encubierta. Lejos de ser oficial solo de nombre, se habia ganado el puesto a base de sudor y agallas y feroz estudio. Su concentracion era intensa y su fidelidad absoluta. Miles estaba tan orgulloso de ella como si la hubiera creado personalmente. Sus otros sentimientos hacia ella no eran de la incumbencia de nadie.

Cuando entraba en la sala de recreo, Elena le dirigio un gesto que estaba a medio camino entre el saludo militar y el amistoso, y le ofrecio una sombria sonrisa. Miles le devolvio un movimiento de cabeza y se sento a su mesa.

—Hola, Elena. Tengo una mision de seguridad para ti.

Su cuerpo largo y flexible se adelanto, los ojos oscuros iluminados por la curiosidad. Un corto casquete de pelo negro y suave enmarcaba su rostro; piel palida, rasgos no hermosos pero si elegantes, esculpidos como los de un sabueso. Miles se miro las manos, las cruzo sobre la mesa para no distraerse en los sutiles planos de aquel rostro. Todavia. Siempre.

—Ah… —Miles miro en derredor y atisbo a un par de interesados tecnicos en una mesa cercana—. Lo siento, amigos, es privado.

Un gesto con el pulgar y sonrieron; captaron la insinuacion, recogieron su cafe y se largaron.

—?Que tipo de mision de seguridad? —pregunto ella, mordiendo su bocadillo.

—Esto hay que sellarlo por ambos extremos, tanto desde el punto de vista de los dendarii como del de la embajada barrayaresa en la Tierra. Sobre todo desde la embajada. Un trabajo de correo. Quiero que consigas un billete en el transporte comercial mas rapido disponible a Tau Ceti y lleves un mensaje del teniente Vorkosigan al cuartel general de Seguridad Imperial del Sector y a la embajada que hay alli. Mi oficial al mando barrayares aqui, en la Tierra, no sabe que te envio, y me gustaria mantenerlo asi.

—No me siento… ansiosa por tratar con la estructura de mando barrayaresa —dijo ella suavemente tras un instante. Se miro las manos.

—Lo se. Pero como esto esta relacionado con mis dos identidades, teneis que ser tu, Baz o Elli Quinn. La policia de Londres ha detenido a Elli, y no puedo enviar a tu marido; algun idiota confundido de Tau Ceti podria tratar de arrestarlo.

Elena dejo de mirarse las manos.

—?Por que Barrayar nunca retiro los cargos de desercion contra Baz?

—Lo intente. Crei que casi los habia convencido. Pero entonces Simon Illyan tuvo un ataque de remilgos y decidio dejar vigente la orden de arresto, aunque no fuera a cumplirse, para que le diera una ventaja extra sobre Baz en caso de, eh, emergencia. Tambien proporciona un toque artistico a la tapadera de los dendarii como empresa verdaderamente independiente. Pense que Illyan se equivocaba… de hecho, asi se lo dije, hasta que me ordeno tajantemente que cerrara el pico sobre ese tema. Algun dia, cuando yo de las ordenes, me encargare de que eso cambie.

Ella alzo las cejas.

—Podria ser una larga espera, a tu ritmo actual de ascensos… teniente.

—Mi padre es muy sensible a las acusaciones de nepotismo, capitana.

Cogio el disco sellado de datos con el que habia estado jugueteando sobre la mesa.

—Quiero que entregues esto al agregado militar de Tau Ceti, el comodoro Destang. No lo envies a traves de nadie mas, porque entre mis recelos esta el de que podria haber una filtracion en el canal correo barrayares entre alli y aqui. Creo que el problema esta en esta parte, pero si me equivoco… Dios, espero que no sea el propio Destang.

—?Paranoico? —pregunto ella, solicita.

—Y aumenta por minutos. Tener al loco emperador Yuri en mi arbol genealogico no me ayuda ni pizca. Siempre me estoy preguntando si ya he empezado a desarrollar su enfermedad. ?Se puede ser paranoico respecto a ser paranoico?

