– No se me ocurrio.

– ?Y tu eres detective? Creia que lo preguntabas todo.

– ?Por que te pusieron Cleo a ti?

– Porque… -Solto una risita-. En realidad, me da verguenza contarlo, fue porque las novelas preferidas de mi madre eran El cuarteto de Alejandria. Me pusieron el nombre de uno de los personajes, Clea, solo que mi padre lo deletreo mal en el registro. Puso una «o» al final en lugar de una «a», y asi se quedo.

– No conozco El cuarteto de Alejandria.

– ?Venga, tienes que haberlos leido!

– Debi de tener una infancia con muchas carencias.

– ?O disipada?

– ?Sabias jugar al poquer a los doce anos?

– ?A eso me referia! Dios santo, ?necesitas que te eduquen! El cuarteto de Alejandria son cuatro novelas escritas por Lawrence Durrell. Son unas historias preciosas, todas conectadas. Justine, Balthazar, Mountolive y Clea.

– Deben de serlo si…

– ?Si que?

– Si tu fuiste el resultado.

Volvio a sonarle el telefono. Y esta vez, contesto, de muy mala gana.

Al cabo de dos minutos, aun de peor gana, estaba de pie junto a la cama poniendose los calcetines deprisa y con torpeza.

Capitulo 66

– Te asustas con facilidad, ?verdad, Kellie?

Deslumbrada por la luz enfocada a sus ojos, Kellie se revolvio pese a las ataduras que la inmovilizaban, intentando echarse hacia atras en la silla, tratando de alejarse de las patas inquietas del asqueroso escarabajo negro que el americano gordo y bajito le acercaba a la cara.

– ?Noooo! ?Por favor, noooo!

– Solo es una de mis mascotas. -El hombre le lanzo una mirada lasciva.

– ?Que quieres de mi? ?Que quieres?

De repente, aparto el escarabajo y cogio una botella de vodka.

– ?Un traguito?

Kellie giro la cara. Estaba temblando. De miedo. De hambre. Por la abstinencia. Las lagrimas resbalaban por sus mejillas.

– Se que quieres un trago, Kellie. Bebe, vamos, te sentiras mucho mejor.

Ansiaba desesperadamente esa botella, queria llevarsela a los labios y bebersela entera, pero estaba decidida a no darle esa satisfaccion. Por el rabillo del ojo, al resplandor de la luz, aun veia las patas que se movian.

– Bebe un traguito.

– Quiero a mis hijos -dijo Kellie.

– Creo que quieres mas el vodka.

– ?Vete a la mierda!

Vio una sombra, luego sintio un bofeton furioso en la mejilla. Grito de dolor.

– No voy a tolerar ese lenguaje de una zorra como tu. ?Te queda claro?

– ?Vete a la mierda!

El siguiente golpe fue tan fuerte que tumbo de lado a Kellie y la silla. Cayo contra el suelo duro con una sacudida; el dolor le recorrio el brazo, el hombro, todo el cuerpo. Se echo a llorar.

– ?Por que me haces esto? -dijo entre sollozos-. ?Que quieres de mi? ??Que quieres!?

– ?Que tal si me obedeces un poco? -El hombre acerco el escarabajo a su cara, tanto que percibio su olor acre. Noto que las patas le tocaban la cara.

– ???Noooooooooo!!! -Kellie se retorcio, rodando por el suelo con la silla; le dolian todos los huesos del cuerpo-. ???Noooo, noooo, noooo!!! -Se le estaba acelerando la respiracion, engullia el aire, histerica. De repente, se enfurecio con Tom. ?Donde estaba? ?Por que no habia ido a buscarla, a rescatarla?

Entonces se quedo quieta, exhausta, mirando hacia arriba, hacia la luz deslumbrante, y la oscuridad.

– Por favor -suplico-. No se quien eres. Solo quiero estar con mis hijos. Con mi marido. Por favor, dejame marchar.

Aquello tenia que estar relacionado con el e-mail que habia visto Tom, del que habia informado a la policia. Estaba segura.

– ?Por que estoy aqui? -pregunto, como buscando la confirmacion.

Silencio.

– ?Estas enfadado conmigo? -gimoteo.

De repente, la voz del hombre era dulce.

– Solo porque te estas portando mal, Kellie. Lo unico que quiero es que colabores.

– ?Entonces, desatame, joder!

– Creo que eso no es posible en estos momentos.

Kellie cerro los ojos, intentaba desesperadamente pensar con claridad, resistirse a la terrible tentacion del alcohol, de beber solo un traguito de ese Stoli. Pero no iba a darle al americano gordo esa satisfaccion. Nunca, de ninguna de las maneras, no, no, nunca, nunca.

Entonces, el ansia se apodero de su cerebro.

– Por favor, ?puedo beber un trago? -pregunto.

Al cabo de unos momentos, tenia la botella en los labios y bebia el liquido avidamente. El efecto que tuvo en ella fue casi instantaneo. Dios santo, que bien sabia. Quiza se habia equivocado con aquel hombre, tal vez, despues de todo, era bueno.

– ?Muy bien, Kellie! Sigue bebiendo. Sienta bien, ?verdad?

Ella asintio con gratitud.

– ?Lo ves? Lo unico que quiero es ser bueno contigo. Si tu eres buena conmigo, yo sere bueno contigo. ?Hay algo que no hayas entendido?

Ella nego con la cabeza. Entonces, se sintio desposeida cuando el hombre aparto la botella bruscamente.

De repente, volvia a pensar con claridad. Entonces, todas las peliculas de miedo que habia visto comenzaron a reproducirse en su mente a la vez. ?Quien diablos era ese hombre? ?Un asesino en serie? ?Que iba a hacerle? El miedo se retorcio dentro de ella como un animal salvaje. ?Iba a violarla? ?A torturarla?

«Voy a morir, aqui, en la oscuridad, sin volver a ver nunca mas a Jessica ni a Max ni a Tom.»

?Como se hablaba con una persona asi? En las peliculas habia visto que los prisioneros intentaban establecer una relacion, un vinculo, con sus captores. Les resultaba mucho mas dificil hacerte dano si llegaban a conocerte un poco.

– ?Como te llamas? -pregunto.

– Creo que no debes preocuparte por eso, Kellie.

– Me gustaria saberlo.

– Ahora voy a marcharme un rato. Con un poco de suerte, tu marido estara pronto contigo.

– ?Tom?

– ?Eso es!

– ?Tom va a venir?

– Tom va a venir. No querras que te vea ahi tirada en el suelo, ?verdad?

Ella nego con la cabeza.

– Voy a levantarte. ?Quiero que quedes bien delante de la camara!

– ?La camara?

– Eso es.

– ?Que camara? -pregunto. Estaba un poco bebida y arrastraba las palabras.

Вы читаете Muerte Prevista
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату