– Aun no, senor. Me pondre con ello manana a primera hora. Hoy no puede ayudarme nadie.

Grace miro su reloj.

– Manana tengo que ir al juzgado a las diez. Puede que me necesiten todo el dia o puede que no. Asi que primero nos reuniremos aqui a las ocho y media. -Se volvio hacia Branson-. Nuestro contacto en East Downs es el inspector Jon Lamb. Ya ha puesto a trabajar a su equipo. Estaria bien que hablaras con el.

– Lo llamare dentro de unos minutos.

Grace se quedo callado, examinando las paginas de su resumen para comprobar que no se habia dejado nada. Necesitaba saber mas sobre la personalidad de Michael Harrison y sobre su relacion empresarial con Mark Warren, y tambien sobre Ashley Harper. Luego, miro a su equipo.

– Es domingo y son casi las siete y media de la tarde. Creo que deberiais marcharos a casa y descansar. Me temo que nos espera una semanita complicada. Gracias por renunciar al domingo.

Branson, que llevaba unos pantalones anchos modernos y un jersey elegante de algodon con cremallera, salio con el al aparcamiento.

– ?Que opinas, perro viejo? -le pregunto.

Grace se metio las manos en los bolsillos.

– He estado demasiado metido en el caso estos dos ultimos dias. ?Que opinas tu?

Branson se golpeo los costados con las manos, frustrado.

– ?Tio! ?Por que siempre me haces lo mismo? ?Es que no puedes responder a mis preguntas simplemente?

– No lo se. ?Me das tu opinion?

– ?Mierda, a veces consigues cabrearme de verdad!

– Vaya, o sea, que te vas de fin de semana con tu familia a pasarlo bien, me dejas a mi haciendo tu trabajo, ?y te cabreas?

– ?De fin de semana con mi familia a pasarlo bien! -exclamo Branson, indignado-. ?A conducir tres horas de ida y otras tres de vuelta por la M 1, con una esposa quejica y dos crios que no dejan de gritar lo llamas tu pasarlo bien? La proxima vez los llevas tu a Solihull y yo me quedo aqui a hacer cualquier trabajo de mierda que quieras. ?De acuerdo?

– Trato hecho.

Grace llego a su coche. Branson dudo.

– Bueno, ?que opinas?

– Que no todo es lo que parece, Horacio, eso es lo que opino.

– ?Lo que significa?

– No puedo expresarlo mejor, todavia. Mark Warren y Ashley Harper me dan mala espina.

– ?Como de mala?

– Muy mala.

Grace le dio a su amigo una palmadita afectuosa en la espalda, luego se subio al coche y condujo hasta la verja de seguridad. Mientras se incorporaba a la carretera principal, con sus vistas panoramicas de Brighton y Hove que llegaban hasta el mar, el sol aun alto sobre el horizonte en el cielo cobalto y despejado, pulso el boton del CD para escuchar Riddles, de Bob Berg, y mientras conducia empezo a relajarse. Y, durante unos instantes deliciosos, aparto la mente de la investigacion y penso en Cleo Morey. Y sonrio.

Luego, volvio a centrarse en el trabajo: en el largo viaje de ida y vuelta al sur de Londres que le esperaba. Si tenia suerte, quizas estaria en casa a medianoche.

Capitulo 62

Mark, vestido con una sudadera, vaqueros y calcetines, paseaba por su piso con un vaso de whisky en la mano, incapaz de tranquilizarse o de pensar con claridad. El televisor estaba encendido, pero sin volumen. En la pantalla, el actor Michael Kitchen caminaba impasible por un paisaje del sur de Inglaterra desgarrado por la guerra que le resultaba vagamente familiar, algun lugar cerca de Hastings, le parecio reconocer.

Habia cerrado con llave por dentro y corrido la cadena de seguridad. La terraza era segura, impenetrable, al ser un cuarto piso, y, ademas, a Michael le daban miedo las alturas.

