esplendor barbaro: Cherries Jubilee.

Kinsman habia llevado una de sus raras botellas de vino de Burgundia. Estaban saboreando lo ultimo que quedaba cuando ella le dijo:

—Larry Pierce regresara en el cohete de la semana que viene.

Kinsman sintio que sus cejas se arqueaban.

—?Te lo dijo el? —Jill asintio con la cabeza—. Todavia no ha hecho el pedido, sin embargo…

—Lo hara. Quiere volver a su familia despues de todas estas conversaciones sobre emergencias y guerra.

—Seria mas sensato que trajera a su familia aqui.

—No es lo que el desea —dijo Ellen—. Quiere volver a su casa. Y me va a recomendar para que lo reemplace.

Kinsman no respondio inmediatamente. Miro su copa, producto de un artesano checo de Lunagrad, que estaba vacia.

—De modo que seras jefa del departamento de Comunicaciones. Felicitaciones.

Ella lo miro fijamente.

—Pero igualmente necesito la aprobacion del comandante de la base, ?verdad?

—?Es por eso que me invitaste a venir? ?Para cerrar el trato?

En lugar de enojarse, Ellen le sonrio.

—Sigues siendo el machista de siempre, ?no? Seguramente crees que obtuve la recomendacion en la cama.

—?Y no fue asi?

—Eso no te importa —respondio ella, siempre alegre—. Puedes pensar lo que masculinamente quieras.

—Esa es una actitud muy femenina —respondio el sonriendo.

—Quizas te interese saber, como comandante de la base —dijo Ellen en tono formal— que mi puntaje de aptitudes y mis antecedentes personales me colocan por sobre todos los demas en el departamento de Comunicaciones. El Senor Pierce me dijo que mis antecedentes son los mejores que ha visto en muchos anos.

—Lo mismo me pasa a mi con tu figura.

Ellen hizo una mueca.

—Estas comenzando a irritarme.

Kinsman se encogio de hombros y dijo:

—?Estas tratando de decirme que la computadora de personal te elegiria para reemplazar a Pierce, en caso de que yo la consultara para analizar los antecedentes que tiene en su memoria?

—Eso es exactamente lo que sucederia.

—Eso es lo que tu crees.

Ella se levanto y se dirigio al telefono que estaba junto al sofa de la sala.

—?Quieres consultar?

Kinsman aparto su silla de la pequena mesa.

—No —dijo, riendose—. Te creo.

—Muy generoso de tu parte.

Se levanto y se acerco a ella. Ellen ya no sonreia, parecia estar entre divertida y realmente furiosa.

—Estaba bromeando —dijo el.

—Si, seguro…

—Bueno, quizas exagere un poco.

—Maldicion, Chet. Ese ascenso me lo he ganado. ?Tengo los mejores antecedentes para ese trabajo, y Larry lo sabe!

—Tambien le creo a el.

Estaban cara a cara y de pronto Kinsman se sintio extrano.

—Entonces, la cena de esta noche… ?es para celebrar?

—?Que tiene eso de malo? —pregunto Ellen—. ?Acaso tu no harias lo mismo?

—Lo hice —se oyo decir a si mismo.

—?Me llamaste para celebrar? ?Celebrar que?

—Te llame porque no queria estar solo.

—Tampoco yo queria estar sola.

JUEVES 6 DE DICIEMBRE DE 1999, 03:45 HT

Kinsman se sento en la cama. Hacia anos que no fumaba, pero ahora necesitaba imperiosamente un cigarrillo. Dejo vagar su mirada en la oscuridad del dormitorio de Ellen y se paso la lengua por los dientes inferiores. Estaban asperos.

Ella se dio vuelta a su lado.

—?No duermes?

—No.

—?Que te ocurre? —su voz sonaba hueca, como si estuviera ahogando un bostezo.

—No puedo dormir —respondio simplemente.

—?Estas muy preocupado por esta emergencia de guerra?

Asintio con la cabeza. Luego se dio cuenta de que probablemente ella no lo podia ver en la oscuridad.

—Si.

—Ya ha habido otra crisis como esta anteriormente. Pasara.

—No esta vez.

Ellen le puso la mano en la espalda.

—?Realmente lo crees asi?

—Esta vez es en serio.

Se volvio hacia ella y apenas si pudo distinguir su cara en las sombras. La unica luz que habia en el dormitorio provenia del reloj digital que habia en la mesa de luz del lado de ella.

—Tratare de persuadir a Pierce para que no se vaya —dijo—. Tengo que hacerlo. Le dire que traiga a su familia. Aqui estaran a salvo.

Vio que los ojos de Ellen se abrian.

—?Tan serio es?

—Vamos a declarar nuestra independencia de la Tierra. Leonov y yo. Quiero que la mayor cantidad posible de familiares de los de aqui esten en la Luna cuando llegue el momento. —Ellen no dijo nada—. Tengo la esperanza de que nuestra declaracion de independencia, y la suspension de los abastecimientos a las estaciones orbitales, desbaratara sus preparativos de guerra.

—Pero… ?los rusos realmente…?

—Pete dice que no, lo cual quiere decir que si. Ya encontraremos la solucion.

La voz de Ellen era completamente tranquila.

—?Y si no la encuentran?

Chet se encogio de hombros.

—Por lo menos, habremos traido todas las familias que podamos. Aqui sobreviviremos.

—?Es por ese motivo que no has regresado a la Tierra durante tanto tiempo? ?Estabas preocupado por este momento?

Su mirada se perdio en la oscuridad.

—Nunca lo pense. Por lo menos, la intencion nunca fue consciente. Es posible que tengas razon. Es posible que haya estado…

—Entonces… ?tus antecedentes medicos son falsos?

Se volvio nuevamente hacia ella.

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