cargamento de inmigrantes interplanetarios en la historia de la raza humana…

La cena habia sido silenciosa, tensa. Kinsman y los tres hombres que lo acompanaban habian comido casi sin hablar, observando la pantalla de la television que alternaba tomas de la cuenta regresiva del avion cohete con las del gentio que para festejar la llegada del Ano Nuevo se habia reunido en Manhattan, y largos y aburridos periodos de espectaculos.

—Bien, Frank —dijo Kinsman, mientras la gran pantalla mural mostraba una imagen telescopica del avion cohete—. Ya puedes estar tranquilo. Partieron sin ti.

—Aja —respondio Colt.

Esta deprimido… ?Que es lo que lo molesta? Kinsman sabia que algo no estaba bien, pero le dolia demasiado el cuerpo como para pensar. Ahora se como debe haberse sentido Atlas, sosteniendo el mundo…

—Chet —dijo Landau—, debemos comenzar a prepararnos para el viaje al aeropuerto. Tendra que llevar la mascara de oxigeno. Ademas, debo revisarlo nuevamente.

Kinsman quiso hacer un gesto con la cabeza, pero ni siquiera lo intento.

—De Paolo nos enviara dos coches ademas de la escolta —dijo Harriman—. Nada de policia federal ni local esta vez. Nos escabulliremos silenciosamente.

Subitamente Kinsman se volvio hacia Colt.

—Frank… ?ven con nosotros!

—?Al aeropuerto?

—No. ?A Selene! Vamos… Sabes lo que estamos tratando de hacer alla, y sabes que la vida aqui puede ser una porqueria. Unete a nosotros.

Colt reacciono apartando su silla de la mesa.

—?Yo? ?Hablas en serio? ?Quieres que yo…?

—?Por que no?

—?Despues de lo que hice?

—Eso es pasado. Y ahora estamos construyendo para el futuro. Tu puedes ayudarnos. Estaras mucho mas feliz en Selene que haciendo el soldadito aqui en la Tierra.

Colt se puso de pie.

—?Estas loco! No puedo…

—Por supuesto que puedes —insistio Kinsman.

Colt arrojo la servilleta sobre la mesa y grito:

—?Maldito estupido! Selene ya no existira cuando llegues alla.

—?Que…? No entiendo lo… —pero la expresion torturada en la cara de Colt lo hizo detenerse—. ?Que quieres decir, Frank?

—?Mierda! ?Creias realmente que te dejarian hacerlo tranquilamente? ?Realmente lo creias?

Kinsman sintio que un fuego recorria sus nervios.

—Frank, ?que estas diciendo?

La cara de Colt era un paisaje de color.

—Chet, tonto bastardo… ese avion cohete no lleva a tus malditos refugiados. ? Lleva cien soldados! En un par de horas habremos recuperado Alfa. En veinticuatro horas tendremos todas las estaciones espaciales tripuladas. Luego nos apoderaremos de Selene.

Kinsman cerro los ojos. El Caballo de Troya.

—?Hijo de puta! —dijo Harriman, enfurecido—. ?Asi es como conseguiste esas malditas aguilas!

—Si. —La voz de Colt sono debil, miserable.

Landau murmuro solo una palabra:

—Jill…

Kinsman miro a los tres. Harriman y Landau estaban aun sentados a la mesa, con el vino y la comida a medio terminar. Colt de pie, con las piernas ligeramente abiertas como si esperara que lo atacaran.

—El telefono —dijo Kinsman, mas para si mismo que para los otros. Maniobro hasta el escritorio—. Conexion telefonica… En el Kennedy hay una conexion con Alfa.

Colt sacudio la cabeza.

—No te comunicaran. La Fuerza Aerea se hizo cargo de las comunicaciones en Kennedy una hora antes de que yo viniera aqui.

Kinsman detuvo la silla al llegar junto al escritorio. Enfrento a Colt y le dijo:

—Entonces, tu les diras que restablezcan el contacto.

—?Yo?

—Eres la unica persona que puede hacerlo, Frank.

Colt tenia ahora los ojos muy abiertos.

—Estas loco, hombre. Demente.

La escena en la pantalla de television mostraba Times Square y la creciente multitud. Harriman se acerco a la pared y toco los controles para bajar el volumen.

—Frank —dijo Kinsman—, tu estas de nuestra parte. Siempre has estado con nosotros. Y eres el unico que aun no quiere reconocerlo.

Colt camino hacia el con las piernas tensas y vacilantes, y respondio:

—Yo solo estoy de mi parte, Chet. Es el unico partido que existe. Numero uno.

—?Tonterias! No puedes vivir asi, y ambos lo sabemos. Aunque te hagan general. Es un mundo moribundo, Frank. ?Moribundo! Salvo que hagamos algo para salvarlo.

—?Traicionando a los Estados Unidos?

—?Elevandonos sobre ellos! —grito Kinsman, y sintio dolor en el pecho.

Colt estaba ahora de pie frente a la silla, encima de Kinsman.

—Sabemos lo que tu y De Paolo estan haciendo, con todos esos visitantes que han pasado por aqui en los ultimos dos dias. No servira de nada, Chet. No lo permitiremos.

Kinsman respiro hondo, temblando, y el dolor remitio.

—Eso no me interesa. No me interesa nada, excepto la independencia de Selene. Porque sin nuestra independencia estareis metidos en una guerra nuclear que matara a toda la gente de los Estados Unidos. No hay otra salida, Frank. O controlamos esos satelites… o habra guerra. ?Cual de las dos cosas prefieres?

—?No quiero ninguna de ellas, maldicion!

Kinsman replico:

—Tiene que ser una o la otra, Frank. Y eres tu quien lo va a decidir. Es tu decision. Elige. —Su voz se hizo tan dura como su esqueleto metalico.

Colt lo miro violentamente. Luego se volvio hacia el escritorio y marco salvajemente un numero en el teclado del telefono.

—Conmutador Central Kennedy —dijo en el microfono.

La pequena pantalla del telefono brillo con un color gris perla, pero no aparecio ninguna imagen. Una voz masculina dijo en tono aburrido y sin expresion:

—Espaciopuerto J. F. Kennedy.

—Habla el coronel Colt. Comuniqueme con el mayor Stodt en comunicaciones.

Subitamente la voz se volvio mas alerta.

—Senor… ?Podria repetir la orden, para que nuestro equipo de verificacion auditiva controle su voz?

Colt lo hizo, y en un relampago la pantalla mostro la cara contraida de un hombre de ancha frente. Su chaquetilla azul exhibia las hojas de roble doradas de un mayor de la Fuerza Aerea.

—Habla Stodt.

Colt miro de reojo a Kinsman. Luego dijo:

—Quiero una comunicacion laser con Alfa. Todas las lineas, y sin grabaciones. Inmediatamente. Conectela a esta linea telefonica.

La cara de huesos pequenos del mayor parecio contraerse aun mas.

—Senor, eso no esta dentro de nuestros planes de operacion…

—?Yo se lo pregunte, acaso? —replico Colt—. ?Obedezca!

—Pero… Pero senor, no tenemos manera de dirigir una comunicacion laser, salvo que tengamos tiempo

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