cetagandanos en busca de venganza por ciertas operaciones dendarii dirigidas, ah, no contra ellos, sino en apoyo de una de sus victimas. Pero sera mejor que no cite eso. No hay pruebas. Podrian demandarla por difamacion o algo por el estilo.

—No si es una cita. ?No cree que fueran barrayareses?

—?Barrayareses! ?Que sabe usted de Barrayar? —Miles dejo que la sorpresa se convirtiera en diversion.

—He estado investigando en su pasado —sonrio ella.

—?Preguntando a los barrayareses? Confio en que no crea todo lo que dicen de mi.

—No lo hice. Ellos creen que fue creado usted por los cetagandanos. He estado buscando una confirmacion independiente; tengo mis propias fuentes privadas. Encontre a un inmigrante que trabajaba en un laboratorio de clonacion. Por desgracia su memoria fallaba, no recordaba los detalles: lo desprogramaron a la fuerza cuando lo despidieron. Pero lo que podia recordar era sorprendente. La Flota de Mercenarios Libre Dendarii esta registrada oficialmente en Jackson's Whole, ?no?

—Por conveniencia legal, solamente. No existe ninguna otra conexion, si es eso lo que esta preguntando. Se ha aplicado, ?eh?

Miles volvio la cabeza. Elli Quinn gesticulaba vigorosamente a un capitan junto a un vehiculo de tierra de la policia.

—Naturalmente —dijo Vallerie—. Me gustaria, con su colaboracion, realizar un reportaje en profundidad sobre ustedes. Creo que seria enormemente interesante para nuestros espectadores.

—Ah… Los dendarii no buscan publicidad. Mas bien al contrario. Eso podria poner en peligro nuestras operaciones y agentes.

—Sobre usted personalmente, entonces. Nada de actualidad. Como se metio en esto, quien lo clono y por que… ya se a partir de quien. Sus primeros recuerdos. Tengo entendido que se sometio a crecimiento acelerado y entrenamiento hipnotico. ?Como fue? Ese tipo de cosas.

—Fue desagradable —dijo el secamente. El ofrecimiento del reportaje en profundidad era una idea tentadora, en efecto, si se obviaba el hecho de que Galeni lo haria despellejar e Illyan haria que lo disecaran y lo volvieran a montar. Y le caia bien Vallerie. Estaba muy bien dejar que circularan unas cuantas ficciones utiles a traves de ella, pero una asociacion demasiado intima con el ahora por ahora… miro al equipo de la policia forense que llegaba y hurgaba entre los restos del camion flotante… si, asociarse con el podia ser malo para su salud.

—Tengo una idea mejor. ?Por que no destapa el negocio de clonaciones civiles ilegales?

—Ya se ha hecho.

—Sin embargo, las practicas continuan. Por lo visto no se ha hecho suficiente.

Ella no parecia muy entusiasmada.

—Si trabaja en estrecha cooperacion conmigo, almirante Naismith, tendra credito en el reportaje. Si no… bueno, sera noticia. Juego limpio.

El sacudio la cabeza, reluctante.

—Lo siento. Es cosa suya.

La escena que se desarrollaba junto al vehiculo de la policia llamo su atencion.

—Disculpeme —dijo, distraido. Ella se encogio de hombros y fue a reunirse con su camara mientras Miles se marchaba.

La policia iba a llevarse a Elli.

—No te preocupes, Miles. Me han arrestado otras veces —trato de tranquilizarlo—. No es gran cosa.

—La comandante Quinn es mi guardaespaldas personal —Miles dirigio sus protestas al capitan de policia— y estaba de servicio. Es evidente. Aun lo esta. ?La necesito!

—Miles, calmate —le susurro Elli—, o acabaran llevandote a ti tambien.

—?A mi! ?Soy la maldita victima! Son esos dos payasos que trataron de aplastarme quienes tendrian que ser arrestados.

—Bueno, van a llevarselos tambien en cuanto los forenses terminen de llenar las bolsas. No puedes esperar que las autoridades acepten nuestra palabra en todo. Comprobaran los hechos, corroboraran nuestra historia y me soltaran —le dirigio una sonrisa al capitan, que se derritio visiblemente—. Los policias son humanos.

