de datos, el Fastbloc, que sacaria una copia forense del disco byte a byte.
Cuando se completo, volvio a montar el ordenador, lo llevo a su mesa, lo enchufo y comenzo a trabajar. Por costumbre, la primera orden de busqueda que tecleo fue Buffy. No aparecio nada. La segunda fue Star Trek. Tampoco aparecio nada. Aquello no demostraba nada, pero era un indicador util de que Tom Bryce no era un pedofilo. El departamento habia descubierto un dato curioso a lo largo de estos ultimos anos: un alto porcentaje de pedofilos eran entusiastas de Buffy cazavampiros y
Jon trabajaba deprisa y metodicamente. Exploro el album de fotografias, que contenia muchas fotos de una mujer atractiva de pelo rubio ondulado y de dos chiquillos, un nino y una nina; su crecimiento registrado desde que tenian pocos dias de vida, o menos, hasta ahora, cuando la nina tendria unos cuatro anos, y el nino, unos siete. Fotos normales de familia. Nada por lo que alarmarse.
Luego, comenzo con los marcadores de paginas web de Bryce, pero no vio nada destacable. Retrocedio, siguiendo las huellas del hombre durante el ultimo ano, estudiando todas las direcciones de paginas web que habia visitado. Habia muchas paginas porno, igual que en casi todos los ordenadores de hombres que habia examinado, pero aparte de algunas paginas lesbicas, no habia nada que sugiriera que el hombre era un pervertido.
Entonces, topo con algo que lo desconcerto. Al principio, creyo que era el rastro de un virus, pero luego se dio cuenta de que era un codigo fuente de algun spyware autoinstalable. El diseno le sonaba, pero no supo de inmediato de que. Lo siguio detenidamente, dejandose guiar por los enlaces. Y vio que el
Se dio la vuelta. Andy Gidney, detras de el, iPod enchufado a las orejas, estaba muy concentrado, moviendo los dedos por el teclado con la velocidad y gracia de un concertista de piano. El sargento se levanto, se acerco a su companero y le dio un golpecito en el hombro.
– Necesito ayuda, Andy. ?Puedes dejar lo que estas haciendo unos minutos y ver si puedes encontrar una contrasena y un nombre de usuario para atravesar un cortafuegos?
Sin decir una palabra, el
– ?Has podido? -pregunto Rye.
– Es una contrasena de ocho digitos, por el amor de Dios -le dijo Gidney a Rye, como si fuera idiota-. Podria tardar dias.
El jefe de la Unidad de Delitos Tecnologicos volvio a sentarse a su mesa, quito la tapa de plastico del cafe y dejo la taza a una distancia segura del ordenador. Volvio a seguir las huellas del
?Lo recordaba perfectamente!
Unos momentos despues, volvio a la sala de pruebas y cogio con cuidado la bolsa de plastico opaca en la que podia leerse «Prueba policial» y que contenia el ordenador de sobremesa y la torre del servidor que les habian traido hacia tan solo unas semanas.
Capitulo 38
– ?Vamos! ?Dios santo, llegamos tardisimo! ?Jessica, vuelve a la cama, ya! -le grito Tom Bryce a su hija, que habia bajado corriendo las escaleras con su bata rosa por tercera, o quiza cuarta vez.
Estaba histerico.
– ?Papaaaaa! -grito Max desde arriba.
– ?Max, calla! ?Duermete!
– ?Nooooo!
Tom, vestido muy elegante, con su chaqueta negra Armani, camisa blanca, pantalones azules y mocasines de terciopelo Gucci y listo para salir, paseaba por el salon mientras bebia un enorme vodka con martini.
– ?Kellie! ?Que demonios estas haciendo? ?Y donde demonios esta la canguro?
– ?Llegara enseguida! -le contesto tambien chillando-. Ya voy. -Luego, mas fuerte, grito-: Jessica, ?sube ahora mismo!
– Papa, no me gusta Mandy. ?Por que no puede venir Holly?
– ?Jessica! ?Sube ya!
– Holly ya estaba ocupada -le dijo Tom a su hija-. ?Vale? De todos modos, Mandy es maja. ?Que problema tienes con ella?
Jessica, que lucia con orgullo dos pulseras de goma para copiar a su hermano, una rosa y una amarilla, se dejo caer en el sofa, cogio el mando a distancia y se puso a hacer zapping.
– ?Arriba, senorita!
– Mandy se pasa todo el rato hablando por telefono con su novio.
– Tiene movil, puede hacer lo que quiera -le replico Tom.
Jessica, recien banada y con la cara sonrosada, se echo el pelo hacia atras y ladeo la cabeza con un movimiento elegante muy adulto.
– Hablan de sexo.
– Jessica, primero, es de mala educacion escuchar las conversaciones telefonicas de los demas y, segundo, cuando Mandy esta aqui haciendo de canguro, tendrias que estar en la cama, dormida, asi que, ?por que importa?
– Porque si -dijo Jessica de mal humor.
Kellie bajo trotando las escaleras. Estaba radiante y olia al nuevo perfume Gucci que Tom le habia comprado hacia poco y que le parecia increiblemente sensual en su piel. Llevaba un vestido negro corto y ajustado, que dejaba al descubierto un escote atrevido y generoso, y que realzaba al maximo sus maravillosas piernas. Con su enorme collar de plata estilo romano estaba elegantisima.
Simplemente perfecta para esta noche.
Un nuevo cliente al que Tom queria impresionar desesperadamente los habia invitado a cenar.
Kellie miro a Tom.
– ?Ya estas bebiendo?
– Para envalentonarme -dijo.
Kellie abrio mucho los ojos con desaprobacion.
– Creia que esta noche ibas a conducir, para ahorrar en taxis. -Luego, se volvio hacia Jessica-. Sube a la cama, ya -le ordeno con dureza-. O manana te quedas sin tele, y hablo en serio.
Jessica miro con resentimiento a su madre, luego a su padre. Parecio que iba a decir algo, luego se lo penso mejor y comenzo a marcharse de la habitacion, con una lentitud exasperante.
– Solo tomare una copa de vino cuando llegue, luego me pasare al agua.
– No pasa nada -contesto Kellie-. Ya conducire yo, otra vez.
– Creo que los dos necesitamos beber esta noche -dijo Tom. Se acerco a ella, la rodeo con sus brazos, la estrecho con fuerza y le dio un beso en la frente-. Estas preciosa.
– Tu tambien estas guapo -dijo-. Me gustas con camisa blanca.
Ahora Jessica estaba subiendo las escaleras.
Tom acaricio la oreja de Kellie con la nariz.
– Me gustaria llevarte directamente a la cama.
– Pues vas a tener que esperar. No voy a quitarme todo esto y volver a empezar.
Sono el timbre de la puerta. Se oyo el golpe de la gatera y Lady entro dando saltos en el recibidor y ladrando muy fuerte.
Tom se quedo en el salon y apuro su coctel, el alcohol empezaba a subirsele un poco y a mejorarle el humor, lo que hizo que ganara confianza.
Entonces Mandy entro en la habitacion y se quedo boquiabierto. Era la hija de una amiga de Kellie de las