reciente cincuenta aniversario fuera un exito.
Se sentia muy alegre y echo un vistazo al resto de los mensajes; archivo alguno, borro otros y contesto otros. Luego, recibio uno.
Estimado senor Bryce:
Anoche accedio a una pagina web que no estaba autorizado a visitar. Ahora lo ha intentado otra vez. No nos gustan las visitas sin invitacion. Si informa a la policia de lo que vio o intenta acceder otra vez a la pagina, lo que esta a punto de pasarle a su ordenador le pasara a su mujer, Kellie, y a su hijo, Max, y a su hija, Jessica. Mire con atencion, luego meditelo bien.
Sus amigos de Producciones Escarabajo.
Antes de que tuviera tiempo siquiera de comprender aquellas palabras, desaparecieron de la pantalla. Luego, el resto de los mensajes tambien comenzaron a desaparecer, como si los disolviera el acido.
Al cabo de un minuto, quiza menos, mientras observaba con impotencia, su cerebro demasiado paralizado para pensar en apagar el aparato, todo lo que habia en su ordenador desaparecio.
Toco las teclas. Pero no habia nada, solo una pantalla en blanco, fundido en negro.
Capitulo 13
Muchos policias apodaban a Dennis Ponds, el jefe de prensa de la policia de Sussex, «el Plasta». Se filtraban demasiadas historias a los medios de comunicacion y el sospechoso principal siempre era su departamento.
Habia sido periodista y parecia mas un operador de bolsa de la City que un jefe de prensa. Con cuarenta y pocos anos, el pelo negro y liso peinado hacia atras, cejas grandes y con vida propia, y una predileccion por los trajes elegantes, tenia la ardua tarea de mediar en las relaciones cada vez mas fragiles entre la policia y los ciudadanos.
Mientras bebia de la botella de agua mineral, Roy Grace lo miro desde su mesa, y sintio empatia por aquel hombre. Ponds no tenia la confianza de muchos policias y la prensa siempre sospechaba de sus motivos. No era un trabajo en el que cualquiera pudiera salir ganando. Un jefe de prensa de la policia habia acabado en un sanatorio; otro, Grace lo recordaba bien, andaba todo el dia echando tragos de una petaca.
Ponds acababa de dejar toda la coleccion de periodicos de la manana sobre la mesa de Grace y ahora estaba sentado delante de el, retorciendose las manos.
– Al menos hemos logrado que no salga en portada, Roy -dijo disculpandose, levantando las cejas como dos cuervos preparados para alzar el vuelo.
Habian tenido suerte; un articulo sobre Carlos y Camila ocupaba la mayor parte de la portada. Era un reflejo de los tiempos modernos que el torso sin cabeza quedara relegado a unas pocas lineas en las paginas interiores de algunos periodicos y que no se mencionara en absoluto en otros. Pero, como en la media pagina del Daily Mail abierta delante de el, el titular «Dos muertos en una persecucion policial» habia salido en todos y cada uno de los periodicos nacionales.
– Has hecho lo que has podido -dijo Grace; a diferencia de muchos de sus companeros, el comisario reconocia la importancia de las relaciones publicas.
– Has llevado bien la rueda de prensa -dijo el Plasta-. Lo mejor que podemos hacer es anadir la historia del torso hoy. He convocado una conferencia para las dos. ?Te va bien?
– Listo para machacarlos -replico Grace.
– ?Puedes adelantarme algo para ofrecerles?
Grace jugueteo con el tapon de la botella, enroscandalo, luego volviendolo a desenroscar.
– No hemos obtenido ninguna identificacion positiva a partir de las huellas. Estamos a la espera de un informe de ADN del laboratorio. Mientras tanto, estamos comprobando las listas de desaparecidos.
– ?Vamos a decirles que no hay cabeza?
– Todavia no quiero que lo sepa nadie. Solo voy a decir que el cuerpo presenta graves mutilaciones, lo que dificulta la identificacion.
– Creia que yo era el unico que adulteraba la verdad por vosotros.
Grace sonrio.
– Es obvio que has sido un buen profesor.
– ?Alguna pista importante? -pregunto Ponds, arqueando las cejas como alas en pleno vuelo.
– Vamos, Dennis. Ahora pareces tu el periodista.
– Me gustaria darles algo con lo que puedan entretenerse.
– Hay varias identificaciones positivas posibles.
– Si, pero he oido que la mas probable es una chica de Brighton, una abogada en practicas. ?Es cierto?
– ?Donde has oido eso? -le pregunto Grace, asombrado por la informacion.
El jefe de prensa se encogio de hombros.
– Es lo que corre por ahi.
– ?Por donde? ?Quien cono te lo ha dicho?
Ponds miro fijamente al comisario.
– Tres periodistas distintos ya han llamado a mi despacho.
Grace recordo la conversacion de la tarde anterior con Branson, por el movil, cuando Glenn especulo con quien podria ser la joven. ?Los habia escuchado alguien? Era casi imposible: los nuevos telefonos enviaban senales digitalizadas, codificadas.
– ?Quien cono ha hablado con ellos? -dijo Grace, cuya ira aumentaba en su interior, senalando con la botella al techo-. Dennis, esa chica muerta, sea quien sea, tiene una familia. Quizas un marido, una madre, un padre, hijos, que la querian. No estamos en situacion de ponernos a especular.
– Ya lo se, Roy, pero tampoco podemos mentir a la prensa.
– Mira, ?no puedes entender que todos aquellos que tengan a un ser querido que haya desaparecido y que encaje con su descripcion van a aferrarse a cada palabra impresa, a todo lo que se diga en television o por la radio? -dijo Grace pensando como siempre en Sandy-. No me dedico a dar esperanzas a la gente, sino a encontrar a criminales.
Dennis Ponds escribia freneticamente en un bloc de taquigrafia.
– Eso es bueno -dijo-. Esa ultima frase. ?Puedo utilizarla en nuestro comunicado de prensa?
Grace se quedo mirando un momento al hombre. Que tipico era eso de un responsable de prensa. Frases que quedaran bien en un titular. En realidad, era lo unico que queria Ponds. Asintio y miro la hora; queria pasarse por el centro de investigaciones y dar instrucciones a su equipo. Luego, tenia que asistir a la autopsia, que seria a las diez.
Habia otro motivo por el que deseaba presenciar la autopsia, y no tenia nada que ver con la pobre joven cuyos restos el patologo seguia descuartizando en estos momentos. Tenia que ver con otra joven del deposito, con la que tenia una cita esta noche.
Debajo de la montana de papeles que tenia sobre la mesa, estaba la revista para hombres
?Como diablos se podia ser moderno? ?A sus casi treinta y nueve anos valia la pena siquiera intentarlo? Entonces penso en Cleo Morey, y noto una especie de vuelco en el estomago por la emocion. Y si, se dio cuenta de que si. Valia muchisimo la pena.
Dennis Ponds se quedo cotorreando durante lo que parecio una eternidad, pero Grace lo soporto porque sabia que en este momento necesitaba tener a Ponds de su lado, y aquella era una buena forma de forjar vinculos. Ademas, Ponds le comento un rumor interesante sobre la jefa, la subdirectora, Alison Vosper, y luego se quejo del inspector jefe Gary Weston, el superior inmediato de Grace, quien, dijo Ponds, parecia mas interesado en las carreras de caballos y en los canodromos que en supervisar, y que la gente comenzaba a notarlo y a hablar.
Fuera cual fuera la verdad, no era inteligente por parte de su ambicioso jefe permitir que su reputacion se