—Senor, esto quizas lo sorprenda, pero no puedo leer lo que usted tiene en la mente.

—?Maldicion, Colt! —Murdock literalmente golpeo el escritorio con sus punos regordetes, como un nino al que le esta por dar un berrinche—. ?Tengo que decirselo todo? Usted sabe que Kinsman es el comandante de Moonbase. Se nego a rotar el ano pasado, y los estupidos de la oficina de personal decidieron darle el gusto.

Ahora todo comenzaba a ser mas claro. Colt casi sonrio.

—Y usted quiere que yo este alli para supervisar a Chet durante las operaciones de refuerzo…

—Correcto.

—…porque usted no le tiene confianza.

Los ojos de Murdock brillaron.

—He tenido que tratar con Kinsman por mas de quince anos. Es demasiado caprichoso. Demasiado debil. No se puede confiar en el.

No era correcto hacerle bromas al general, pero Colt no pudo resistirse.

—Y entonces, ?por que no lo releva? Trasladelo a otro lugar. Se supone que nadie tiene por que estar destinado en la Luna por mas de un ano, de todos modos. El ha estado alli… ?por cuanto tiempo? ?Tres anos?

—Mas bien cinco —respondio Murdock. Su calva brillaba por la transpiracion—. Pero relevarlo no es tan simple. ?Donde podria encontrar otro hombre especializado, de rango lo suficientemente alto, que quisiera estar en esas rocas durante un ano entero? ?Usted aceptaria?

—?Demonios, no!

—Ya lo ve. Y ademas, Kinsman tiene antecedentes medicos, un soplo al corazon o algo por el estilo. Probablemente sea falso, pero si se lo releva de sus funciones podria quedarse en la Luna por orden medica. Y en ese caso, ?quien aceptaria ser comandante con el ahi?

Colt tenia ganas de reirse, pero decidio investigar un poco mas.

—De acuerdo, pero… Chet cumple con sus tareas, ?no? Moonbase se esta portando muy bien. Todo esta hecho a tiempo, o antes. Todo esta en orden, general.

Murdock no mordio el anzuelo. En lugar de ello, se inclino hacia adelante confidencialmente y bajo su voz.

—Oigame, Frank…, yo conozco a Kinsman. Se muchas cosas de el que usted no sabe; cosas que nadie sabe. No quiero que este alla arriba totalmente libre si llegara a ocurrir una crisis. Se desmoronaria, o saltaria para el lado equivocado. Se ha hecho muy amigo del comandante ruso, ese tal Leonov. Es demasiado blando en todo sentido. Quiero que usted este alli para hacerse cargo cuando llegue el momento, si es que llega.

Colt se oyo a si mismo diciendo:

—Chet y yo eramos companeros. Hemos pasado muchas cosas juntos.

—Lo se —respondio Murdock—. El confia en usted. Pero yo se tambien que, llegado el momento, usted reaccionara como un americano y como un oficial. No como un neurotico de rodillas temblorosas.

?Neurotico? La palabra hizo poner tenso el estomago de Colt.

—En una situacion de emergencia —continuo Murdock con una sonrisa—, yo se que usted pondra sus ordenes y el bienestar de la Nacion por sobre sus sentimientos personales.

Los ojos de Colt se abrian a medida que se daba cuenta de lo que Murdock estaba diciendo.

—?Quiere decir con eso que cree que Chet nos traicionaria?

—No estoy acusando a nadie de nada —dijo Murdock, procurando hablar con calma—. Simplemente, estoy tomando precauciones.

—Gracias —dijo Colt.

Mientras preparaba su escaso equipaje, Colt comenzo a entender lo que Murdock estaba haciendo.

El muy hijo de puta me esta usando. Me esta usando porque soy amigo de Chet. Bonita figura. Como Bruto clavando su punal.

Cerro la cremallera de su maleta violentamente y la cargo con una mano.

