—Presumiblemente… es de esperar que encuentre el trabajo de lady Vorkosigan igualmente interesante.
—Dejame adivinar. El trabajo de lady Vorkosigan no incluiria el mando de naves.
—Los riesgos de seguridad por permitir una carrera asi me sorprenderian incluso a mi. Mi madre renuncio al mando de una nave (Investigacion Astronomica Betana) por ir a Barrayar.
—?Me estas diciendo que buscas a una chica que sea como mama?
—Tiene que ser lista, tiene que ser rapida, tiene que ser una superviviente decidida —explico Miles tristemente—. Cualquier otra cosa supondria una masacre de inocentes. Tal vez la suya, tal vez la de nuestros hijos. Los guardaespaldas, como bien sabes, no lo resuelven todo.
Ella dejo escapar un largo y silencioso silbido mientras observaba como la observaba el. El contraste entre la incomodidad de sus ojos y la sonrisa de sus labios heria a Miles. «No queria hacerte dano… lo mejor que puedo ofrecerte no deberia resultarte doloroso… Es demasiado, demasiado poco… ?demasiado horrible?»
—Oh, querido —suspiro ella apenada—, piensa.
—Quiero lo mejor para ti.
—Y por eso quieres encadenarme el resto de mi vida a una, lo siento, pelota de polvo de segunda clase que apenas ha salido del feudalismo, que trata a las mujeres como muebles o ganado… y que me negaria la practica de todas las habilidades militares que he aprendido en los ultimos doce anos, desde el amarre de lanzaderas a la quimica de interrogatorios… lo siento. No soy antropologa. No soy una santa, y no estoy loca.
—No tienes que decir que no ahora mismo —dijo Miles con un hilo de voz.
—Oh, claro que si. Antes de que mirarte haga que se me debiliten los tobillos. O la cabeza.
«?Y que decir a eso? —se pregunto Miles—. Si realmente me amaras, ?querrias renunciar a toda tu historia personal por mi? Oh, claro. No le va la inmolacion. Esto la hace fuerte, su fuerza me hace quererla, y asi completamos el circulo.»
—El problema entonces es Barrayar.
—Por supuesto. ?Que mujer humana en su sano juicio se trasladaria voluntariamente a ese planeta? Con la excepcion de tu madre, al parecer.
—Ella es excepcional. Pero… cuando ella y Barrayar chocan, es Barrayar el que cambia. Lo he visto. Tu podrias ser una fuerza de cambio similar.
Elli sacudio la cabeza.
—Conozco mis limites.
—Nadie conoce sus limites hasta que los ha superado.
Ella lo miro.
—Tu si que tendrias que saberlo bien. ?Que pasa contigo y Barrayar, por cierto? Los dejas que te manejen como… Nunca he comprendido por que nunca has cogido a los dendarii y te has largado. Conseguirias que funcionara, mejor de lo que lo hizo funcionar el almirante Oser, mejor incluso que Tung. Podrias acabar siendo emperador de tu propia roca.
—?Contigo a mi lado? —Miles sonrio enigmaticamente—. ?Sugieres en serio que me embarque en un plan de conquista galactica con cinco mil tipos?
Ella se echo a reir.
—Al menos yo no tendria que renunciar al mando de la flota. No, en serio. Si estas tan obsesionado con ser soldado profesional, ?para que necesitas a Barrayar? Una flota mercenaria ve diez veces mas accion que una planetaria. Una bola de tierra entra en guerra una vez por generacion, si tiene suerte…
—O no la tiene —concluyo Miles.
—Una flota mercenaria la sigue.
—Ese hecho estadistico ha sido advertido por el alto mando barrayares. Es una de las principales razones por las que estoy aqui. He tenido mas experiencia de combate real, aunque a pequena escala, en los ultimos cuatro anos, que la mayoria de los otros oficiales imperiales en los ultimos catorce. El nepotismo funciona de formas extranas. —Se paso un dedo por la limpia linea de su mandibula—. Ahora comprendo. Estas enamorada del almirante Naismith.
—Por supuesto.
—No de lord Vorkosigan.
—Estoy molesta con lord Vorkosigan. Te tiene en poca estima, amor.
