– Venga. Quiero detalles. No te andes con remilgos conmigo. Cuenta.

– No tengo por que andarme con remilgos. Tiene novio, ?vale? En realidad, esta prometida. Por algun motivo, olvido mencionarlo.

– Estas de cona.

Grace saco el movil y le enseno a Branson el mensaje que habia recibido aquella manana: «Ahora no puedo hablar. Acaba de llegar mi prometido. C. Besos».

– Ese tipo es historia -declaro Branson al cabo de un momento.

– Me lo ha mandado este mediodia. Aun no me ha llamado.

– Ha puesto «Besos». Confia en mi, esta acabado.

Grace se metio el resto del donut en la boca. A pesar de no tener apetito, estaba tan bueno que podria haberse comido otro.

– ?Se trata de otra de tus corazonadas?

El sargento lo miro de reojo.

– No me equivoco siempre.

Hoy Cleo no estaba de guardia. Si lo estuviera, Grace asistiria a la autopsia de Reggie D'Eath esta tarde, aunque no hacia falta porque habian nombrado a otro detective como inspector jefe del caso.

– Ya veremos -dijo el.

Grace recordo una expresion que solia utilizar su madre: «El tiempo dira». El destino. Ella creia mucho en el destino, pero Grace nunca habia compartido totalmente esa creencia. La habia ayudado a pasar los dias mientras se moria de cancer. Si uno creia que existia un poder superior que tenia toda su vida planeada, en cierto sentido tenia suerte. Las personas que tenian una profunda fe religiosa eran afortunadas; podian abdicar todas sus responsabilidades en Dios. A pesar de la fascinacion que sentia Grace por lo sobrenatural, nunca habia sido capaz de creer en un Dios que tenia un plan para el.

Volvio a entrar en la sala y se dirigio al area de trabajo. En la gran pizarra blanca estaba la fotografia que habia tomado esta manana de Reggie D'Eath en su cuarto de bano, ademas de una foto de Kellie Bryce: la foto que Branson habia mandado a la prensa, a todas las comisarias de policia y a todos los puertos del Reino Unido.

A la manana siguiente, Cassian Pewe, el asqueroso y arrogante inspector de la Met, comenzaria a trabajar con el en los casos sin resolver. Y era evidente que si no obtenia pronto algun resultado en el caso de Janie Stretton, la subdirectora encargaria a Pewe que se convirtiera en su sombra.

– Glenn, ?hasta que punto estas seguro de que ese Tom Bryce no ha matado a su esposa? -pregunto Grace a Branson.

Siempre que una mujer desaparecia en circunstancias extranas, el principal sospechoso era el marido o el novio, hasta que quedaba descartado.

– Como te he dicho en la reunion de hace una hora, estoy muy seguro. Le he grabado mientras le interrogaba antes de ensenarle las imagenes de la camara de seguridad, y puedo pedirle a un especialista que analice la cinta, pero no creo que sea necesario. Habria tenido que dejar a los ninos solos en casa en mitad de la noche, matar a su mujer, llevar el cadaver a algun lugar, luego ir hasta Ditchling Beacon, incendiar el coche y caminar ocho kilometros para llegar a casa. No lo creo.

– Entonces, ?donde esta ella? ?Crees que puede haberse fugado con un amante?

– Creo que no habria incendiado el coche; ademas, se habria llevado el bolso y algo de ropa, ?no te parece?

– Podria ser una buena tapadera, incendiar el coche.

Branson se mantuvo firme.

– No. Imposible.

– Me gustaria ver a ese senor Bryce. Vamos a pasarnos por su casa.

– ?Ahora? ?Esta noche? Podemos pasarnos, pero esta bastante afligido, intenta arreglarselas con sus hijos. He organizado turnos de agentes de Relaciones Familiares para que esten con el. Preferiria ir manana por la manana, si su mujer no ha aparecido.

– ?Has hablado con los padres de la canguro?

