Se sento en su silla y empezo a teclear rapidamente en su consola.

—?Por que es tan importante? —pregunto Cordelia.

—Sssh. Mas tarde.

Tecleo con furia durante diez minutos, y luego la envio electronicamente en busca de su comandante.

Mientras tanto, Bothari continuo respirando, aunque su cara conservo un mortal tono verdoso.

—?Que hacemos ahora? —pregunto Cordelia.

—Esperar. Recemos para que la dosis sea adecuada —Vorkosigan miro irritado a Illyan—, y que no le provoque ninguna especie de estado maniaco.

—?No tendriamos que pensar en alguna forma de sacarlos a ambos de aqui? —protesto Illyan.

—Idea descartada. —Vorkosigan empezo a insertar los nuevos discos de datos y a repasar los informes tacticos—. Como escondite tiene dos ventajas que no comparte ningun otro lugar de la nave. Si eres tan bueno como dices, no esta vigilado por ninguno de los hombres del oficial politico jefe ni del principe…

—Estoy bastante seguro de que es asi. Me jugaria mi reputacion.

—Ahora mismo te estas jugando la vida, asi que sera mejor que tengas razon. Segundo: hay dos guardias armados en el pasillo para impedir que nadie entre. No se puede pedir mas. Admito que estamos un poquito estrechos.

Illyan, exasperado, puso los ojos en blanco.

—He reducido la seguridad hasta el limite que me atrevo. No puedo hacer mas sin atraer la atencion.

—?Aguantara veinticuatro horas mas?

—Tal vez. —Illyan fruncio el ceno, intrigado y molesto—. Tiene algo planeado, ?verdad, senor?

No era una pregunta.

—?Yo? —Vorkosigan tecleo en la consola y los reflejos de las luces de colores se dibujaron sobre su rostro impasible—. Estoy simplemente esperando a que llegue una oportunidad razonable. Cuando el principe parta para Escobar, la mayoria de sus hombres de seguridad iran con el. Paciencia, Illyan.

Tecleo de nuevo.

—Vorkosigan a Sala de Tacticas.

—Al habla el comandante Venne, senor.

—Oh, bien. Venne, me gustaria recibir actualizaciones cada hora desde el momento en que partan el principe y el almirante Vorhalas. Y hagame saber de inmediato, no importa la hora, si empieza a recibir algo fuera de lo corriente, algo que no este en los planes.

—Si, senor. El principe y el almirante Vorhalas parten ya, senor.

—Muy bien. Adelante. Vorkosigan, corto.

Se acomodo en su asiento y tamborileo con los dedos sobre la mesa.

—Ahora, a esperar. Pasaran unas doce horas antes de que el principe llegue a la orbita de Escobar. Empezaran a desembarcar poco despues. Una hora para que las senales nos lleguen desde Escobar. Una hora para que las senales regresen. Mucho tiempo. Una batalla puede terminar en dos horas. Podriamos reducir ese tiempo en tres cuartos si el principe nos permitiera movernos.

Su tono desenfadado enmascaraba su tension, a pesar de su consejo a Illyan. La habitacion en la que se hallaba apenas parecia existir para el. Su mente se movia con la flota, girando en una tensa constelacion alrededor de Escobar, rapidos correos chispeantes, sombrios cruceros, lentos transportes de tropas, los vientres repletos de hombres. En sus dedos, olvidado, un lapiz optico giraba una y otra vez.

—?No seria mejor que comiera algo, senor? —sugirio Illyan.

—?Que? Oh, si, supongo. Y usted, Cordelia… debe tener hambre. Adelante, Illyan.

Illyan se marcho a buscar comida. Vorkosigan trabajo ante su consola unos cuantos minutos mas antes de apagarla con un suspiro.

—Supongo que sera mejor pensar tambien en dormir. La ultima vez que dormi fue a bordo de la General Vorhartung, cerca de Escobar… hace dia y medio, supongo. Mas o menos cuando la capturaron a usted.

—Nos capturaron un poco antes. Nos remolcaron durante casi un dia.