El dejo pasar el doble sentido. Asi que el abismo que se habia abierto entre ellos era mas profundo de lo que pensaba. Para ella, quien no era real era lord Vorkosigan. Enlazo los dedos tras su nuca y respiro su aliento mientras ella preguntaba:
—?Por que dejas que Barrayar te fastidie la vida?
—Es la mano que me han servido.
—?Quien? No lo entiendo.
—No importa. Da la casualidad de que para mi es muy importante ganar con esa mano. Asi sea.
—Tu funeral —hundio los labios en su boca.
—Mmm.
Ella se aparto un instante.
—?Puedo seguir abrazandote? Con cuidado, por supuesto. No te marcharas cabreado porque te he rechazado, ?no? Rechazado a Barrayar, quiero decir. No a ti, nunca a ti…
«Me estoy acostumbrando a esto. Casi aturdido…»
—?Que si voy a marcharme? —pregunto suavemente—. ?Porque no puedo tenerlo todo, no tomo nada, y me marcho enfurrunado? Espero que me arrastres de cabeza por el pasillo si me comporto de forma tan obtusa.
Ella se echo a reir. No pasaba nada, si todavia conseguia hacerla reir. Si Naismith era todo lo que ella queria, sin duda lo tendria. La mitad de hombre a la mitad de precio. Se acercaron a la cama, las bocas hambrientas de besos. Fue facil, con Quinn. Ella asi lo permitio.
Hablar en la cama con Quinn fue hablar de trabajo. Miles no se sorprendio. Junto con un masaje con el que a punto estuvo de fundirse y derramarse por el borde de la cama para formar un charquito en el suelo, Miles asimilo el resto de su completo informe sobre las actividades y los descubrimientos de la policia londinense. El a cambio la puso al dia sobre los acontecimientos en la embajada y la mision que habia encomendado a Elena Bothari-Jesek. Y durante todos aquellos anos el habia pensado que necesitaba una sala de conferencias para intercambiar informacion. Claramente, se habia topado con un insospechado universo de estilo de mando alternativo. Lo sibaritico se habia impuesto a lo cibernetico.
—Pasaran diez dias —se quejo Miles a su colchon—, antes de que Elena pueda regresar de Tau Ceti. Y no hay ninguna garantia de que traiga consigo el dinero que falta. Sobre todo si ya lo habian enviado. Mientras, la Flota Dendarii permanece mano sobre mano en orbita. ?Sabes lo que nos hace falta?
—Un contrato.
—Exactamente. Hemos aceptado antes contratos en el interin. A pesar de que Seguridad Imperial de Barrayar es un cliente permanente, incluso le gusta: da un respiro a su presupuesto. Despues de todo, cuantos menos impuestos tengan que exprimir a los ciudadanos, mas tranquila se vuelve Seguridad en casa. Es curioso que nunca hayan intentado convertir a la Flota Dendarii en un proyecto generador de ingresos. Habria enviado a nuestros encargados a buscar un contrato hace semanas si no estuvieramos atascados en la orbita de la Tierra hasta que se resuelva este lio de la embajada.
—Lastima que no podamos poner la flota a trabajar aqui mismo, en la Tierra —dijo Elli—. La paz se ha impuesto en todo el planeta, desgraciadamente.
Con las manos aflojo los nudos de los musculos de sus pantorrillas, fibra a fibra. Miles se pregunto si la convenceria para que a continuacion le trabajara los pies. El lo habia hecho con los suyos hacia un ratito, despues de todo, aunque con vistas a objetivos mas elevados. Oh, cielos, no iba a tener siquiera que convencerla… agito los dedos, deleitado. Nunca habia sospechado que los dedos de sus pies fueran sexis hasta que Elli se lo dijo. De hecho, su satisfaccion con todo el cuerpo henchido de placer era siempre alta.
—Estoy mentalmente bloqueado —decidio—. Me equivoco en algo. Vamos a ver. La Flota Dendarii no esta atada a la embajada, aunque yo si. Podria despediros a todos…
Elli gimio. Fue un sonido tan inesperado, viniendo de ella, que se arriesgo a sufrir un espasmo muscular para doblar el cuello y mirarla por encima del hombro.