derecha barrayaresa. Para el viejo es una especie de obsesion: “Entre justicia y genocidio no hay, a la larga, termino medio” —entono Miles—. Se pone muy elocuente al respecto. Asi que la ruta hacia la cima en la vieja y militarista Barrayar, con su sistema de castas, fue y ha sido siempre el servicio militar imperial. Se permitio que los komarreses se alistaran por primera vez hace solo ocho anos.

»Eso significa que todos los komarreses que cumplen ahora el servicio estan en el punto de mira. Tienen que demostrar su lealtad del mismo modo que yo demostre mi… —se detuvo— que yo demostre mi valor. Si resulta que estoy trabajando con o bajo las ordenes de un komarres y me encuentran muerto un dia, ese komarres lo tendra crudo. Porque mi padre fue el Carnicero, y nadie creera que no se ha tratado de algun tipo de venganza por su parte.

»Y no solo sera sospechoso ese komarres: todos los komarreses del servicio imperial quedaran ensombrecidos por la misma nube. La politica barrayaresa retrocedera anos. Si me asesinaran ahora —se encogio de hombros, indefenso—, mi padre me mataria.

—Confio en que no estes planeandolo —rio ella.

—Y ahora llegamos a Galeni —continuo Miles rapidamente—. Esta en el servicio, es oficial, tiene un puesto en la misma Seguridad. Tiene que haberlas pasado canutas para llegar hasta aqui. Un hombre muy digno de confianza… para ser un komarres. Pero el suyo no es un puesto importante o estrategico: ciertas informaciones estrategicas de Seguridad se le ocultan deliberadamente. Y ahora aparezco yo y se lo restriego por la cara. Y si tuvo algun pariente en la revuelta komarresa… bueno, estamos en las mismas. No creo que me ame, pero tendra que cuidarme como a la nina de sus ojos. Y yo. Dios me ayude, voy a tener que dejar que lo haga. Es una situacion bastante peliaguda.

Ella le dio una palmadita en el brazo.

—Podras manejarlo.

—Mm —gruno el, sombrio—. Oh, Dios, Elli —gimio de pronto, apoyando la frente contra el hombro de ella —, no he conseguido el dinero para los dendarii… no lo obtendre hasta Dios sabe cuando… ?que le dire a Ky? ?Le di mi palabra…!

Ella le palmeo la cabeza esta vez. Pero no dijo nada.

2

Mantuvo la cabeza apoyada contra el terso tejido de la chaquetilla de su uniforme un instante mas. Ella cambio de postura, extendio los brazos hacia el. ?Iba a abrazarlo? Si lo hacia, decidio Miles, iba a agarrarla y besarla alli mismo. Y luego ya se veria que pasaba…

Tras el, las puertas del despacho de Galeni se abrieron. Elli y el se separaron de un salto. Ella adopto la postura de descanso militar con una sacudida de sus cortos rizos oscuros, y Miles se quedo de pie maldiciendo interiormente la interrupcion.

Oyo y reconocio la voz familiar antes de darse la vuelta.

—… brillante, seguro y activo como el infierno. Uno cree que va a volcar su volador en cualquier instante. Cuidado cuando empieza a hablar demasiado rapido. Oh, si, claro que es el…

—Ivan —suspiro Miles, cerrando los ojos—. ?Como, Dios, he pecado contra Ti, para que me envies a Ivan… aqui?

Como Dios no se digno contestar, Miles sonrio forzadamente y se dio la vuelta. Elli tenia la cabeza ladeada, el ceno fruncido, y escuchaba con repentina atencion.

Galeni habia regresado seguido de un teniente alto y joven. Por indolente que fuera, Ivan Vorpatril se habia mantenido obviamente en forma, pues con su atletico fisico el uniforme verde le quedaba a la perfeccion. El rostro despejado y afable tenia rasgos armonicos, enmarcados por un cabello oscuro y rizado con un bonito corte estilo patricio. Miles no pudo dejar de mirar a Elli, esperando su reaccion. Dados su rostro y su figura, Elli tendia a hacer que todos los que se colocaban a su lado parecieran unos patosos; pero Ivan bien podria ponerse junto a ella y no quedar ensombrecido.

—Hola, Miles —dijo Ivan—. ?Que estas haciendo aqui?

—Podria preguntarte lo mismo.

—Soy segundo agregado militar. Me destinaron aqui para que adquiera cultura, supongo. La Tierra, ya sabes.

—Oh —dijo Galeni, torciendo hacia arriba una comisura de los labios—, para eso estas aqui. Me lo andaba preguntando.

Ivan sonrio mansamente.

—?Como va la vida con los irregulares ultimamente? —le pregunto a Miles—. ?Sigues saliendote con la tuya con el truquito del almirante Naismith?

—A duras penas —dijo Miles—. Los dendarii me acompanan. Estan en orbita —apunto con el dedo hacia arriba—, comiendose las unas mientras hablamos.

Galeni puso cara de haber mordido un limon.

—?Conoce todo el mundo esta operacion encubierta menos yo? Usted, Vorpatril… ?se que su acceso de Seguridad no es mas alto que el mio!

Ivan se encogio de hombros.

—Un encuentro previo. Es de la familia.

—Maldita red de poder Vor —murmuro Galeni.

—Oh —dijo Elli Quinn cayendo en la cuenta de repente—, ?este es tu primo Ivan! Siempre me habia preguntado que aspecto tendria.

Ivan, que le habia estado lanzando miraditas desde que entrara en la habitacion, le presto toda su atencion con la temblorosa tension de un perro perdiguero. Sonrio encantador y se inclino sobre la mano de Elli.

—Encantado de conocerla, milady. Los dendarii deben de estar mejorando, si es usted una muestra de ellos. La mas hermosa, sin duda.

Elli recupero su mano.

—Nos conocemos.

—Seguro que no. No podria olvidar ese rostro.

—No tenia esta cara. «Una cabeza como una cebolla», fue la forma en que lo definio usted, que yo recuerde —sus ojos chispearon—. Como estaba ciega en ese momento, no tenia ni idea de que aspecto tenia la protesis de plastipiel. Hasta que usted me lo dijo. Miles nunca lo menciono.

La sonrisa de Ivan se habia vuelto flaccida.

—Ah. La dama con las quemaduras de plasma.

Miles sonrio y se acerco un poquito a Elli, que coloco posesivamente la mano sobre el brazo que le ofrecia y le dirigio a Ivan una fria sonrisa de samurai. Ivan, tratando de morir con dignidad, miro al capitan Galeni.

—Ya que se conocen mutuamente, teniente Vorkosigan, he asignado al teniente Vorpatril para que le oriente sobre la embajada y sobre sus deberes aqui —dijo Galeni—. Vor o no Vor, mientras este en la nomina del Emperador, bien podria serle de alguna utilidad. Confio en que llegue pronto la clarificacion de su estatus.

—Confio en que la nomina de los dendarii llegue igualmente pronto —dijo Miles.

—Su mercenaria… guardaespaldas, puede regresar a su puesto. Si por algun motivo necesita abandonar el complejo de la embajada, le asignare a uno de mis hombres.

—Si, senor —suspiro Miles—. Pero sigo necesitando contactar con los dendarii, por si se produce una emergencia.

—Me encargare de que la comandante Quinn reciba un enlace comunicador seguro cuando se marche. De hecho —toco su comuconsola—, ?sargento Barth?

—?Si, senor? —respondio una voz.

—?Tiene preparado ya ese comunicador?

—Acabo de terminar de codificarlo, senor.

—Bien, traigalo a mi despacho.

Barth, todavia de civil, aparecio en cuestion de segundos. Galeni acompano a Elli a la salida.

—El sargento Barth la escoltara fuera de la embajada, comandante Quinn.

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