— Escucha. Tenemos que descubrir una manera de hacerle que acepte mas trabajo del control del tiempo. ?Y sin conseguir que me vuelva a despedir!

— Eso seria una mala nota en tu hoja de servicios como empleado — no pude evitar decirle.

Barney intervino antes de que Ted replicase.

— ?Que es lo que estabas pensando, Ted?

— Todavia no es seguro. Pero hemos de hacer algo que obligue a Rossman a dar el paso siguiente. De otro modo permanecera sentado donde esta. Seguro y respetado, y contemplando su medalla.

— ?Tienes ideas? — pregunte.

— Un par — contesto, mirando la continuada lluvia.

Amigos de Nueva York me han hablado de que corren rumores de que la cupula de Manhattan tiene dificultades en el problema de la contaminacion del aire. Quiza puedas echar un vistazo a eso, Jerry. Rossman daria saltos hasta el techo si supiese que yo habia intervenido.

'Y hay un comandante de la Fuerza Aerea que va a venir a verme esta tarde, para hablar del control del tiempo y los problemas militares. Quiza sea la clase de camino que podemos tomar para poder poner en marcha el verdadero proyecto.

— Jamas se me ocurrio que hubiesen usos militares en el control del tiempo — dije.

— Es algo que hay que meditar. ?Por que no te quedas aqui esta tarde? Podria ser distraido.

Volvi con ellos a Climatologia. El despacho de Ted estaba pegadizo y se podia oir como la lluvia tamborileaba contra el tejado metalico. Hacia fresco y Ted conecto la estufa electrica cercana a su escritorio y luego se sirvio cafe y me lo sirvio a mi. Barney habia vuelto a la seccion de computaciones.

El comandante Vincent llego mientras estabamos tomando — cafe. Era un hombre regordete, no demasiado alto y casi por completo calvo. Pero su rostro redondo tenia un aspecto juvenil, casi infantil.

— Pertenezco a la Division de Tecnologia Extranjera — dijo el comandante despues de que Ted le hiciese sentar y le entregase una taza de cafe -. Nuestra tarea principal es mantener informada a la Fuerza Aerea de lo que estan haciendo las demas naciones en diversos campos tecnicos.

— ?Como por ejemplo, el control del tiempo? — pregunto Ted, sentandose tras su escritorio.

— Bueno, quizas. Ahora mismo DTE se interesa oficialmente en como pueden predecir el tiempo las otras naciones y quizas efectuar modificaciones en pequena escala… Despejar las nieblas en torno a un aeropuerto y esa clase de cosas.

— Pero ustedes se preocupan por si los rojos son capaces de manipular en nuestro clima… Por lo menos, deberian preocuparse.

El mayor se agito incomodo en la silla.

— Claro que me preocupa eso. Y no solo por los rojos. Cualquier nacion que pueda controlar el tiempo tiene un arma tan poderosa como un ICBM.

Ted se levanto y fue hasta la pizarra que quedaba tras el escritorio.

— Jerry ya oyo esta conferencia… Son mis palabras clasicas sobre lo que ustedes necesitan para el control de tiempo.

Y se lanzo a su rutina acerca de la teoria de la turbulencia, las predicciones a largo plazo, las fuentes de energia etcetera. Mientras hablaba, el comandante Vincent saco de la guerrera una pequena agenda de notas y empezo a escribir en taquigrafia.

Cuando termino, el comandante cerro la agenda. Ted habia llenado la pizarra de palabras, diagramas y ecuaciones.

— Eso es lo que necesitamos — dijo el comandante -. Si sabemos que buscar, podemos decir lo que ocurre en otros paises.

— Sin convocar a los espias — anadio Ted.

— La DTE no interviene en los asuntos de espionaje.

— No en publico — murmuro Ted.

El comandante decidio cambiar de conversacion.

— Tenemos, por ejemplo, ese huracan que asolo Florida…

— El Lydia.

— Si. Bueno, ?pudo haberse formado artificialmente? ?Pudo ser conducido de manera deliberada para que pasara por los Estados Unidos?

Ted se encogio de hombros.

— Es posible. Aun no sabemos como hacerlo, pero quizas otra nacion este mas adelantada que nosotros.

Sacudiendo la cabeza, el comandante dijo:

— Cuando mas pienso en ello, mas importante me parece. Supongamos que esa sequia que ustedes vencieron fuera obra de una potencia enemiga… Oh, con el control del tiempo ustedes podrian hacer que un pais doblara las rodillas aun sin saber que le estaban atacando!

— Jamas pense en esa posibilidad — contesto Ted.

— Supongamos que un enemigo puede controlar nuestro tiempo — murmuro el comandante, yendo hasta la pizarra -. Cada vez que llueva, me pondre nervioso.

— No creo que haya nadie lo suficientemente adelantado para conseguirlo — dije.

— Quizas no — el comandante borro el trabajo de Ted de la pizarra. Luego dio un paso atras y miro a las debiles imagenes todavia visibles. Tomo un pedazo de tiza y las rayo de manera que quedaron completamente ocultas; luego volvio a dejar limpia la pizarra.

— Bien — dijo -. Se borro. Es una costumbre que se adquiere cuando se trata con informacion clasificada.

— Aqui no hay nada clasificado — dijo Ted.

— Pues quiza debia haberlo.

Frunciendo el ceno, Ted pregunto:

— ?Pretende clasificar el tiempo?

— No, creo que no. Pero el control del tiempo es otra cosa.

No comprendi lo serias que eran aquellas palabras del comandante hasta que transcurrio un par de semanas y Eolo se vio invadido por una brigada de inspectores de Seguridad del Gobierno. Su tarea, como me explico el jefe, era asegurarse de que el laboratorio era una entidad completamente segura para conservar documentos que pudieran ser clasificados como secretos.

— Pero es que nosotros no hacemos ningun trabajo clasificado — proteste.

— La Fuerza Aerea nos pidio que viniesemos aqui — dijo, mostrandome una hoja amarilla de aspecto oficial -, para investigar en los Laboratorios de Investigaciones Eolo y dar el visto bueno calificandole apto para conservar secretos. Todo el personal sera investigado tambien.

— ?Que significa eso?

— Significa que si usted ha contratado alguna persona a la que no se le puede dar el vistobueno para manejar secretos, tendra que ser trasladada a un edificio separado o despedida.

— ?Pero si no hacemos ningun trabajo secreto!

Volvio a agitar la hoja amarilla.

— Segun la Fuerza Aerea, lo haran.

Los inspectores metieron las narices por todas partes, buscaron la situacion de escritorios para la vigilancia, colocaron cerraduras en los archivadores, ordenaron que nos proveyesemos de papeleras especiales para echar el material inutil clasificado y me explicaron que la muchacha que estaba encargada de la biblioteca tendria que sellar, almacenar, distribuir y mantener un registro de los documentos clasificados.

En medio de todo aquel jaleo, llame por telefono a Ted.

— Iba a llamarle yo — me dijo. ?Tienes encima de ti a los agentes de Seguridad?

— Por toda la casa.

— Sonrio

— Cerraron el escritorio de Rossman mientras estaba almorzando. Necesito una hora para conseguir la llave. Se puso purpura.

— ?Es necesario todo esto? — pregunte.

— Me lo imagino, si es que vamos a trabajar para la Fuerza Aerea.

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