes argumentaron que debian permitirle volver a empezar de nuevo. Sin embargo, Kkkahgral el Joven no quiso aceptar la gracia. Insistio en el derecho que tenia de actuar como fiscal acusador de su propia causa, gano el juicio y fue ejecutado. Lo cual se ha convertido en la misma esencia de la etiqueta y el protocolo en Marte, por decirlo asi.

—?Es absurdo!

—?Por que? Nosotros no somos marcianos. Constituyen una especie antiquisima, la cual posee una escala de valores y obligaciones sociales que tiene prevista cualquier situacion… Son las gentes mas formalistas posible. Comparados con ellos, los antiguos japoneses, con sus giri y gimu, eran unos verdaderos anarquistas. Los marcianos no tienen en su vocabulario las palabras “bien” y “mal”; en su lugar dicen “correccion” e “incorreccion”, con un significado elevado al cubo y cargado con explosivos de reaccion. No obstante, todo esto se refiere a nuestros problemas, porque el Jefe estaba a punto de ser adoptado por el nido del mismisimo Kkkahgral el Joven. ?Empieza a comprender?

Todavia no entendia nada. Para mi aquel Kkkah simbolico no era mas que un personaje de melodrama. Broadbent continuo.

—Es una cosa facil de comprender. El Jefe es quiza uno de los mayores investigadores en costumbres y psicologia marcianas. Ha trabajado en este tema durante muchos anos, y uno de sus mayores deseos era precisamente este. Al mediodia del miercoles, en el Lacus Soli, se celebrara la ceremonia de la adopcion oficial. Si el Jefe se encuentra presente y cumple con su parte del ceremonial, todo ira bien. Si no se presenta a la hora convenida… y no tiene la menor importancia el porque no se encuentra alli… su nombre sera arrastrado por el barro en todos los nidos de Marte, de polo a polo, y el mayor intento politico de integracion racial e interplanetaria que se haya intentado jamas no sera otra cosa que un fracaso. Peor aun, ese intento se volvera contra sus autores. Creo que lo menos que puede suceder es que Marte se retire de su debil asociacion con el Imperio. Posiblemente habra represalias y muchos seres humanos moriran, quiza todos los humanos en Marte. Entonces los extremistas del Partido de la Humanidad empezaran a clamar venganza y Marte sera anexionado por la fuerza de las armas… pero no antes de que todos los marcianos hayan perecido en un inutil combate. Todo esto como resultado de que Bonforte no pueda presentarse a la ceremonia de su adopcion… Los marcianos toman estas cosas muy en serio.

Dak salio de la habitacion con la misma rapidez con que habia llegado, y Penelope Russell volvio a hacer funcionar el proyector. Se me ocurrio que hubiera debido preguntarle que podia impedir a nuestros enemigos matarme, si todo lo que se necesitaba para conseguir sus siniestros propositos era impedir que Bonforte (en

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