deprimidos prisioneros, demasiados deseos hechos realidad. Se la tomaron como un balsamo para sus espiritus heridos y la convirtieron en su venganza. La historia fue transmitida, elaborada, ampliada, cambiada, hasta que veinticuatro horas despues fue tan rica e imparable como una leyenda. Al cabo de unos cuantos dias, Cordelia se dio por vencida.

La verdad era demasiado complicada y ambigua para resultar atractiva, y ella misma, al suprimir todo lo que tenia relacion con Vorkosigan, no podia conseguir que pareciera convincente. Su deber parecia vacio de significado, aburrido y descolorido. Ansiaba volver a casa, con su sensata madre y su hermano, a la tranquilidad, y a un pensamiento que la conectara con otro sin establecer una cadena de horrores secretos.

11

El campamento volvio pronto a la rutina, o a lo que siempre deberia haber sido la rutina. Siguieron semanas de esperar a que las lentas negociaciones para el intercambio de prisioneros se completaran, mientras todos elaboraban planes sobre lo que harian cuando llegaran a casa. Cordelia poco a poco llego a una relacion casi normal con sus companeras de refugio, aunque ellas todavia intentaban concederle privilegios y servicios especiales. No tuvo noticias de Vorkosigan.

Estaba tendida en su camastro una tarde, fingiendo dormir, cuando la teniente Alfredi vino a despertarla.

—Hay un oficial barrayares ahi fuera que dice que quiere hablar contigo. —Alfredi la siguio hasta la puerta, con el rostro lleno de recelo y hostilidad—. Creo que no deberias ir sola. Nos falta muy poco para ir a casa. Sin duda te la tienen jurada.

—Oh. No pasa nada, Marsha.

Vorkosigan estaba ante el refugio, con el uniforme verde de diario del Estado Mayor, acompanado como de costumbre por Illyan. Parecia tenso, respetuoso, cansado y encerrado en si mismo.

—Capitana Naismith —dijo formalmente—, ?puedo hablar con usted?

—Si, pero… no aqui. —Ella era plenamente consciente de las miradas de sus companeras—. ?Podemos dar un paseo o algo?

El asintio, y echaron a andar en silencio compartido. El cruzo las manos a la espalda. Ella se las metio en los bolsillos de su chaquetilla naranja. Illyan los siguio, como un perrillo imposible de espantar. Dejaron el complejo de los prisioneros y se encaminaron hacia el bosque.

—Me alegro de que viniera —dijo Cordelia—. Hay algunas cosas que queria preguntarle.

—Si. Quise venir antes, pero poner fin a todo esto de manera adecuada me ha mantenido muy ocupado.

Ella asintio, indicando las insignias amarillas de su cuello.

—Enhorabuena por el ascenso.

—Oh, esto. —Toco una insignia brevemente—. No significa nada. Es solo una formalidad, para facilitar el trabajo que estoy haciendo ahora.

—?Y cual es?

—Desmantelar la flota de guerra, guardar el espacio local en torno a este planeta, trasladar a los politicos de Barrayar y Escobar. Limpieza general, ahora que la fiesta ha terminado. Supervisar el intercambio de prisioneros.

Seguian un amplio sendero a traves del verde bosque y la empinada cuesta de la falda del crater.

—Queria pedirle disculpas por interrogarla con drogas. Se que la he ofendido enormemente. La necesidad me impulso. Fue una necesidad militar.

—No tiene que disculparse de nada. —Cordelia miro a Illyan. Debia saberlo…—. De nada, literalmente. Me he dado cuenta.

El guardo silencio.

—Ya veo —dijo por fin—. Es usted muy aguda.

—Al contrario, estoy muy confundida.

El se volvio para encarar a Illyan.

—Teniente, le pido un favor. Deseo estar unos minutos a solas con esta dama para discutir un asunto muy personal.

—No deberia, senor. Lo sabe.

—Una vez le pedi que se casara conmigo. Nunca me dio su respuesta. Si le doy mi palabra de que no discutiremos de otra cosa, ?podriamos tener unos momentos de intimidad?

—Oh… —Illyan fruncio el ceno—. ?Su palabra, senor?

—Mi palabra. Como Vorkosigan.

—Bueno… supongo que entonces esta bien.

Illyan se sento en un tronco caido y ellos continuaron sendero arriba.

Una vez en lo alto, se encontraron en un promontorio familiar que asomaba al crater, el mismo lugar donde Vorkosigan habia planeado la recuperacion de su nave, hacia tanto tiempo. Se sentaron en el suelo, observando la actividad del campamento, silenciada por la distancia.

—En otro momento nunca habria hecho usted eso —observo Cordelia—. Dar su palabra en falso.

—Los tiempos cambian.

—Ni me habria mentido.

—Es verdad.

—Ni habria fusilado a un hombre por crimenes en los que no habia participado.

—No fue una decision espontanea. Primero se le sometio a un consejo de guerra. Y las cosas se resolvieron con un poco de prisa. De todas formas, eso contentara a la Comision Judicial Interestelar. Los tendre encima manana. Investigando los abusos a las prisioneras.

—Creo que va a acabar con las manos manchadas de sangre. Las vidas individuales estan perdiendo su significado para usted.

—Si. Ha habido tantas… Casi es hora de renunciar. —Sus palabras y su rostro parecian carentes de toda expresion.

—?Como lo recluto el emperador para ese… extraordinario asesinato? Usted, nada menos. ?Fue idea suya? ?O de el?

El no eludio la respuesta, ni nego nada.

—Fue idea suya, y de Negri. Yo no soy mas que su agente.

Sus dedos tiraron suavemente de los tallos de hierba, rompiendolos delicadamente uno a uno.

—No me abordo directamente. Primero me pidio que tomara el mando de la invasion a Escobar. Empezo con un soborno: el virreinato de este planeta, de hecho, cuando sea colonizado. Lo rechace. Luego lo intento con amenazas, dijo que me entregaria a Grishnov, para que me acusara de traicion, y que no habria perdon real. Le dije que se fuera al infierno, aunque no en esas palabras. Ese fue un mal momento entre nosotros. Luego se disculpo. Me llamo «lord Vorkosigan». Me llamaba «capitan» cuando queria ser ofensivo. Luego mando llamar al capitan Negri, con un archivo que ni siquiera tenia nombre, y los jueguecitos se terminaron.

»Razon. Logica. Argumentacion. Pruebas. Estuvimos sentados en la sala verde de la Residencia Imperial de Vorbarr Sultana una semana entera, el emperador, Negri y yo, repasandolo, mientras Illyan daba vueltas por los pasillos, estudiando la coleccion de arte del emperador. Tiene usted razon en su deduccion respecto a Illyan por cierto. No sabe nada del verdadero proposito de la invasion.

»Ya vio al principe, brevemente. He de anadir que lo vio en su mejor faceta. Vorrutyer tal vez fuera su maestro, pero el principe lo supero con creces hace tiempo. Pero si hubiera tenido la mas leve idea de lo que es el servicio politico, creo que su padre le habria perdonado incluso sus costumbres mas repulsivas.

»No era un hombre equilibrado, y se rodeaba de gente cuyos intereses eran desequilibrarlo aun mas. Autentico sobrino de su tio Yuri. Grishnov pretendia gobernar Barrayar a traves de el, cuando llegara al trono. Por su cuenta (Grishnov habria estado dispuesto a esperar, creo), el principe habia orquestado dos intentos de asesinato en la persona de su padre en los ultimos dieciocho meses.

Cordelia silbo sin sonido.

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