—?No te dijo nunca tu madre que no te subieras a un coche con desconocidos? —murmuro Miles. Pero ella tenia razon. Si creaba mucho alboroto, a los policias se les podria ocurrir ordenar que su lanzadera fuera retenida en tierra o algo peor. Se pregunto si los dendarii recuperarian alguna vez el lanzacohetes, requisado ahora como arma asesina. Se pregunto si arrestar a su principal guardaespaldas era el primer paso de un retorcido plan contra el. Se pregunto si la cirujana de su flota dispondria de alguna droga psicoactiva para tratar la paranoia galopante. Si asi era, probablemente resultara alergico a ella. Apreto los dientes e inspiro profundamente para tranquilizarse.

Una minilanzadera dendarii de dos plazas rodaba por la pista. ?Que era aquello? Miles miro su crono de muneca para descubrir que casi habia perdido cinco horas de su precioso permiso de veinticuatro tonteando alli, en el espaciopuerto. Al enterarse de que hora era, supo quien habia llegado y maldijo frustrado entre dientes. Elli aprovecho la nueva distraccion para poner en movimiento al capitan de policia y dedico a Miles un saludo tranquilizador a guisa de despedida. La periodista, gracias a Dios, se habia ido a entrevistar a las autoridades del espaciopuerto.

La teniente Bone, atildada, elegante y sorprendente con su mejor uniforme de terciopelo gris, salio de la lanzadera y se acerco a los hombres que quedaban al pie de la rampa de la otra lanzadera mayor.

—Almirante Naismith, senor. ?Esta preparado para nuestra cita…? Oh, cielos…

El le dirigio una sonrisa de oreja a oreja, consciente de que llevaba la cara sucia y magullada, el pelo revuelto y pegajoso por la sangre seca, el cuello empapado de sangre, la chaqueta manchada y las rodilleras de los pantalones rotas.

—?Le compraria una fortaleza ambulante a este hombre?

—No saldra bien —suspiro ella—. El banco con el que tratamos es muy conservador.

—?No tienen sentido del humor?

—No cuando hay dinero de por medio.

—Bien.

Se abstuvo de gastar mas bromas. Estaban demasiado cerca del ataque de nervios. Iba a pasarse las manos por el pelo, pero gimio y cambio el gesto a un suave roce alrededor de la venda temporal.

—Todos mis uniformes de repuesto se encuentran en orbita… y no estoy demasiado dispuesto a deambular por Londres sin Quinn a mi espalda. Ahora no, por lo menos. Y necesito que la cirujana me vea este hombro, hay algo que no va bien… —una terrible agonia para ser mas precisos—, y tengo algunas nuevas y serias dudas sobre adonde fue a parar nuestra transferencia de credito.

—?Como? —dijo ella, atenta al punto esencial.

—Dudas desagradables que necesito comprobar. Muy bien —suspiro, rindiendose a lo inevitable—, cancele nuestra cita con el banco por hoy. Prepare otra para manana, si puede.

—Si, senor —ella saludo y se marcho.

—Ah —la llamo Miles—, no necesita mencionar por que me ha sido imposible acudir a la cita, ?eh?

Una esquina de su boca se torcio hacia arriba.

—Ni se me ocurriria —le aseguro fervientemente.

De vuelta a la orbita a bordo de la Triumph, una visita a la cirujana de la flota revelo una fina grieta en el omoplato izquierdo de Miles, un diagnostico que no le sorprendio en absoluto. La cirujana lo trato con electroestim y le metio el brazo izquierdo en un inmovilizador plastico excesivamente molesto. Miles protesto hasta que la mujer amenazo con meter todo su cuerpo en otro. Salio de la enfermeria en cuanto ella termino de curarle la herida de la nuca, antes de que se dejara seducir por las obvias ventajas medicas de la idea.

Despues de lavarse, Miles localizo a la capitana Elena Bothari-Jesek, miembro, junto con su marido e ingeniero de la flota el comodoro Baz Jesek, del triunvirato que conocia su verdadera identidad. De hecho, Elena sabia tanto sobre Miles como el mismo. Era hija de su difunto guardaespaldas, habian crecido juntos. Se habia convertido en oficial de los dendarii a las ordenes de Miles cuando este los creo o se los encontro vagando o comoquiera que uno quisiera describir los caoticos comienzos de toda aquella larguisima y complicada operacion

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