humillado ante el tribunal.

Como siempre, el doctor Frazer Theobald realizaba sus progresos lentos, pero meticulosos. El examen del estomago de la mujer muerta indicaba que no habia comido en las horas inmediatamente anteriores a su asesinato, lo que podia ayudar a calcular cuando habia muerto: a primera hora de la noche y no mas tarde, si no habia cenado. Tampoco habia olor a alcohol -que se detectaria con solo un par de copas-, lo que significaba que era poco probable, aunque no imposible, que hubiera estado en un bar.

Poco despues de las doce y media, cuando Grace volvio a separarse del grupo, esta vez para llamar a Dennis Ponds para confirmar la rueda de prensa de las 14.00, Glenn Branson se acerco a el, y tenia una expresion inusitadamente abatida y descompuesta.

– Sera mejor que vengas a ver esto, Roy.

Grace interrumpio la llamada que iba a realizar y lo siguio a traves de la sala. Todos estaban alrededor de la mesa, sumidos en lo que le parecio un silencio de horror. Mientras se acercaba olio el hedor vomitivo a excrementos y gases intestinales.

Habian abierto el torso de la mujer, el torax estaba expuesto y vio que el corazon, los pulmones y el resto de los organos vitales habian sido extraidos, a la espera de colocarlos en bolsas para volver a meterlos dentro del pecho cuando terminara la autopsia; el cuerpo estaba vacio.

Sobre la bandeja de diseccion con el borde metalico, elevada algunos centimetros por encima de la joven, habia un trozo de tubo marron claro que parecia una salchicha larga. Tenia unos dos centimetros y medio de diametro y descansaba entre sangre, excrementos y mucosidad. El doctor Theobald habia realizado una incision en el y lo sostenia abierto con forceps para que todos lo vieran.

El patologo, que llevaba bigote, se volvio hacia Grace, su rostro aun mas serio de lo normal. Luego senalo.

– Creo que tendrias que echar un vistazo a esto, Roy.

La anatomia nunca habia sido el punto fuerte de Grace y, a veces, cuando miraba los organos de un cadaver, tardaba un tiempo en orientarse y entender que era. Miro, intentando comprender que podria ser. Parte de los intestinos, penso. Luego, mientras observaba, el doctor Theobald utilizo los forceps para abrir mas la incision que habia realizado y, entonces, Grace vio que ahi dentro habia algo.

Algo que el resto de los presentes en la sala ya habia visto.

Algo que hizo que se quedara mirando, unos momentos, horrorizado y completamente alucinado.

Luego, retrocedio un paso como si quisiera alejarse.

– Madre de Dios -dijo cerrando los ojos un instante, y sintio que la sangre no le llegaba a la cabeza. El estomago le hervia horrorizado y asqueado-. Dios mio.

Capitulo 19

Era un escarabajo negro, brillante y gordo, de cinco centimetros de longitud, con puas peludas en las patas, lomo estriado y que tenia una unica antena; curvada que le salia de la cabeza.

Con delicadeza, Frazer Theobald lo cogio con unas pinzas y lo sostuvo en alto para que todos lo vieran. La criatura no se movia.

Grace, a quien nunca le habian gustado los escarabajos, retrocedio un paso mas. La verdad era, en general, que no le entusiasmaba ningun bicho que se arrastrara; siempre le habian dado miedo las aranas y desconfiaba totalmente de los escarabajos. Y esta era, Dios santo, una criatura realmente horrible.

Miro a Cleo y vio un destello de repugnancia en su rostro.

– ?Que es, exactamente? -dijo Branson con la voz temblorosa, senalando la mesa de diseccion, rescatando sin querer a Grace de realizar una pregunta potencialmente estupida.

– El recto, por supuesto -dijo el patologo con desden.

Branson se aparto, asqueado. Luego, observo como Theobald se acercaba el escarabajo a la nariz, los pelos frondosos de su bigote se movieron, y casi se enroscaron en las puas peludas de las patas del escarabajo.

