– He ganado -dijo un Trevor Carter casi en extasis-. ?He ganado!
Grace se dejo caer en el respaldo, desanimado. Era una mano entre un millon; quizas incluso habia menos probabilidades. Imposible de predecir. Y aun asi tendria que haberse dado cuenta, por la firmeza inusitada de la apuesta de su oponente, que Trevor sabia que le habia ganado; deberia haberlo calado mucho antes.
– Creo que necesitas agudizar tus poderes sobrenaturales, Roy -bromeo Croke.
Todos se rieron.
– ?Iros a la mierda! -replico Grace mas afablemente de lo que sentia.
La subdirectora Alison Vosper tenia razon. La gente se reia de el. En este caso era en tono alegre, entre amigos; pero habia otras personas en la policia para las que aquello no era ninguna broma. Si no tenia cuidado, su carrera podia estancarse y podia verse marginado.
Y ahora mismo se habia pulido casi trescientas libras.
Cuando acabaron de jugar las tres manos que quedaban, Grace se las habia arreglado para que sus perdidas aquella noche ascendieran a cuatrocientas veintidos libras y cincuenta peniques.
No daba saltos de alegria cuando cogio el ascensor para bajar al aparcamiento subterraneo del edificio. Mientras caminaba hacia su Alfa Romeo estacionado en el sector de los visitantes, seguia tan enfadado consigo mismo y con sus amigos que apenas se fijo en el BMW X5 cubierto de barro que entraba.
Capitulo 23
– ?Yupiii! -Davey, calado hasta los huesos, abrio la puerta de su caseta prefabricada, luego le dio una patada y entro pavoneandose-. ?Yupiii! -anuncio al televisor, que estaba siempre encendido, a todos sus colegas que rondaban por la pantalla.
Se detuvo para ver que hacian. El agua goteaba por la gorra de beisbol, el chubasquero y las botas enlodadas y caia en la alfombra de espuma. James Spader estaba en un despacho, hablando con una tia a la que no reconocio.
– Me he cargado a unos doscientos bicharracos de esos. ?Entiendes lo que te digo? -le dijo Davey a James Spader con su mejor acento sureno.
Pero Spader simplemente no le hizo caso, siguio hablando con la tia. Davey cogio el mando de encima de la cama y apunto al televisor.
– Si, bueno, yo tampoco te necesito, ?entiendes lo que te digo?
Cambio los canales. Ahora vio a dos tipos que no conocia, cara a cara, discutiendo. Clic. James Gandolfino caminaba entre los coches de un concesionario Mercedes-Benz hacia una mujer guapa de pelo largo y negro.
Davey hizo
– Voy a pillarme una birra del minibar -anuncio.
Saco una coca-cola, la abrio con una mano, se bebio media lata y luego se sento en la cama y eructo. Su reloj marcaba las 2.21. Estaba muy despierto. Queria charlar con alguien, hablarle de todos los conejos que el y su padre habian matado aquella noche.
– El tema es este -dijo Davey, y volvio a eructar.
Miro en los bolsillos de su chubasquero, saco un par de cartuchos de escopeta de verdad y despues colgo el impermeable en el perchero de la puerta. Se sento a los pies de la cama, cansado, como habia visto que hacia Clint cuando se quitaba las botas, y tiro al suelo las suyas, primero una y despues la otra.
Luego, acaricio los dos cartuchos no gastados.
– Llevan tu nombre escrito -le informo a Sean Penn, que caminaba hacia el; pero Sean Penn tampoco estaba de humor para charlas.
Entonces, Davey se acordo. Habia alguien que si hablaria con el. Se arrodillo en el suelo, alargo la mano debajo de la cama para coger el walkie-talkie y subio la antena al maximo. «?Criiinc!»
Pulso el boton de «Escuchar» y oyo el crujido de las interferencias. Luego, lo intento con el boton de «Hablar».
Capitulo 24
Michael, muy despierto, estaba llorando. No sabia que hacer, se sentia totalmente impotente. Eran mas de las dos de la madrugada, del viernes, se suponia que se casaba manana. Habia un millon de cosas que hacer.
?Quien cono o que cono habia sacado el tubo para respirar? ?Podia ser un tejon que se llevaba algo a su guarida? ?Para que querria un tejon un trozo de tubo de goma? Ademas, los pasos eran demasiado pesados. Era una persona, seguro.
?Quien?
?Por que?
?Donde estaba Ashley, su querida, amada, preciosa, comprensiva Ashley? ?Que estaba pensando ahora? ?Que pasaba por su mente?
Seguia albergando la esperanza, en todo momento, de que aquello fuera una pesadilla terrible y que dentro de un minuto se despertaria y estaria en su cama con Ashley al lado. No tenia ningun sentido.
De repente, oyo un silbido agudo, marcado y nitido. ?El walkie-talkie!
Luego, una voz, con un fuerte acento sureno, hablo.
– ?Tienes idea del dano que hacen? -dijo-. ?Eh? ?Tienes idea?
Freneticamente, Michael busco la linterna en la oscuridad.
– ?Sabes? La mayoria no tienen ni idea -continuo la voz-. Los malditos ecologistas hablan de proteger la flora y la fauna, pero esos tios, esos tios no saben una mierda, ?entiendes lo que te digo?
Michael encontro la linterna, la encendio, localizo el walkie-talkie y pulso el boton de «Hablar».
– ?Hola? -dijo-. ?Hola? ?Davey?
– Si, si, ?contigo estoy hablando! Apuesto a que no tienes ni idea, ?eh?
– Hola, ?quien eres?
– Eh, colega, no te preocupes por quien soy. El tema es que cinco malditos conejos comen casi la misma cantidad de hierba que una oveja. Asi que calcula.
Michael agarro la caja negra, absolutamente confuso, preguntandose si estaba alucinando. ?Que cono estaba pasando?
– ?Puedo hablar con Mark? ?O Josh? ?O Luke? ?O Peter? ?O Robbo?
Por unos momentos, hubo silencio.
– ?Hola? -dijo Michael-. ?Sigues ahi?
– Amigo mio, no me voy a ninguna parte.
– ?Quien eres?
– Quiza soy el Hombre sin Nombre.
– Escucha, Davey, esta broma ya dura demasiado, ?vale? Demasiado, joder. Por favor, dejame salir de aqui.
– Estaras impresionado con doscientos conejos, ?verdad?
Michael se quedo mirando el walkie-talkie. ?Es que se habian vuelto todos locos? ?Era este el lunatico que acababa de sacar el tubo para respirar? Michael intentaba desesperadamente pensar con claridad.
– Escucha -dijo-. Me han metido aqui unos amigos para gastarme una broma. ?Puedes sacarme de aqui, por favor?
– ?Te has metido en un lio chungo? -dijo la voz americana.
– Un lio chungo, ahi lo tienes -contesto Michael, sin estar aun seguro de si aquello era alguna clase de juego.
– ?Que piensas de doscientos conejos?
– ?Que quieres que piense de doscientos conejos?