Ella sonrio con dulzura:

—Si alguien puede, ese eres tu.

—Mm. Bien, esta paranoia en concreto es un clasico. Suavice el lenguaje en el mensaje para Destang… sera mejor que lo leas antes de embarcar. Despues de todo, ?que pensarias de un joven oficial que esta convencido de que sus superiores se lo quieren cargar?

Ella ladeo la cabeza, las cejas levantadas.

—Eso es —asintio Miles. Golpeo el disco con un dedo—. El proposito de tu viaje es comprobar una hipotesis… solo una hipotesis, te lo advierto, de que el motivo por el que nuestros dieciocho millones de marcos no estan aqui es porque han desaparecido en el camino. Posiblemente para acabar en los bolsillos del querido capitan Galeni. No hay ninguna prueba fehaciente todavia, como la subita y permanente desaparicion de Galeni, y no es el tipo de acusacion que un oficial joven y ambicioso pueda hacer por error. He incluido otras cuatro teorias en el informe, pero esa es la que mas me escama. Debes averiguar si el cuartel general ha enviado nuestro dinero.

—No pareces escamado. Pareces desgraciado.

—Si, bueno, desde luego es la posibilidad mas incomoda. Tiene mucha logica.

—Entonces ?cual es el problema?

—Galeni es komarres.

—?A quien le importa? Tanto mas probable que tengas razon, entonces.

«A mi me importa.» Miles sacudio la cabeza. Despues de todo, ?que representaba la politica interna de Barrayar para Elena, que habia jurado apasionadamente no volver a poner un pie en su odiado mundo natal?

Ella se encogio de hombros y se puso en pie, guardandose el disco en el bolsillo.

Miles no intento cogerle las manos. No hizo ni un solo movimiento que pudiera avergonzarlos a ambos. Los viejos amigos eran mas dificiles de encontrar que los nuevos amores.

«Oh, mi amiga mas antigua.»

Todavia. Siempre.

6

Comio un bocadillo y tomo cafe para cenar en su camarote mientras repasaba los informes de situacion de la Flota Dendarii. Las reparaciones de las lanzaderas de combate supervivientes de la Triumph habian sido terminadas y aprobadas. Y pagadas, ay, por una cantidad astronomica. Las tareas de reacondicionamiento se habian terminado en toda la flota, los permisos se habian acabado, los trabajos de limpieza tambien. El aburrimiento imperaba. Y la bancarrota.

Los cetagandanos lo habian entendido todo al reves, decidio Miles amargamente. No era la guerra lo que destruiria a los dendarii, sino la paz. Si sus enemigos se cruzaran de brazos y esperaran con paciencia, los dendarii, su creacion, se derrumbarian por su cuenta sin ninguna ayuda exterior.

El timbre del camarote sono: una bienvenida interrupcion a la oscura y serpenteante cadena de sus pensamientos. Pulso el comunicador de la mesa.

—?Si?

—Soy Elli.

Su mano salto ansiosa hacia el control de la cerradura.

—?Entra! Has vuelto antes de lo que esperaba. Temia que te quedaras atrapada alli como Danio. O peor, con Danio.

Giro en su silla. La habitacion se le antojo de pronto mas brillante cuando la puerta se abrio, aunque un fotometro no habria detectado el cambio. Elli le dirigio un saludo y acomodo una cadera sobre el borde de la mesa. Sonrio, pero tenia una mirada cansada.

—Te lo dije —comento—. De hecho, hablaron de convertirme en huesped permanente. Fui dulce, cooperativa, casi tonta tratando de convencerlos de que no era en realidad una amenaza homicida para la sociedad y de que podian dejarme suelta por las calles, pero no hice ningun progreso hasta que sus ordenadores de pronto dieron en el clavo. El laboratorio revelo la identidad de esos dos hombres que… mate en el espaciopuerto.

Miles capto la breve vacilacion en su eleccion de los terminos. Otra persona habria escogido un eufemismo

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