echo en cara.

– Oye, Bosch, no se de que me hablas. Creo que…

– Se que ya estabais al tanto de lo de Meadows, los tuneles y todo lo demas. Pedisteis sus expedientes militares, los mios, y probablemente los de todas las ratas que lograron escapar con vida de ese lugar. Debia de haber algo en el robo al WestLand que lo relacionaba con los tuneles de Vietnam.

Ella lo miro un buen rato. Estaba a punto de hablar cuando una camarera se acerco con libreta y lapiz.

– De momento un cafe solo y una botella de Evian -solto Bosch antes de que Wish o la camarera pudieran hablar. Esta ultima se alejo tomando nota.

– Creia que eras un policia de leche y azucar -comento Wish.

– Solo cuando la gente intenta adivinar lo que soy.

A Bosch le parecio que los ojos de Wish se dulcificaban un poco, pero solo un poco.

– Mira, Bosch. No se como sabes lo que crees que sabes pero yo no voy a hablar del caso WestLand. Tal como te dije en la oficina, no puedo. Lo siento mucho, de verdad.

– Supongo que deberia estar ofendido, pero no lo estoy. Era un paso logico en la investigacion. Yo habria hecho lo mismo: coger a todos los que encajaban en el perfil (las ratas de los tuneles) y comprobar sus coartadas.

– Tu no estas bajo sospecha, ?vale? Asi que dejalo correr.

– Eso ya lo se -dijo Bosch, soltando una breve carcajada-. Yo estaba en Mexico, suspendido, y puedo probarlo. Aunque eso ya lo sabeis. Lo mio no me preocupa; no quiero ni hablar de ello, pero necesito saber lo que habeis encontrado sobre Meadows. Tu te llevaste el expediente en septiembre, asi que lo habras investigado a fondo, a el (supongo que lo tuvisteis vigilado), a sus amigos y a su pasado. Quiza… bueno, casi seguro que lo interrogasteis. Todo eso lo necesito ahora, no dentro de tres o cuatro semanas cuando un funcionario le de el visto bueno.

La camarera volvio con el cafe y el agua. Wish agarro el vaso, pero no bebio.

– Bosch, Meadows ya no es asunto tuyo. Lo siento. No deberia decirtelo yo, pero te han retirado del caso. En cuanto vuelvas a tu oficina te lo notificaran. Hicimos una llamada cuando te fuiste.

Bosch sostenia la taza con las dos manos y los codos apoyados sobre la mesa. Al oir aquellas palabras, la deposito en el platito por si empezaban a temblarle las manos.

– ?Que dices que hicisteis? -pregunto Bosch.

– Lo siento -se disculpo Eleanor-. Despues de que te fueras, Rourke (al que plantaste la foto en las narices) llamo al numero que ponia en tu tarjeta y hablo con un tal teniente Pounds. Le conto lo de tu visita de hoy y explico que habia un conflicto de intereses, por lo de investigar la muerte de un amigo… Luego le dijo no se que mas y…

– ?Que mas?

– Mira Bosch, yo te conozco. Confieso que saque tus expedientes y te investigue. Aunque no hacia falta; en esa epoca solo habia que leer los periodicos para enterarse de lo tuyo y el caso del Maquillador. Soy consciente de tus problemas con Asuntos Internos y de que esto no va a ayudarte, pero fue decision de Rourke. El…

– ?Que mas dijo Rourke?

– La verdad. Que tu nombre y el de Meadows habian aparecido en nuestra investigacion y que os conociais. Tambien pidio que te retiraran del caso, pero todo eso no importa.

Bosch desvio la mirada.

– Dime la verdad -dijo-. ?Sospechais de mi?

– No. Al menos hasta que entraste en la oficina esta manana. Estoy intentando serte sincera, Bosch. Tienes que verlo desde nuestro punto de vista; un tio que investigamos el ano pasado viene y nos cuenta que esta investigando el asesinato de otro tio al que tambien investigamos a fondo en relacion al mismo caso. Y para colmo dice que quiere ver nuestros archivos.

Ella no tenia que contarle todo eso. Bosch lo sabia y tambien que ella se estaba arriesgando por hablar con el. A pesar de la mierda en la que se encontraba, o en la que le habian metido, a Harry Bosch empezaba a caerle bien la fria y dura agente Eleanor Wish.