Y sabe tambien que yo lo hare. He llegado demasiado lejos, y he luchado contra demasiados hipocritas bastardos como para retroceder ahora. Nunca me negue a hacer un trabajo dificil. Nunca rechace una posibilidad que me hiciera ascender. Ni pensar en darles la posibilidad de que me superen. Y si tengo que pasar por sobre el cadaver de Chet para subir otro escalon… Mierda, si no lo hago, alguien mas lo hara.

Al abrir la puerta de su compartimiento, Colt se acordo del tecnico que estaba trabajando en su nave. Que se embrome. Que se rompa su blanco trasero trabajando. Y salio al corredor para dirigirse hacia la lanzadera que partiria hacia la Luna.

—Cuando me dijiste que ibamos a dar un paseo no me di cuenta de que querias decir aqui arriba —dijo Ellen.

Ella y Kinsman llevaban trajes presurizados y caminaban lentamente y con cuidado por el lecho del Mare Nubium, que cubria Selene y se extendia hasta la base de la muralla de Alphonsus.

Kinsman detestaba los trajes presurizados. Era como estar dentro de la piel de otra persona. Eran pesados y dificiles de mover, aun en la leve gravedad lunar. Siempre olian a plastico y al sudor de otra persona. Estaba enojado consigo mismo por no haber encargado un traje especial a medida para si.

—Todo el mundo deberia ver la superficie —le dijo a Ellen—. Son demasiados los temporarios que vienen y se quedan abajo durante todo el periodo de su estadia. Podrian haber estado en el Pentagono, o en el subterraneo de Nueva York, y hubiera sido lo mismo.

—?Que es eso?

Ellen senalo hacia la esferica superficie de plastico que estaba a mas de un kilometro de distancia. El no podia ver su cara a traves del visor polarizado. El traje presurizado la transformaba en una pesada y anonima figura. Su voz era una aproximacion electronica en los auriculares de su casco.

—Esa es la cupula original de Lunagrad —explico Kinsman—. La gente de Leonov todavia hace descender sus naves alli.

?Y por que me habra pedido Pete que me reuniera con el hoy? ?Que ocurrira con el?

Ella se le acerco, braceando pesadamente.

—?Como es que las dos bases fueron construidas una junto a la otra?

—Eso fue alla por los anos ochenta, cuando la palabra clave era “cooperacion”. Ibamos a compartir la mayoria de las instalaciones: energia electrica, planta de agua, las granjas… Mas barato para ambas partes.

—No duro mucho, ?no?

—Politica terrestre —dijo Kinsman—. La escasez de alimentos, la crisis energetica… y comenzamos a recibir ordenes para que Moonbase se hiciera autosuficiente. Que no dependieramos para nada de los rusos. Ellos recibian las mismas ordenes. Pero habiamos estado viviendo juntos diez anos ya.

—?Has estado aqui arriba por diez anos?

—Mas bien quince, entre idas y vueltas. Y los ultimos cinco anos seguidos—. El extendio sus brazos y giro lentamente—. Bien… ?que te parece?

Quizas ella se encogio de hombros dentro del traje; era imposible decirlo.

—Se ve tan esteril… tan desolado. Y esta tan vacio.

—Tenemos mucho espacio —confirmo Kinsman—. Y energia… energia solar casi gratis. Lo que no tenemos es agua. Hay que extraerla de las rocas. Que curioso: la energia es barata aqui, y el agua carisima. En la Tierra es precisamente al reves.

—El agua no es barata en la Tierra —dijo Ellen—. Por lo menos, el agua potable.

Kinsman sacudio la cabeza, aun cuando Ellen no podia ver este gesto.

—Uno pensaria que eso seria la ultima cosa que echarian a perder en un planeta repleto de ese elemento.

La tomo de la mano enguantada y la guio por la leve pendiente del borde de un pequeno crater. El suelo estaba picado de minusculos crateres de apenas unos pocos centimetros de diametro. El ventilador del traje de Kinsman funcionaba a su maxima velocidad; aun asi se sentia calor.

—El horizonte esta tan cercano… —dijo ella.

—Es el borde del mundo. Uno podria temer caerse.

—Crei que se verian mejor las estrellas.

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