expresaban sinceros deseos de exito. Esos hombres sabian demasiado acerca de los laseres de los satelites ABM y conocian perfectamente bien el trabajo de Marrett sobre el control de clima.

Tuli Noyon trajo a su tio, el embajador de Mongolia ante las Naciones Unidas. La mujer italiana no fue la unica europea: los paises escandinavos, Hungria, Checoslovaquia, Yugoslavia, Holanda y Suiza tambien enviaron sus representantes.

Todo fue muy extraoficial. Completamente social. No se firmo ningun acuerdo, ningun compromiso. Pero todos obtuvieron la informacion que deseaban, y se retiraron con un nuevo brillo en los ojos.

A las diez de la noche, Kinsman estaba exhausto. Hizo que el respaldo de su silla anatomica se pusiera horizontal mientras Landau efectuaba los controles medicos. Marrett y Harriman devoraban bocadillos calientes con cerveza.

—La cama de agua me resulta atractiva ahora —dijo Kinsman cansadamente, mientras Landau desconectaba los ultimos electrodos de los registradores medicos.

—Eso esta bien —dijo el ruso—. Su presion sanguinea esta baja.

El minianalizador que estaba sobre el escritorio hizo sonar su campanita y el resultado del analisis de la sangre de Kinsman aparecio automaticamente en la pantalla visora de la computadora.

—Hum… —murmuro Landau mientras lo estudiaba—. El azucar en sangre esta bajo tambien, tal como lo sospechaba. Necesita comer y descansar.

Kinsman cerro los ojos.

—Estoy demasiado cansado como para comer. Por Dios, debemos de haber repetido lo mismo unas treinta veces…

—Dieciseis veces —corrigio Harriman, desde la mesa portatil donde estaba servida la cena—. Hay una docena mas que viene manana.

Landau se rasco la barba.

—Muy bien. Lo acostaremos entonces, y podemos alimentarlo con glucosa.

—No, senor. —La aversion de Kinsman a que lo agujerearan hizo que se sobrepusiera a la fatiga—. Prefiero comer comida real… —hizo volver el respaldo de la silla a su sitio y la condujo hasta la mesa—. Si es que me han dejado algo… —dijo, al observar los bocadillos que desaparecian rapidamente.

—Dieciseis veces —repitio Harriman pensativo, mientras sujetaba un bocadillo de carne con las dos manos—. Despues de oirlos a ustedes dos durante todo el dia y parte de la noche podria repetirlo de memoria y hasta en suenos.

—Lo haria dieciseis mil veces —dijo Kinsman—, si realmente creyera que vale la pena, y nuevamente dieciseis mil veces mas.

—Valio la pena —dijo firmemente Marrett. Tenia una botella de cerveza en una de sus grandes manos; habia ignorado el vaso—. Cada una de las personas que vino hoy esta directamente conectada con su gobierno. No hubo ningun lacayo ni burocrata entre ellos. Tal vez no tengan grandes titulos protocolares, pero de todos modos los mas importantes diplomaticos no son mas que imbeciles.

—?Eh, un momento! —interrumpio Harriman, frunciendo las cejas.

Marrett levanto su botella de cerveza a modo de saludo.

—Los presentes estan exceptuados.

Harriman mantuvo su dura expresion.

—Hay un monton de comentarios desagradables que podria hacer sobre los ingenieros.

—Soy meteorologo.

—?Peor todavia!

Landau acerco una silla y se sirvio uno de los ultimos bocadillos que quedaban.

—?Cree que entendieron lo que usted les estaba diciendo? —le pregunto Kinsman a Marrett.

—Si. Ya conocian el asunto antes de venir aqui; De Paolo se encargo de eso. Solo tenian que conocerlo a usted, estudiarlo y comparar eso con los calculos de lo que pueden perder o ganar si apoyan el proyecto de De Paolo.

Kinsman sacudio la cabeza y sintio una nueva punzada de dolor a causa del motor de servicio que estaba detras de su oreja.

—Tengo mis dudas respecto de esos planes —dijo—. Aunque asegura que no pretende una dictadura mundial…

—Si lo que quiere saber es si puede confiar en el —dijo Marrett—, mi respuesta es que se trata de un hombre honesto. Lo que dice es lo que realmente quiere.

—?Y la gente que lo rodea? —pregunto Kinsman—. ?Y los que vengan despues?

Marrett comenzo a encogerse de hombros, pero Harriman dijo:

—?Y que demonios esperabas, Chet?

—?Que quieres decir?

Con un movimiento de la cabeza Harriman explico:

—?No ves que los planes de De Paolo son una extension logica de tus propios proyectos? Uno sigue al otro como el dia sigue a la noche. Lo que el esta haciendo es construir una estructura permanente, mientras que tu has estado improvisando tiendas y casillas. De Paolo tiene una vision mas larga que la tuya, mi querido amigo. Lo que el quiere es un solido edificio.

—?Quieres decir… una carcel?

Harriman puso muy mala cara.

—No confundas las cosas. El unico modo de impedir una guerra atomica es crear una fuerza mas poderosa que las naciones. Selene por si misma no puede ser esa fuerza, pero De Paolo quiere un gobierno redituente internacional, con fuerza. Eso es lo que necesitamos. ?Demonios, hasta Woodrow Wilson se habria dado cuenta de eso! Pero hasta ahora ninguna organizacion internacional ha tenido la energia suficiente como para imponerse a todas las naciones. Pues bien, ahora la tenemos…, o la tendremos, mejor dicho.

—De acuerdo —confirmo Marrett—. Haremos una cosa nueva de todo esto. Un autentico gobierno internacional. La era del nacionalismo ha concluido, esta terminada. Concluyo con el primer Sputnik. Lo unico que estamos haciendo ahora es construir algo efectivo que la reemplace para rnantener al mundo con vida.

Marrett bebio largamente de su botella de cerveza. Cuando la dejo puntualizo:

—Escuchen, un gobierno mundial no va a resolver los problemas del planeta de la noche a la manana. Ademas, siempre existe el peligro de una dictadura a escala mundial. Pero comparado con lo que tenemos ahora, un gobierno mundial me parece magnifico.

Harriman asevero:

—Chet, es una cuestion de toma y daca. Si queremos que esos paises reconozcan a Selene, si queremos ser admitidos en las Naciones Unidas, y queremos sacarnos de encima a los Estados Unidos y la Union Sovietica , entonces tenemos que hacerle el juego a De Paolo. No hay eleccion. Es una cuestion de realismo politico. Ayudemos a De Paolo a conseguir lo que quiere, y el nos ayudara a conseguir lo que nosotros queremos. Toma y daca.

—Mientras, la entera raza humana espera —agrego Marrett.

Kinsman pregunto:

—Esta gente con la que hablamos hoy… ?iran a hablar con sus respectivos gobiernos?

—Estan volando de regreso en este mismo momento —dijo Marrett—. De ahora en adelante, quien manejara todo es De Paolo. Lo que necesitamos de usted es que acepte cumplir con su papel.

—Y eso hara que un bloque suficientemente grande de naciones vote nuestra admision en las Naciones Unidas.

—Siempre y cuando ninguno de los miembros del Consejo de Seguridad vete nuestra solicitud —senalo Harriman.

—Eso quiere decir Rusia y los Estados Unidos…

—Asi es.

—?Y por que han de portarse tan bien con nosotros?

—Porque De Paolo les informara que el control del clima ya es un hecho —replico Marrett—. No pueden permitirse el lujo de quedar fuera… en el frio, la tormenta, la sequia, las inundaciones.

Kinsman lo miro fijamente:

—?Y eso realmente se puede hacer?

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