– Si no puedes explicarme nada sobre Meadows, al menos cuentame algo sobre mi. Dices que me investigasteis y luego me descartasteis. ?Por que deje de ser sospechoso? ?Fuisteis a Mexico?

– Si, y otras cosas. -Ella le miro un instante antes de proseguir-. Te descartamos bastante pronto. Al principio nos emocionamos, quiero decir, que empezamos a mirar los expedientes de gente que estuvo en los tuneles de Vietnam y ahi estaba el famoso Harry Bosch, el detective superestrella del departamento, con un par de libros escritos sobre sus casos, una pelicula y una serie de television… Y resulta que es el mismo hombre del que han estado hablando los periodicos, el hombre que cayo en picado tras una suspension de un mes y el traslado desde la prestigiosa Division de Robos y Homicidios a… -Wish dudo un instante.

– «La cloaca.» -Bosch adivino lo que ella iba a decir.

Ella bajo la mirada hacia su vaso y continuo.

– Total, que Rourke empezo a pensar que tal vez asi es como habias pasado el tiempo de tu suspension, cavando un tunel bajo el banco. Habias pasado de heroe a villano y querias vengarte de la sociedad, o una tonteria por el estilo. Pero cuando te investigamos y preguntamos por ahi, nos enteramos de que te habias ido a Mexico a pasar el mes. Enviamos a alguien a Ensenada para comprobarlo y quedaste libre de sospecha. Por esa epoca tambien recibimos tu expediente medico de la Asociacion de Veteranos de Sepulveda… Ah, es con ellos con quien has hablado esta manana, ?no?

Bosch asintio y ella prosiguio.

– Bueno, en el expediente medico estaba el informe del psiquiatra… Lo siento, esto es una invasion de tu intimidad…

– Quiero saberlo.

– Leimos lo de la terapia para tratar el EPT. No es que estes enfermo, pero de vez en cuando sufres estres postraumatico: insomnio, pesadillas y otras cosas, como claustrofobia. Un medico incluso mencionaba que nunca podrias volver a entrar en un tunel como esos en toda tu vida. Total, que mandamos tu perfil a nuestros laboratorios de ciencias del comportamiento de Quantico. Ellos te descartaron como sospechoso, ya que en su opinion era improbable que volvieras a meterte en un tunel por dinero.

Wish dejo que Bosch asimilara lo que acababa de decir.

– Los archivos de la Asociacion de Veteranos estan anticuados -replico Bosch-. Toda esa historia ya es agua pasada. No voy a intentar convencerte de por que podria ser sospechoso, pero todo lo de la Asociacion de Veteranos es viejisimo. Hace mas de cinco anos que no he ido a un psiquiatra, ni de la Asociacion ni de ninguna parte. En cuanto a la mierda esa de la fobia, ayer mismo me meti en un tunel para echarle un vistazo a Meadows. ?Que opinarian vuestros psicologos de Quantico sobre eso? -pregunto.

Bosch noto que enrojecia de verguenza. Habia hablado demasiado. Sin embargo, cuanto mas intentaba controlarse y ocultarlo, mas rojo se ponia. Justo en ese momento volvio la camarera y le sirvio mas cafe.

– ?Que van a comer? -pregunto.

– Nada -le respondio Wish sin apartar la mirada de Bosch-. De momento.

– Perdone, pero ahora vendra un monton de gente a almorzar y necesitamos la mesa. Nosotros vivimos de los que tienen hambre, no de los estan demasiado enfadados para comer.

Y dicho esto se alejo. Bosch concluyo que las camareras eran mejores observadoras de la naturaleza humana que la mayoria de policias.

– Siento mucho todo esto -volvio a disculparse Wish-. Deberias haberme dejado ir cuando me he levantado.

Aunque la verguenza habia desaparecido, la rabia seguia alli. Bosch ya no desviaba la mirada, sino que la clavaba en los ojos de Wish.

– ?Crees que me conoces solo por unos papeles en una carpeta? Pues no me conoces. A ver, dime que sabes de mi.

– No te conozco, pero se cosas sobre ti -respondio ella, deteniendose un momento para reflexionar-. Eres un hombre de instituciones, Bosch. Toda tu vida la has pasado en instituciones; orfanatos, padres adoptivos, luego el ejercito y finalmente la policia. Nunca has salido del sistema; has ido saltando de una institucion imperfecta a otra.

Wish tomo un sorbito de agua, mientras decidia si continuaba o no. Al final lo hizo.

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