— ?Donde deje mi impermeable? Llego la hora de que me vaya…
— Te llevare a tu casa.
— No. Todo va bien. La lluvia ha amainado ahora y empleando la acera rodante no queda lejos mi apartamento.
— ?Te vere manana? Pregunte mientras la ayudaba a ponerse el impermeable.
— ?Te quedas?
— Por lo menos una temporada.
— ?Por que no vienes a almorzar en Climatologia? Creo que Ted y tu deberiais estrecharos las manos.
— ?Antes de nuestra pelea?
— ?Que?
— Es una vieja expresion de boxeo.
Solto una carcajada.
— Bueno, estas haciendo chistes.
— Quiza me vuelva a poner sarcastico.
— No, ya no te pondras.
La acompane por el pasillo hasta el ascensor, la despedi, luego volvi corriendo a la habitacion, abri la pesada maleta y desparrame su contenido por el suelo.
La manana era nubosa y cuando llegue en helicoptero a Climatologia, para el almuerzo, comenzaba otra vez a llover.
Barney me recibio en el vestibulo.
— El grupo de Ted tiene un nuevo conjunto de oficinas — dijo -, en el edificio anexo.
Me guio por los pasillos y la pasarela cubierta que unia el edificio principal con el anexo. La lluvia tamborileaba con fuerza en el bajo techado metalico de la pasarela mientras la cruzabamos. El anexo en si tenia un aspecto provisional, prefabricado. No habla verdadero techo, solo el lado descubierto de debajo de la terraza, con todas las tuberias y vigas estructurales y todos los patios de ventilacion mostrandose. La mayor parte del edificio estaba lleno de talleres con maquinas estrepitosas. Los 'despachos' estaban hechos de tabique de metro y medio de altura, unidos por viguetas, para formar recintos.
— Hay algo de humedad aqui cuando llueve — dijo Barney por encima del estrepito de las maquinas -, y mucho calor si el tiempo es calido.
La seguia a traves de los atestados corredores. Podia ver por encima de los tabiques los despachos en forma de cabinas.
— El de Ted esta alla — dijo, senalando.
— ?Y tu trabajas aqui?
— No… sigo en computacion, en donde todos tenemos que luchar contra el zumbido de las maquinas y de los refugiados del anexo, que vienen a ver si es verdad eso del aire acondicionado.
— ?Pero esto es terrible!
Llegamos al extremo del pasillo y entramos en una habitacion de un rincon formada por dos tabiques y por dos de las paredes del propio anexo. Ted no estaba alli, pero se veia su sello: la mesa llena de mapas, bosquejos, diagramas, un mapa pantalla en la pared opuesto, otro escritorio cubierto de papeles y la inevitable fila de cafeteras.
— ?Bienvenido a Shangri-la!
Nos volvimos y vimos a Ted bajando deprisa hacia nosotros. Y llevaba un televisor portatil.
— Vamos, tomad una silla — dijo, pasando junto a nosotros para colocar el televisor en el escritorio -. Me alegro de que vinieras Jerry.
— Veo que vives en pleno lujo oriental desde que te fuiste de Eolo — comente, yendo hasta una de las sillas.
Barney se sento a mi lado.
— Tuli llama a esta zona 'Shangri-la'.
— Rossman pudo haberte proporcionado mejor acomodo — dije.
Ted se encogio de hombros.
— De acuerdo, hay humedad. Es parte del precio que tenemos que pagar. Pero acudi a el, no vino a mi.
— Lo se.
— En cierto modo, este panorama miserable ayuda — dijo animoso. Todo adquiere ese caracter de entrenamiento basico… ya sabes, estamos en esto juntos y tenemos que ayudarnos si queremos sobrevivir'. Asi que se efectua el trabajo.
— Que es lo que importa — afirmo Barney
— Hablando de Rossman — prosiguio Ted -. Aparecera en la TV dentro de un minuto. Emision especial de Washington, sobre la sequia.
Conecto el televisor. Tras cuatro o cinco espacios comerciales, empezo la emision. El doctor Rossman estaba flanqueado por el Consejero Cientifico del Presidente, doctor Jerrold Weis, y por el director de Environmental Science Services Administration, un almirante retirado llamado Correlli.
Tuli entro en el despacho mientras el comentador efectuaba las observaciones preliminares de presentacion. Saludo con la cabeza y se coloco detras del escritorio, plantado junto a Ted.
El doctor Weis dijo algunas cosas en general sobre haber reunido a varias inteligencias de la nacion y el almirante Correlli hablo brevemente de lo maravilloso que era ESSA. Luego le toco el turno al doctor Rossman. La camara nos dio un primer plano de su rostro, largo y sombrio, mientras empezaba a hablar sobre las condiciones que originaron la sequia. Hablo despacio, con cuidado, del modo que lo hace el hombre cuando no esta seguro de que le comprendan. Poco a poco me di cuenta de que estaba contando la misma historia, utilizando identicas palabras, casi, que empleo Ted aquella noche, muchas semanas antes, cuando nos explico por primera vez el problema de la sequia.
La camara de television nos ofrecio un mapa. Era uno de aquellos que nos ensenara Ted en la conferencia del Cuatro de Julio.
— ?Ese es tu trabajo! — balbucee.
Ted sonrio con aspereza.
— Solo la primera diapositiva… hay mas.
Rossman siguio hablando y mostrando las diapositivas de Ted. Yo contemple como cambiaba la condicion de sequia tal y como anunciara Ted. La celula de altas presiones se alejaban mas alla de la costa y los flujos de aire del sur que traia la lluvia ascendian de nuevo por la costa de levante. La pantalla de TV mostro peliculas de aviones volando en misiones de siembra y submarinos nucleares que eran revisados por ingenieros protegidos por trajes antirradiacion.
— Parecen hombres de Marte — dijo el comentador de la TV, con una medida admiracion en la voz.
— Si, es verdad — asintio el doctor Rossman.
La camara volvio a los cuatro hombres del estudio.
— Bueno, la lluvia que hemos obtenido constituye una' clara evidencia de que su trabajo es un exito — dijo acalorado el comentador.
— Gracias — El doctor Rossman se permitio una modesta sonrisa -. Creo que hemos demostrado que la