– Si. Estaban en la cama cuando la chica llego a casa. Ella les pego un grito para decirles que habia vuelto, sobre la 1.45. Oyeron un coche que se marchaba, eso es todo.

– ?Los vecinos?

– No hay muchos en esa calle, en «La colina de la abundancia». Los he interrogado. Nadie vio ni oyo nada.

– ?Has comprobado todas las camaras de Trafico?

– Estoy esperando. Han estado revisando todas las imagenes desde la 1.00 hasta la hora en que entro el aviso. Por ahora, no hay nada.

– ?Has averiguado algo de ellos como pareja?

– He hablado con los vecinos de al lado, una pareja de ancianos. El hombre mide como diez metros y la mujer fuma tanto que apenas la veia en la habitacion. Parece que ella tenia cierta amistad con la senora Bryce, Kellie. Les hace de canguro en caso de emergencia, cosas asi. Lo que me ha dicho es que tienen problemas economicos.

Grace levanto una ceja, aquello desperto su interes.

– ?Ah, si?

– Nunca lo dirias a juzgar por la casa que tienen. Tienen una barbacoa enorme, parece el centro de control de Houston, debe de haberles costado una pasta. Tienen una cocina muy chic, tele de plasma, todo lo mas.

– Seguramente por eso tienen problemas economicos -dijo Grace-. ?Podria haber incendiado ella el coche para cobrar el seguro?

Branson fruncio el ceno.

– No se me habia ocurrido. ?Alguna vez saca alguien tajada de la indemnizacion del seguro del coche?

– Vale la pena averiguar si lo tienen en propiedad o si lo estan pagando a plazos; si han intentado venderlo hace poco. La Unidad de Delitos Tecnologicos tiene una copia del disco duro de su portatil. Diles que comprueben si ha puesto algun anuncio para vender el coche en alguna pagina web, tipo Autotrader. Podrian haber planeado juntos la desaparicion.

Cuanto mas pensaba en ello, mas emocionado estaba Grace. «Problemas economicos», penso. Quizas era una pista falsa, pero tenian que explorarla. A veces la gente urdia trucos ingeniosos para reducir sus deudas. Vio que Bella Moy cogia un Malteser; en el borde del teclado habia un rastro de azucar glas de su donut. Nick Nicholl estaba al telefono, muy concentrado.

Norman Potting tambien estaba al telefono, trabajando con la lista de clientes de BCA-247, sin duda provocando algunos disgustos, penso Grace un poco malevolamente. No es que el tuviera autoridad moral respecto a la prostitucion, pues a lo largo de los ultimos nueve anos habia cogido el telefono en alguna ocasion para llamar a uno de los numeros de los anuncios personales del Argus. Pero todas las veces habia sentido la sombra de Sandy detras de el.

Lo mismo le habia ocurrido durante un breve romance que tuvo la unica y desastrosa vez en que se habia apuntado a unas vacaciones para solteros, cuando fue a la isla griega de Paxos.

Se abrio la puerta y aparecio la cara alegre de Tony Case, el jefe de la unidad de apoyo de Sussex House.

– Se me ha ocurrido pasarme para ver si necesitabas algo, Roy -dijo.

– Gracias, Tony, creo que estamos bien. Te lo agradezco.

Case levanto un dedo para responderle.

– Es mi trabajo.

– Disfruta del resto del fin de semana -dijo Grace.

Tony Case miro la hora.

– ?Las cuatro horas que quedan? Que gracioso eres, Roy.

Mientras el policia de apoyo se marchaba por el pasillo, Grace miro las letras naranjas brillantes de la pantalla del ordenador y reviso las ultimas actividades registradas sobre el asesinato de D'Eath. No tardo mucho en encontrar algo. Los interrogatorios puerta por puerta habian dado con un vecino alerta que habia visto una furgoneta blanca aparcada delante de la casa de Reggie D'Eath sobre las siete de la tarde anterior. El vecino habia

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