– Entonces, ?puedo sacarlo?
– Por supuesto.
Johansson extrajo con cuidado el escarabajo de cinco centimetros con unas pinzas y lo dejo sobre su cartapacio. Lo examino en silencio unos momentos con una gran lupa, mientras, agradecido, Grace bebia un sorbo de cafe solo, pensando por un instante con tristeza en la cita de esta noche con Cleo, que habia tenido que cancelar para poder venir primero aqui y volver a Sussex House para celebrar la reunion informativa con su equipo a ultima hora. Habia estado esperandola mas que nada de lo que podia recordar en muchisimo tiempo y estaba destrozado porque no iba a verla. Pero al menos habian quedado para otro dia, el sabado, solo dos dias despues. Y la ventaja era que ahora tendria mas tiempo para comprar ropa nueva.
– Es un buen especimen, Roy -le dijo Lars-. Muy bueno.
– ?Que puedes decirme sobre el?
– ?Donde lo has encontrado exactamente?
Grace se lo explico, y el entomologo, dicho sea en su honor, apenas levanto las cejas.
– Encaja -dijo-. Es enfermizo, pero acertado.
– ?Encaja? -pregunto Grace.
– Es una ubicacion adecuada, por motivos que te aclarare. -Esbozo una sonrisa ironica.
– Soy todo oidos.
– ?Quieres la clase completa de biologia de segundo de carrera sobre este bichito o un resumen?
– Solo la version para justitos. Tendre que repetirselo a gente que aun es mas inutil que yo.
El entomologo sonrio.
– Se llama
– ?Pueden encontrarse aqui?
– Fuera del zoo, no.
Grace fruncio el ceno, pensando en las repercusiones de aquello.
– Los egipcios la consideraban una criatura sagrada -continuo el profesor-. Tambien se conoce como escarabajo pelotero.
Ahora Grace lo entendio.
– ?Escarabajo pelotero?
– Eso es. Los mas conocidos son la subespecie llamada escarabajo estercolero. Utilizan la cabeza y las patas delanteras para raspar los excrementos y hacer una bola, luego la llevan rodando hasta que encuentran un lugar adecuado para enterrarla, para que madure y se descomponga.
– Suena delicioso -dijo Grace.
– Creo que prefiero las albondigas suecas.
Grace se quedo pensando un momento.
– Entonces, colocar este escarabajo en el recto de la mujer tiene un significado.
– Retorcido, pero si.
Una sirena ululo en la calle.
– Creo que es razonable suponer que nos enfrentamos a alguien que tiene unos valores distintos a los tuyos y a los mios -dijo Grace con una mueca-. ?Que relacion existe exactamente con el antiguo Egipto, Lars?
– Te lo imprimire. Es bastante fascinante, la verdad.
– ?Me ayudara a encontrar al asesino?
– No hay duda de que se trata de alguien que conoce el simbolismo. Creo que seria importante que comprendieras todo lo posible sobre el tema. ?No has estado en Egipto, Roy?
– No.
Parecia que el profesor comenzaba a animarse.
– Si vas a Luxor, al Valle de los Reyes o a cualquier templo, veras escarabajos peloteros grabados por todas partes; eran una parte fundamental de la cultura del Alto y del Bajo Egipto. Y, por supuesto, eran importantes en los ritos funerarios.
Grace bebio un poco mas de cafe, repasando mentalmente todo lo que tenia que hacer aquella noche, mientras el profesor tecleaba un momento en su ordenador.
Hacia veinte minutos, la detective Emma-Jane Boutwood habia llamado para comunicarle que habian llegado los resultados de las pruebas de ADN: la base de datos no habia dado ninguna identificacion positiva. Todavia no se habian encontrado mas partes del cuerpo. En la ultima hora, se habia descartado a otra de las mujeres desaparecidas. El ADN del resto se habia enviado por mensajero al laboratorio, y era de esperar -al menos para la policia- que hubiera una identificacion positiva. Si no, tendrian que ampliar la busqueda de inmediato.
De repente, una impresora escupio un folio a unos centimetros de donde estaba sentado y le dio un susto.
– ?Ritos funerarios?
– Si.
– ?Que importancia tenian estos escarabajos en los ritos funerarios, Lars?
– Se colocaban dentro de las tumbas para garantizar la resurreccion eterna.
Grace penso en aquello unos momentos. ?Se enfrentaban a un fanatico religioso? ?A un jugador? Sin duda, se trataba de una persona inteligente -lo bastante culta para haber estudiado el antiguo Egipto-; la ubicacion de este escarabajo en concreto en el recto de la mujer no se habia elegido al azar.
– ?Donde podria alguien conseguir un escarabajo pelotero en Inglaterra? -pregunto-. ?Solo en un zoo?
– No, hay algun importador de insectos tropicales que comercia con ellos. No tengo ninguna duda de que tambien estaran disponibles a traves de Internet.
Roy Grace anoto mentalmente encargar a alguien que hiciera una lista de todos los proveedores de insectos tropicales del Reino Unido y los visitara y realizara una busqueda por Internet.
El entomologo devolvio el escarabajo a la bolsa de pruebas.
– ?Puedo ayudarte en algo mas, Roy?
– Estoy seguro de que lo habra. Ahora no se me ocurre nada mas. Y te agradezco muchisimo que te hayas quedado hasta tan tarde para verme.
– No hay problema. -Lars Johansson senalo con la cabeza la ventana y la vista hacia Exhibition Road-. Hace una noche agradable. ?Vuelves a Sussex?
Grace asintio.
– Deja que te invite a una copa, la penultima.
Grace miro la hora. El siguiente tren rapido a Brighton salia dentro de cuarenta minutos. No le daba tiempo a tomar una copa, pero si sentia que necesitaba una, y como el profesor le habia ayudado tantas veces en el pasado, le parecio de mala educacion rechazar su invitacion.
– Una rapida -dijo-. Luego, tengo que salir corriendo.
Treinta minutos despues, sentado a una mesa de la terraza de un pub abarrotado, se pregunto que diablos pasaba exactamente con su vida. Esta noche deberia estar con una de las mujeres mas hermosas que habia visto. Sin embargo, estaba bebiendo su segunda pinta de cerveza tibia, escuchando primero una conferencia de quince minutos sobre el sistema digestivo del escarabajo pelotero y, ahora, un largo analisis de Lars Johansson, cada vez mas deshecho en lagrimas, de todos los problemas de su matrimonio.
Capitulo 22
El trafico de la hora punta vespertina del jueves para salir de Londres estaba peor de lo normal. Y como hoy hacia una noche agradable y templada, parecia que todos los londinenses escapaban al campo. Por lo general, Tom viajaba en tren para evitarse este infierno, pero hoy habia tenido que coger el coche para ir al despacho de Ron Spacks y, despues, regresar al centro de Londres a recoger su portatil.
Su plan de llegar temprano a casa y hacer una barbacoa en el jardin para cenar con su familia se habia ido al traste cuando Chris Webb llego tarde para arreglarle el ordenador y le costo mas de lo previsto conseguirlo. Eran casi las cuatro y media de la tarde cuando Chris termino y permitio a Tom iniciar su viaje de regreso a la peor