Fuera, ya casi era noche cerrada. Las diez. Dentro de tan solo poco mas de tres semanas, seria el dia mas largo del ano. A traves de las puertas de cristal de la terraza, observo una unica luz flotando en el mar. Un barco pequeno o un yate.

Habian pasado semanas desde que el y Michael habian salido a navegar en el Doble MM, su yate de regata. Hoy habia planeado ir al puerto deportivo y trabajar un poco en el. No se podia abandonar un barco durante mucho tiempo; siempre habia algo que goteaba, se corroia, se rompia o se desconchaba.

A decir verdad, el barco era una lata para el. Ni siquiera estaba seguro de que necesitara tantos quebraderos de cabeza; ademas, el mar embravecido le aterraba. Navegar era una parte importante de la vida de Michael, siempre lo habia sido desde que Mark lo conocia. Si queria ser su socio, compartir el barco con el iba en el paquete.

Y claro que se divertian, se divertian mucho. Habian pasado muchos dias ventosos navegando bajo un cielo azul, un monton de fines de semana bordeando la costa de Devon y Cornualles y, a veces, cruzando a la costa francesa o a las islas del canal; sin embargo, no le importaba no volver a poner los pies en un yate nunca mas.

«?Donde cono estas, Michael?»

Bebio un poco mas de whisky, se sento en el sofa, se recosto y cruzo las piernas. Que confuso se sentia, joder. Hoy, Michael y Ashley habrian cogido un avion rumbo a su romantica luna de miel. No habia imaginado como iba a llevarlo, que Ashley hiciera el amor con Michael, muchisimas veces seguramente. Era lo que cabia esperar en una maldita luna de miel, a menos que ella fingiera algo; le habia prometido que iba a fingir algo, pero ?como podria mantenerlo durante quince dias?

Ademas, ya sabia que ella y Michael ya se habian acostado, formaba parte del plan. Al menos, le habia dicho que era pesimo en la cama.

A no ser que fuera mentira.

Agito los cubitos en el vaso y bebio un poco mas. Habia llamado a las viudas de Pete, Luke y Josh y al padre de Robbo, en cada ocasion con el pretexto de conocer los planes de los entierros, pero, en realidad, queria sacarles informacion, ver si a alguno se le habia escapado algo antes de salir el martes por la noche. Cualquier cosa que pudiera incriminarle o que pudiera darle alguna pista sobre lo que tenian planeado.

Michael estaba alli dentro el jueves por la noche, seguro. No habian sido imaginaciones suyas. Imposible. El jueves por la noche estaba alli dentro, pero anoche no. La tapa del ataud estaba bien atornillada. Y Michael no era Houdini.

Entonces, si Michael estaba alli dentro el jueves y ahora no, alguien debia de haberlo sacado. Y, luego, habia vuelto a atornillar la tapa, pero ?por que?

?El sentido del humor de Michael?

Y si habia salido, ?por que no habia se habia presentado a la boda?

Meneando la cabeza con incredulidad, llego de nuevo al punto de partida. Michael no estaba en el ataud y se habia imaginado la voz. Ashley estaba convencida. Y habia momentos en los que el tambien se convencia, aunque no del todo.

Necesitaba hablar un poco mas con Ashley de este tema. ?Y si Michael habia salido de algun modo y descubierto sus planes?

En ese caso, seguro que ya se habria encarado con uno o con el otro.

Se levanto, preguntandose si deberia ir a casa de Ashley. Le preocupaba que estuviera tan fria con el, como si todo esto fuera culpa suya, pero ya sabia que le diria.

Se levanto y paseo de nuevo por la habitacion. Si Michael estuviera vivo, si hubiera salido del ataud, ?que podia descubrir a partir de los mensajes de correo electronico de su Palm?

De repente, Mark se dio cuenta de que con el panico de los ultimos dias habia pasado por alto una forma muy sencilla de comprobarlo. Michael siempre copiaba el contenido de su Palm en el servidor de la oficina.

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