un aprobado por aplicacion y asistencia a clase. Pero no creia en mis propias palabras.
Despues de un tiempo que me parecio que duraba dias enteros, aunque no era asi, ya que toda la ceremonia duraba exactamente una novena parte de la rotacion de Marte; digamos que, despues de un tiempo interminable, nos sentamos a la mesa. No se que platos formaban el banquete y quiza fue mejor asi. Por lo menos la comida no me enveneno.
Cuando los mayores hubieron pronunciado sus discursos, yo pronuncie mis gracias como respuesta y ellos me dieron mi nombre y mi varilla, simbolo de la mayoria de edad marciana. Ahora era un miembro del nido de Kkkah, en Marte.
No sabia como tenia que usar mi varilla, y mi nombre sonaba igual que un grifo chirriante, pero desde aquel instante aquel era mi nombre en Marte y ya era legalmente pariente de sangre de la familia mas aristocratica del planeta… aproximadamente unas cincuenta y dos horas despues de que un actor terrestre abandonado por la suerte hubiera gastado su ultimo Imperial en convidar a un forastero en el bar de Casa Manana.
Supongo que eso prueba que no hay que entablar nunca relaciones con personas extranas.
Sali de alli tan pronto como me fue posible. Dak habia preparado una pequena alocucion en la que yo expresaba una urgente necesidad de partir en seguida, y mis nuevos parientes me dejaron marchar. Me sentia tan nervioso alli como un hombre en el dormitorio de una residencia de senoritas, porque ahora ya no existia un ritual fijado por el cual pudiera guiarme. Quiero decir que incluso las costumbres sociales en una reunion estaban determinadas por normas hermeticas y peligrosas para un extrano que no supiera lo que era considerado correcto. De modo que recite mis excusas y me dirigi hacia la salida. Rrreash y otro de aquellos personajes me acompanaron y me arriesgue a acariciar ligeramente a otro par de ninos que encontramos en la plaza… o quiza eran los mismos de la vez anterior. Una vez que llegamos a las puertas de la ciudad, los dos personajes se despidieron de mi en un ingles chirriante y me dejaron partir en paz; cuando las grandes puertas metalicas se cerraron a mis espaldas senti que el corazon volvia a colocarse en su lugar de costumbre.
El Rolls seguia esperando en el mismo lugar donde lo habia dejado; me apresure a bajar la rampa, me acerque al coche, abri la puerta y me sorprendi al ver que en su interior solo estaba Penny, aunque ello no me desagrado. La llame.
—?Hola,
—Sabia que lo haria perfectamente.
La salude militarmente con mi varilla marciana, bromeando, y conteste:
—De ahora en adelante le ruego que me llame “Kkkahjjjerrr” —rociando la primera fila de butacas con la segunda silaba.
—?Tenga cuidado con eso!—dijo ella, nerviosa.
Me sente a su lado en el asiento delantero y pregunte:
—?Sabe como se usa una cosa de estas?
La tension nerviosa se estaba disipando y me senti exhausto pero alegre; lo que queria ahora era un par de copas y un buen bistec, y luego a esperar las primeras ediciones de los periodicos con las criticas del estreno.
—No. Pero tenga cuidado.
—Creo que todo lo que hay que hacer es apretar aqui —dije, uniendo la accion a la palabra, y en el acto se produjo un limpio agujero en el parabrisas y el coche dejo de tener cabina a presion.
Penny se quedo sin aliento.
—Caramba, lo siento —dije—. La guardare hasta que Dak me ensene a usarla.
Ella trago saliva.
—No tiene importancia. Pero vigile a donde apunta.
Arranco el coche y me di cuenta de que Dak no era el unico de mis nuevos amigos al que le gustaba pisar a fondo el acelerador.
El viento silbaba a traves del agujero del parabrisas que yo habia causado con mi inoportuno disparo. Me decidi a preguntar:
—?A que viene tanta prisa? Necesito algo de tiempo para estudiar las respuestas que debo dar en la conferencia de prensa. ?Las han traido? ?Donde estan los demas?
Me habia olvidado por completo del chofer al que hicimos prisionero; no habia vuelto a pensar en el desde el momento en que se abrieron las puertas del nido.
—No les es posible venir.
—Penny. ?Que sucede?
Estaba pensando si podria enfrentarme a un grupo de periodistas sin necesidad de aprenderme las respuestas de memoria. Quiza les podria explicar algunos detalles sobre la ceremonia de adopcion; aquello no tendria que inventarlo.
—Se trata del senor Bonforte. Lo han encontrado.
6
Hasta entonces no habia advertido que ella no me habia llamado ni una vez senor Bonforte. Era de esperar que no lo hiciese, naturalmente, porque yo ya no era el; era de nuevo Lorenzo Smythe, aquel pobre actor que habian contratado para sustituirle.
Me recline en el asiento y suspire, y deje que el alivio me invadiera.
—Asi que por fin todo ha acabado… y lo hemos conseguido.
Senti como si me librara de un gran peso; no me habia dado cuenta de lo pesado que era hasta que me lo saque de encima. Incluso mi pierna “enferma” dejo de dolerme. Me incline y di unas palmaditas a Penny en la mano con que sujetaba el volante, y le dije con mi propia voz:
—Me alegro de que se haya acabado. Pero voy a echar mucho de menos su compania, Penny. Es usted una buena companera. Pero hasta las mejores temporadas se terminan y las companias se disuelven. Espero que nos volveremos a ver alguna vez.
—Yo tambien lo espero.
—Imagino que Dak ya habra preparado algun truco para tenerme oculto y volverme a llevar a la Tierra en el
—No lo se.
Su voz me parecio extrana, y al mirarla vi que estaba llorando. El corazon me salto en el pecho. ?Penny, llorando? ?Porque nos ibamos a separar? No podia creerlo, aunque deseaba que fuese cierto. Se podria pensar que, siendo bien parecido, con mis modales cultivados, las mujeres tendrian que encontrarme irresistible, pero es un hecho deplorable que la mayoria se me ha resistido con mucha facilidad. A Penny aquello no parecia costarle ningun esfuerzo.
—Penny —dije con rapidez—, ?por que todas esas lagrimas, querida? Va a estrellarse el coche.
—No puedo evitarlo.
—Bueno, digame de que se trata. ?Que ha pasado? Me ha dicho que le han encontrado; pero no me ha contado nada mas —de repente un horrible pensamiento, aunque era una sospecha logica, cruzo mi mente—. Estaba vivo, ?no es cierto?
—Si… esta vivo, pero ?como le han herido!—empezo a sollozar y tuve que agarrar el volante a toda prisa.
Ella se enderezo en el acto.
—Lo siento.
—?Quiere que conduzca yo?
—Se me pasara en seguida. Ademas, usted no sabe conducir… quiero decir que se supone que no sabe manejar un coche.
—?Eh? No sea tonta. Se conducir perfectamente y no creo que esto tenga ahora ninguna importancia…
Me interrumpi, comprendiendo que quiza la tenia todavia. Si habian maltratado a Bonforte de tal modo que las heridas eran visibles, no le seria posible presentarse en publico en aquellas condiciones… quince minutos despues de su adopcion por un nido marciano. Era posible que tuviera que encargarme de aquella entrevista con