El patologo inhalo profundamente.

– Formaldehido -anuncio.

El hombre ofrecio el insecto a Grace para que lo confirmara. El comisario combatio su asco y tambien lo olio. Al instante, percibio ese tufo que le recordo a las clases de diseccion de Biologia, de cuando iba al colegio.

– Si -coincidio. Luego, volvio a mirar la mesa de diseccion.

– Por eso no lo detecte en el examen visual del recto, lo habian introducido demasiado adentro.

Grace miro el cuello del tubo que habia en la mesa, el esfinter de la joven muerta.

– Segun tu, Frazer, ?lo introdujeron antes o despues de que muriera?

– No sabria decirte.

Luego, formulo la pregunta que todo el mundo tenia en los labios.

– ?Por que?

– Eso teneis que averiguarlo vosotros -contesto Theobald.

Branson estaba al fondo de la sala, apoyado en la encimera junto al fregadero.

– ?Recuerdas El silencio de los corderos?

Grace la recordaba bien. Habia leido la novela, uno de los pocos libros que le habian hecho pasar miedo de verdad, y habia visto la pelicula.

– Todas las victimas tenian una mariposa alojada en la garganta -dijo Branson-. Era una mariposa de la calavera.

– Si -dijo Grace-. Era la firma del asesino.

– Entonces, quizas esto sea la firma de nuestro asesino.

Grace miro el escarabajo, que el patologo seguia sosteniendo en alto. Por un instante, habria jurado que movia las patas, que esa cosa seguia viva.

– ?Alguien sabe que tipo de escarabajo es? -pregunto.

– ?Un ciervo volador? -sugirio Cleo Morey.

– Con esa antena no -tercio Darren, el ayudante de la tecnico-. Estudie entomologia en la carrera. No recuerdo que haya nada asi en el Reino Unido. No creo que sea autoctono.

– ?Alguien lo ha importado? -dijo Grace-. ?Se han tomado la molestia de importarlo y luego introducirlo en el recto? ?Por que?

Hubo un largo silencio. Al final, el patologo metio el insecto en una bolsa de plastico y la etiqueto.

– Tenemos que averiguar todo lo que podamos sobre el -dijo.

Grace estaba reflexionando. A lo largo de los anos, habia leido por necesidad todo lo que habia podido encontrar sobre la mentalidad de los asesinos. La mayoria de los asesinatos se producian en el ambito familiar, y los cometian personas que conocian a su victima. Eran unicos en su genero, con frecuencia se trataba de crimenes pasionales que se llevaban a cabo en un momento de acaloramiento; sin embargo, un pequeno porcentaje de asesinos eran los verdaderamente retorcidos que mataban por gratificacion propia y pensaban que podian burlar a la policia, a veces hasta el punto de jugar con ella.

Estos eran los asesinos que a menudo dejaban algun tipo de firma. Una provocacion. «Esta es mi pista; ?atrapame si puedes, policia estupido!»

Grace miro la hora. Sabia que habia una persona que podria decirle, seguramente al instante, que clase de escarabajo era. No tenia ni idea de si el dato seria realmente de ayuda o no, pero tal vez podia aportar alguna pista.

– Hay que ocultarselo a la prensa -dijo-. No quiero que nadie lo mencione por radio, ?de acuerdo?

Todos asintieron. Comprendian su razonamiento. Con una pista tan poco habitual como aquella, sabrian al instante que si alguien que pudiera describir aquello llamaba afirmando ser el asesino, era su hombre. Podia ahorrarles horas, si no dias, descartando pistas falsas.

Grace le dijo a Branson que pusiera a uno de los miembros del equipo del centro de investigaciones a buscar otras victimas de asesinato en cuya escena se hubiera encontrado un escarabajo. Luego, le hizo una pregunta estupida al forense. Sabia que era estupida, pero aun asi tenia que formularsela.

– ?No hay ninguna duda de que el escarabajo estaba muerto antes de introducirlo?

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