– A mi tambien me cogieron, ayer por la noche. No me dejaban venir a verte hasta que hubieran hablado contigo. Ordenes. No querian que nos pusieramos de acuerdo sobre la historia, pero supongo que al final nuestras versiones coincidieron. Bueno, al menos no me han vuelto a interrogar despues de que hablaran hoy contigo. Me han dicho que ya estaba.

– ?Han encontrado los diamantes?

– Que yo sepa no, pero no me han contado gran cosa. Tienen a dos equipos trabajando en el asunto, pero yo estoy completamente fuera. Me han puesto en una mesa hasta que se enfrie el asunto y los de Tiroteos terminen su trabajo. Seguramente siguen registrando el piso de Rourke.

– ?Y Tran y Binh? ?Estan cooperando?

– No, no han soltado prenda. Lo se por un amigo que estuvo en el interrogatorio. Siguen diciendo que no saben nada de los diamantes. Seguramente tienen a su propia gente buscandolos. A la caza del tesoro.

– ?Y donde crees tu que esta el tesoro?

– No tengo ni idea. Todo esto, Harry, me ha confundido. Ya no se lo que pienso sobre nada.

Bosch sabia que eso incluia lo que pensaba sobre el. Al no decir nada, el silencio acabo tornandose incomodo.

– ?Que paso? -pregunto finalmente-. Irving me ha dicho que Lewis y Clarke interceptaron a Avery, pero eso es todo lo que se. No lo entiendo.

– Nos observaron toda la noche mientras nosotros vigilabamos la camara -explico Eleanor-. Debieron de creer que eramos espias de los ladrones. Si supusieras que tu eras un policia corrupto, tal como hicieron ellos, quizas habrias llegado a la misma conclusion. Asi que cuando vieron que habias mandado a Avery y la patrulla a casa, pensaron que habian descubierto tu juego. Cogieron a Avery por banda en Darling's y el les conto lo de tu visita del dia anterior y los de las alarmas durante la semana. Entonces solto que no querias que el abriera la camara acorazada y ellos comprendieron que podia hacerlo. Sin pensarselo dos veces, pusieron rumbo al Beverly Hills Safe & Lock.

– Si. Creian que iban a ser heroes. Que iban a cazar a los policias corruptos y los ladrones al mismo tiempo. Un plan muy bonito, pero un mal final.

– Pobres idiotas.

– Pobres idiotas.

El silencio volvio, pero esa vez Eleanor no dejo que durara.

– Bueno, solo queria saber como estabas.

El asintio.

– Y… decirte que…

«Aqui esta -penso-, el beso de despedida.» -… he decidido irme. Voy a dejar el Buro. -?Pero… que haras?

– No lo se, pero me marcho. Como tengo algo de dinero ahorrado, viajare un poco y despues ya vere lo que quiero hacer.

– ?Por que, Eleanor?

– No…, no se explicarlo. Por todo lo que ha pasado. De pronto mi trabajo se ha convertido en una mierda. Y no creo que soporte volver a trabajar en esa oficina despues de lo que ha ocurrido.

– ?Volveras a Los Angeles?

Ella bajo la vista y despues miro a su alrededor.

– No lo se, Harry. Lo siento. Me parecia que… No lo se. Ahora mismo no se muy bien lo que pienso sobre las cosas.

– ?Que cosas?

– No lo se. Nosotros. Lo que ha pasado. Todo.

El silencio se torno tan audible que Bosch esperaba que una enfermera o incluso Galvin Junior asomaran la cabeza para ver si todo iba bien. Necesitaba un cigarrillo. Bosch se dio cuenta de que era la primera vez ese dia que habia pensado en fumar. Eleanor bajo la vista y el miro su comida intacta. Despues cogio el panecillo y empezo a lanzarlo al aire como una pelota de beisbol. Al cabo de un rato, los ojos de Eleanor volvieron a recorrer la habitacion sin encontrar lo que estaba buscando. A Bosch ya le estaba intrigando.

– ?No te han llegado las flores que te mande?

– ?Flores?

– Si, te mande unas margaritas. Como las que hay debajo de tu casa. No las veo por ninguna parte.

«Margaritas», penso Bosch. El jarron que habia estrellado contra la pared.

– Seguramente llegaran mas tarde. Solo suben cosas una vez al dia -contesto, controlandose para no gritar: «?Donde estan mis malditos cigarrillos?»

Ella fruncio el ceno.

– Hay algo que no entiendo -comento Bosch-. Si Rourke sabia que habiamos encontrado la segunda camara acorazada y la estabamos vigilando, y sabia que Tran habia entrado a vaciar su caja, ?por que no saco a su gente de ahi? ?Por que tiro adelante el asunto?

Ella sacudio la cabeza lentamente.

– No lo se. Tal vez…, bueno, he estado pensando que quiza queria que los atraparamos. Rourke era consciente de que esos hombres no se dejarian coger vivos y, sin ellos, el podria quedarse todos los diamantes del primer robo.

– Si. Pero ?sabes que? Yo he estado recordando todo el dia trozos de nuestra conversacion en el tunel. Poco a poco me va volviendo, y no menciono que se lo quedaria todo. Me dijo que su parte aumentaria ahora que Meadows y los otros dos habian muerto. Todavia usaba la palabra «parte», como si hubiera otra persona con quien compartir el botin.

Ella arqueo las cejas, sorprendida.

– Podria ser, aunque tambien es una forma de hablar -contesto.

– Es posible.

– Tengo que irme. ?Sabes cuanto tiempo te tendran aqui?

– No me lo han dicho, pero creo que manana me dare el alta. Estoy pensando en ir al funeral de Meadows en el cementerio de veteranos.

– Un entierro en el dia de los Caidos. Que apropiado.

– ?Quieres acompanarme?

– Em… no creo. No quiero volver a saber nada del senor Meadows. Pero manana ire al Buro a recoger mi mesa y escribir informes sobre los casos que tengo que pasar a otros agentes. Vente si quieres y te hare un buen cafe, como antes. Aunque la verdad es que no creo que te dejen salir tan rapido, Harry. No con una herida de bala. Necesitas descansar, curarte.

– Si -replico Bosch. Sabia que se estaba despidiendo de el.

– Vale, pues hasta pronto.

Ella se inclino y le dio un beso, y el supo que era una despedida a todo lo que habia habido entre ellos. Cuando abrio los ojos, ella estaba en el umbral.

– Una ultima cosa -dijo el y ella se volvio-. ? Como me encontraste, Eleanor? En las alcantarillas.

Wish dudo y sus cejas se arquearon de nuevo.

– Bueno, baje con Hanlon, pero nos separamos al salir del tunel excavado por los ladrones. El fue en una direccion y yo en la otra. Supe que habia acertado cuar do vi la sangre. Entonces encontre a Franklin, muerto. Y despues tuve un poco de suerte. Oi los disparos y la voces, bueno, sobre todo la de Rourke. Asi que la segui. ?Por que lo dices?

– No lo se, se me acaba de ocurrir. Me salvaste la vida.

Se miraron. La mano de ella sujetaba el pomo de la puerta entreabierta, dejando ver a Galvin Junior sentado en el pasillo.

– Solo queria darte las gracias.

Ella se llevo un dedo a los labios.

– No hace falta.

– No te vayas.

Bosch vio que la abertura de la puerta desaparecia y, con ella, Galvin Junior. Ella se quedo parada, en silencio. -No te vayas -repitio Bosch. -Tengo que irme. Hasta pronto, Harry. Ella abrio la puerta del todo. -Adios -dijo, y se

Вы читаете El eco negro
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату