—?Un dia tarde y un dolar menos? —sugirio Cordelia involuntariamente.
—Si, eso era. —El controlo un gesto ironico—. Una observacion muy betana… Empiezo a ver por que.
Su rostro seguia siendo una mascara de neutralidad, pero sus ojos la escrutaron llenos de secreta agonia.
—?Llegue, uh, tarde?
—En absoluto —lo tranquilizo ella—. Llego, hum, muy a tiempo. Estaba intentando controlar el panico, preguntandome que hacer a continuacion.
El tenia la cara vuelta, de modo que Illyan no podia verla, y una sonrisa rapidamente reprimida ilumino sus ojos un instante.
—Entonces parece que estoy rescatando a mi flota de usted —murmuro entre dientes—. No es exactamente lo que tenia en mente cuando venia, pero me alegro de rescatar
Vorkosigan se arrodillo junto a Bothari, estudiandolo.
—Ese maldito hijo de puta ha estado a punto de volverlo a estropear —gruno—. Estaba casi bien, despues del tiempo que paso conmigo. Sargento Bothari —dijo con amabilidad—, ?puede acompanarme caminando?
Bothari le murmuro algo ininteligible a sus rodillas.
—Venga aqui, Cordelia —dijo Vorkosigan. Era la primera vez que ella le oia pronunciar su nombre—. Mire a ver si puede hacer que se levante. Creo que sera mejor que yo no lo toque, por ahora.
Ella se agacho ante el sargento.
—Bothari. Bothari, mireme. Tiene que levantarse y caminar un poco.
Le tomo la mano empapada de sangre y trato de dar con un argumento racional, o mas bien irracional, capaz de alcanzarlo. Ensayo una sonrisa.
—Mire. ?Ve? Esta lleno de sangre. La sangre lava el pecado, ?verdad? Ahora va a ponerse bien. Uh, el hombre malo se ha ido y, dentro de poco, las voces malas se iran tambien. Asi que venga conmigo y yo le llevare a donde pueda descansar.
Mientras Cordelia hablaba, el se concentro gradualmente en ella, y al final asintio y se incorporo. Todavia sujetandole la mano, Cordelia siguio a Vorkosigan a la salida, con Illyan detras. Esperaba que su cura de urgencia psicologica aguantara; una alarma de cualquier tipo podria hacerlo estallar como una bomba.
Se sorprendio al descubrir que el camarote de Vorkosigan estaba enfrente, una puerta pasillo abajo.
—?Es usted el capitan de esta nave? —pregunto. Las insignias de su cuello, ahora que las veia mejor, indicaban que su rango era el de comodoro—. ?Estaba aqui todo el tiempo?
—No, ahora pertenezco al Estado Mayor. Mi correo llego del frente hace unas horas. He estado reunido con el almirante Vorhalas y el principe hasta ahora. Acabamos de terminar. Venia hacia aqui cuando el guardia me hablo de la nueva prisionera de Vorrutyer. Usted… ni en mis mas alocadas pesadillas habria sonado que pudiera ser usted.
El camarote de Vorkosigan parecia tranquilo como la celda de un monje en comparacion con la carniceria que habian dejado enfrente. Todo segun las reglas, la habitacion adecuada para un soldado. Vorkosigan cerro la puerta tras ellos. Se froto la cara y suspiro, comiendosela con la mirada.
—?Seguro que se encuentra bien?
—Solo aturdida. Sabia que corria riesgos cuando me seleccionaron, pero no esperaba nada parecido a ese hombre. Inenarrable. Me sorprende que haya estado usted a sus ordenes.
El rostro de el se volvio hosco.
—Yo estoy a las ordenes del emperador.
Ella advirtio a Illyan, que permanecia de pie y en silencio. ?Que diria si Vorkosigan le preguntaba por el convoy? Suponia un peligro mas grande para su mision que la tortura. Habia empezado a pensar, en los ultimos meses, que su separacion acabaria por reducir el ansia que sentia de el, pero verlo vivo e intenso ante ella la hizo sentirse hambrienta. No podia saber que sentia el, sin embargo. En aquel momento parecia cansado, inseguro y bajo tension. Mal, todo mal…
—Ah, permitame presentarle al teniente Simon Illyan, del equipo de seguridad personal del emperador. Es mi espia. Teniente Illyan, la comandante Naismith.
