enorme portico con un segundo o dos de adelanto sobre la hora senalada para mi llegada, porque las enormes puertas metalicas se abrieron silenciosa y lentamente a mi paso. Trague saliva y maldije la incomoda mascara de oxigeno.

Luego sali al escenario.

No importa cuantas veces lo haya hecho uno, los primeros pasos ante las candilejas mientras el telon termina de alzarse en una noche de estreno, nos dejan sin aliento mientras el corazon casi se paraliza de miedo. Claro que uno conoce a los companeros. Desde luego que uno le ha preguntado al empresario por el ambiente de la sala. No hay duda de que uno es veterano y ya conoce todo eso. No importa… cuando se sale a escena y se sabe que todos aquellos ojos le estan mirando, esperando a que uno hable, esperando que uno haga algo… quiza esperando que uno se equivoque… amigo, uno siente miedo. Por ese motivo tenemos a los apuntadores.

Al mirar al otro lado de las puertas vi a mi publico y senti el imperioso deseo de echar a correr. Senti miedo ante las candilejas por primera vez en treinta anos.

Todas las ramas familiares del nido se extendian ante mi hasta donde alcanzaba a ver. Habia un camino despejado frente a mi, con miles de marcianos a cada lado, apretados como esparragos. Yo sabia que lo primero que tenia que hacer era echar a andar lentamente por aquel camino hasta el otro extremo de la gran plaza y subir por la rampa que conducia al nido.

No pude moverme. Permaneci clavado en el mismo lugar.

Me dije: “Muchacho, comprende que eres John Joseph Bonforte. Has estado aqui docenas de veces, en este mismo nido. Conoces bien a estas gentes. Son tus amigos. Estas aqui porque lo has deseado y porque ellos quieren que te encuentres entre ellos. Asi que adelante, sigue el pasillo. Brrrum, bum, bum. ?Ahi viene la novia!”.

Empece a sentir de nuevo la personalidad de Bonforte. Ya era Joe Bonforte, decidido a llevar a cabo la ceremonia a la perfeccion; por el honor y el bienestar de mi propia especie y mi planeta… y por mis amigos los marcianos. Hice una profunda inspiracion y di el primer paso.

El aire que lleno mis pulmones me salvo; llevaba consigo una fragancia celestial. Miles y miles de marcianos apretados en estrechas filas; el perfume que llenaba la plaza era como si alguien hubiese roto una caja entera de Embrujo de Selva. La conviccion de que era aquello lo que olia fue tan fuerte que sin querer mire hacia atras para ver si Penny me habia seguido. Aun podia sentir su apreton de manos.

Empece a cojear a lo largo del corredor que se abria ante mi, tratando de hacerlo a la misma velocidad con que un marciano se mueve en su planeta. La multitud iba cerrando filas detras de mi, cortandome la retirada. A veces salian algunos chicos de entre las filas y echaban a correr delante de mi. Al decir chicos me refiero a los marcianos recien fisionados del cuerpo de sus hermanos acoplados, con aproximadamente la mitad de la masa y no mas de la mitad de altura que un adulto. Nunca salen del nido y nosotros nos sentimos inclinados a olvidar que tambien deben de existir ninos marcianos. Se requieren casi cinco anos, despues de la escision, para que un marciano alcance de nuevo su talla normal, su cerebro funcione con todas sus facultades y recobre la memoria. Durante este periodo de transicion, el marciano en desarrollo es un idiota que estudia para estupido. La ordenacion de los genes y su subsiguiente regeneracion a consecuencia del acoplamiento y escision, hacen que el nuevo individuo quede practicamente inutilizado durante un largo tiempo. Una de las peliculas de Bonforte era un estudio sobre este tema, acompanado por algunas estereofotos de aficionado no muy buenas.

Los chicos, al no ser nada mas que unos simpaticos e inconscientes estupidos, no estaban obligados a las reglas de la etiqueta marciana y todo lo que esta lleva consigo. Pero todo el mundo les queria y los mimaba.

Dos de los chicos, ambos del tamano mas pequeno y con aspecto completamente identico, salieron corriendo de entre la multitud que se alineaba a ambos lados y se quedaron clavados ante mi, igual que un perrito en medio de una calle llena de trafico. O frenaba o los iba a atropellar.

Frene. Los pequenos marcianos se acercaron aun mas, cerrandome el paso, y empezaron a agitar sus seudomiembros mientras charlaban entre ellos. No pude comprender nada de lo que decian, pero al cabo de un momento empezaron a tirarme de las ropas y a tratar de meter sus asperas patitas dentro de mis bolsillos.