—Si. Enhorabuena, por cierto, por una maniobra de exito. No era un verdadero crucero de batalla, ?no?

—La verdad es que no puedo decirlo.

—Alguien quiere considerarlo una victoria.

Cordelia reprimio una sonrisa.

—Por mi, bien. —Se preparo para soportar mas preguntas pero, curiosamente, el cambio de tema.

—Pobre Bothari. Desearia que el emperador le concediera una medalla. Me temo que lo mejor que podre hacer por el es hospitalizarlo adecuadamente.

—Si al emperador le desagradaba tanto Vorrutyer, ?por que lo puso al mando?

—Porque era el hombre de Grishnov, y bien famoso como tal, y el favorito del principe. Por poner todos los huevos en una sola cesta, como si dijeramos. —Se interrumpio, cerrando el puno.

—Me hizo sentir que habia encontrado el mal definitivo. Creo que despues de el no habra nada que me asuste de verdad.

—?Ges Vorrutyer? No era mas que un villano pequeno. Un artesano anticuado cometiendo crimenes uno a uno. Los actos verdaderamente imperdonables los cometen hombres tranquilos en preciosas habitaciones de seda verde; esos tratan con la muerte al por mayor, a toneladas, sin lujuria, ni ansia, ni deseo, ni ninguna emocion redentora que los excuse, solo el frio temor a algun supuesto futuro. Pero los crimenes que esperan impedir en ese futuro son imaginarios. Los que ellos cometen en el presente… esos son reales. —Su voz se fue apagando mientras hablaba, de modo que al final casi lo hacia en susurros.

—Comodoro Vorkosigan… Aral… ?que le esta reconcomiendo? Esta tan tenso que parece que se vaya a poner a andar por el techo de un momento a otro.

El se echo a reir.

—Me apetece. Es la espera, supongo. Soy malo esperando. No es buena cosa en un soldado. Envidio su habilidad de esperar pacientemente. Parece tan calmada como la luz de la luna sobre el agua.

—?Es bonito eso?

—Mucho.

—Parece bonito. No tenemos ninguna de esas dos cosas en casa. —Ella parecia absurdamente complacida por el cumplido implicito.

Illyan regreso con una bandeja, y Cordelia no consiguio sacarle nada mas a Vorkosigan. Comieron, y le toco el turno a Vorkosigan de dormir, o al menos de tumbarse en la cama con los ojos cerrados, porque se levantaba cada hora para ver el desarrollo de las nuevas tacticas.

El teniente Illyan lo observaba por encima de su hombro, y Vorkosigan le senalaba rasgos caracteristicos de la estrategia a medida que se iban produciendo.

—Me parece bien —comento Illyan una vez—. No comprendo por que esta tan ansioso. Podriamos conseguirlo, a pesar de los recursos superiores de los escobarianos a la larga. No les serviran de nada si los agotan a la corta.

Temerosos de volver a sumergir a Bothari en un coma profundo, lo dejaron regresar a la semiconsciencia. El sargento permanecio sentado en un rincon, encogido en un nudo miserable, despertando y dormitando con malos suenos en ambos estados.

Al final Illyan se fue a dormir a su propio camarote, y Cordelia echo otra cabezada. Durmio largo rato, y no desperto hasta que Illyan regreso con otra bandeja de comida. Encerrada en aquella habitacion, Cordelia empezaba a perder la nocion del tiempo. Vorkosigan, sin embargo, lo vivia minuto a minuto. Despues de comer, se metio en el cuarto de bano para lavarse y afeitarse, y regreso con un nuevo uniforme verde, tan acicalado como si estuviera preparado para celebrar un encuentro con el emperador.

Comprobo las ultimas actualizaciones tacticas por segunda vez.

—?Han empezado a desembarcar tropas ya? —pregunto Cordelia.

El miro su cronometro.

—Hace casi una hora. Deberiamos recibir los primeros informes de un momento a otro. —Se sento y permanecio quieto, como un hombre sumido en profunda meditacion, el rostro como de piedra.

El informe tactico de esa hora llego, y Vorkosigan empezo a estudiarlo, al parecer comprobando detalles. A

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