—Ahora soy capitana —intervino ella automaticamente. El teniente le estrecho la mano con una inocencia tranquila y neutra, completamente contraria a la extrana escena que acababan de dejar atras. Podria haber estado igualmente en una recepcion en cualquier embajada. El contacto con ella dejo una mancha de sangre en su palma—. ?Y a quien espia?
—Prefiero el termino «vigilancia» —dijo el.
—Chachara burocratica —intervino Vorkosigan—. El teniente me espia a mi. Representa un compromiso entre el emperador, el ministro de Educacion Politica y yo mismo.
—La frase que empleo el emperador —dijo Illyan, distante—, fue «alto el fuego».
—Si. El teniente Illyan tambien tiene un biochip de memoria eidetica. Puede considerarlo un aparato grabador con piernas, que el emperador reproduce a voluntad.
Cordelia lo miro de reojo.
—Es una lastima que no pudieramos volver a encontrarnos en circunstancias mas auspiciosas —le dijo cuidadosamente a Vorkosigan.
—Aqui no hay ninguna circunstancia auspiciosa.
El teniente Illyan se aclaro la garganta, mirando a Bothari, quien cruzaba y descruzaba los dedos y miraba a la pared.
—?Y ahora que, senor?
—Mm. Hay demasiadas pruebas fisicas en esa habitacion, por no mencionar testigos que saben quien entro y cuando, para intentar alterar el escenario. Personalmente, preferiria que Bothari no hubiera estado alli. El hecho de que sea claramente
Se puso en pie, pensando furiosamente.
—Simplemente habra tenido que escapar, antes de que Illyan y yo llegaramos a la escena. No se cuanto tiempo sera posible esconder a Bothari aqui dentro… tal vez pueda conseguir algunos sedantes para el. —Miro a Illyan—. ?Que tal el agente del personal del emperador que esta en la seccion medica?
Illyan parecio no inmutarse.
—Es posible que pueda lograrse algo.
—Bien. —Se volvio hacia Cordelia—. Va a tener que quedarse aqui y mantener a Bothari bajo control. Illyan y yo debemos ir juntos, o habra demasiados minutos sin explicacion entre el momento en que dejamos a Vorhalas y el momento en que hagamos sonar la alarma. Los hombres de seguridad del principe estudiaran esa habitacion a conciencia, al igual que los movimientos de todo el mundo.
—?Eran Vorrutyer y el principe del mismo partido? —pregunto ella, buscando pie en las mareas de la politica barrayaresa.
Vorkosigan sonrio amargamente.
—Eran solo buenos amigos.
Y se marcho, dejandola a solas con Bothari y llena de confusion.
Hizo que Bothari se sentara ante el escritorio de Vorkosigan, donde continuo agitando los dedos de manera silenciosa e incesante. Ella se sento con las piernas cruzadas sobre la cama, tratando de irradiar un aire de calma y buen humor. No era facil, para un espiritu lleno de panico como el suyo.
Bothari se levanto y empezo a caminar de un lado a otro de la habitacion, hablando solo. No, solo no, advirtio. Y desde luego tampoco con ella. El entrecortado fluir de sus palabras no tenia ningun sentido. El tiempo paso lentamente, denso de miedo.
Tanto ella como Bothari dieron un respingo cuando la puerta se abrio, pero era solamente Illyan. Bothari adopto una postura de luchador cuando entro.
—Los sirvientes de la bestia son las manos de la bestia —dijo—. Les da de comer la sangre de la esposa. Malos sirvientes.
Illyan lo miro nervioso y le entrego a Cordelia unas ampollas.
—Tome. Deselas usted. Una de estas podria derribar a un elefante a la carga. No puedo quedarme.