La multitud nos rodeaba de tal modo que no me era posible dar la vuelta para dejar a los pequenos a un lado. Vacile un momento ante la duda de lo que debia hacer. En un primer momento, los pequenos resultaban tan graciosos que quise buscar en mis bolsillos a ver si llevaba por casualidad algun caramelo para darles… pero sobre todo sabia que la ceremonia de adopcion estaba programada con la exactitud de un ballet. Si yo no seguia caminando a lo largo de aquel pasillo, iba a cometer el clasico pecado contra el protocolo que habia hecho famoso al propio Kkkahgral el Joven.

Pero los chicos no parecian comprender aquella necesidad. Uno de ellos acababa de descubrir mi reloj.

Suspire y casi me desmaye ante la intensidad del perfume. Luego hice una apuesta conmigo mismo. Aposte que la costumbre de besar a los ninos era universal en toda la Galaxia y que aquello tendria prioridad incluso sobre la etiqueta marciana. Me arrodille sobre la pierna buena, para ponerme a su mismo nivel y los acaricie durante unos momentos, dandoles palmaditas y pasandoles las manos por sus asperas cortezas.

Luego me levante y dije tranquilamente:

—Ahora basta. Tengo que marcharme —usando para ello la mayor parte de mis conocimientos de la lengua marciana.

Los ninos se agarraron a mi, pero los aparte con cuidado y continue en medio de las dos filas de adultos, apresurandome a compensar el tiempo perdido. Ninguna de las varillas mortales que todos los adultos llevaban consigo me abraso la espalda. Empece a comprender que mi falta contra la etiqueta no habia llegado al nivel en que merecia la muerte. Llegue a la rampa que conducia al nido interior y la atravese con decision.

Este espacio en blanco representa la ceremonia de adopcion. ?Por que? Porque se trata de algo reservado a los miembros del nido de Kkkah. Es una cuestion de familia.

Cabe una explicacion. Puede ser que un mormon tenga amigos gentiles… pero esa amistad no hara que los gentiles puedan penetrar en el templo de Salt Lake City. Nunca lo han conseguido y nunca lo conseguiran. Los marcianos viajan libremente entre sus diferentes nidos… pero un marciano solo puede entrar en el nido interior de su propia familia. Ni siquiera sus entronques familiares gozan de ese privilegio. Tengo tanto derecho a contarles los detalles de la ceremonia de adopcion como un miembro de la logia masonica lo tiene de darles los detalles del ritual de iniciacion en su sociedad.

?Oh!, los rasgos generales no tienen importancia, ya que son los mismos para cualquier nido, igual que mi papel era el mismo que el de cualquier otro candidato. Mi padrino, el mas antiguo amigo marciano de Bonforte, Kkkahrreash, me recibio en la puerta y me amenazo con una varilla marciana. Le pedi que me matara en el acto si me encontraba culpable de cualquier falta contra el nido. A decir verdad, no le reconoci aunque habia visto varias fotografias de mi amigo. Pero tenia que ser el, porque el ritual establecido asi lo exigia.

Una vez demostrado que yo me encontraba firmemente al lado de las instituciones de la Maternidad, el Hogar y las Virtudes Civicas, y que nunca deje de asistir a la escuela dominical, me fue permitida la entrada. Rrreash me siguio a traves de todas las estaciones prescritas, me hicieron las preguntas de ritual y yo fui contestando. Cada palabra, cada gesto era tan estilizado como en una obra clasica china, de otro modo no habria tenido la menor oportunidad de exito. La mayor parte del tiempo no entendia nada de lo que me decian y la mitad de las veces no comprendia mis propias respuestas. Mi labor no se veia ayudada por la pobre iluminacion que les gustaba a los marcianos; durante todo el tiempo iba tanteando a mi alrededor como un topo.

En una ocasion trabaje en una obra con Hawk Mantell, poco antes de que muriera, cuando ya se habia quedado sordo como una tapia. No hay duda de que era un artista de una pieza. Ni siquiera le quedaba el recurso de utilizar un audifono porque tenia el octavo nervio destruido. A veces podia guiarse por el movimiento de los labios de los otros actores, pero eso no es siempre posible. Dirigia la obra personalmente y siempre recitaba sus papeles en el momento exacto. Le he visto pronunciar una frase y luego separarse de su interlocutor… para dar media vuelta de repente y lanzar la replica a una frase que no podia oir, precisamente en el instante adecuado.

Lo que yo hacia ahora era algo parecido. Conocia mi papel y lo representaba lo mejor que sabia. Si ellos se equivocaban, seria asunto suyo.

Pero el hecho de que siempre habia por lo menos media docena de varillas marcianas apuntando a mi pecho no me ayudaba a sentirme animado. Me repeti mentalmente que aquellos seres no me abrasarian porque cometiera un desliz. Despues de todo, yo no era mas que un pobre y estupido humano; en ultimo caso, me darian

Вы читаете Estrella doble
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату