Miles se quedo callado un instante. Por fin, dijo cautelosamente:
—?La, ah… la conoces bien? ?Puedes persuadirla para que sea discreta u ordenarselo?
—Vivo con ella —dijo Bel sin mas—. Nadie necesita ordenarle nada. Es discreta.
«Oh. Eso aclara muchas cosas…»
—Pero es amiga intima de Garnet Cinco, que esta muertecita de panico con todo esto. Esta convencida, entre otras cosas, de que el mando barrayares quiere fusilar a su novio en cuanto le ponga las manos encima. El par de matones que envio Vorpatril para recoger a vuestra oveja perdida, evidentemente…, bueno, se pasaron de rudos. Fueron insultantes y brutales, para empezar, y a partir de ahi todo fue cuesta abajo. He oido la version sin resumir.
Miles hizo una mueca.
—Conozco a mis paisanos. Puedes dar por sabidos los detalles desagradables, gracias.
—Nicol me ha pedido que haga lo que pueda por su amiga y el amigo de su amiga. Le prometi hacer algo. Es esto.
—Comprendo —Miles suspiro—. No puedo prometer nada todavia. Excepto escuchar a todo el mundo.
Bel asintio y aparto la mirada. Al cabo de un instante, el herm dijo:
—Este cargo tuyo de Auditor Imperial… Ahora eres una rueda importante en la maquinaria barrayaresa, ?no?
—Algo asi —dijo Miles.
—La Voz del Emperador; suena importante. La gente te escucha, ?verdad?
—Bueno, los barrayareses lo hacen. El resto de la galaxia —Miles levanto una comisura de la boca— tiende a pensar que es algo propio de un cuento de hadas.
Bel se encogio de hombros, como pidiendo disculpas.
—Los de SegImp son barrayareses. Bueno. La cuestion es que he llegado a querer este lugar…, la Estacion Graf, el cuadrispacio. Y a esta gente. Me gustan mucho. Creo que entenderas por que, si tengo oportunidad de llevarte a dar una vuelta. Estoy pensando en establecerme aqui de manera permanente.
—Esto esta… bien —dijo Miles. «?Adonde quieres ir a parar, Bel?»
—Pero si hago un juramento de ciudadania aqui…, y llevo pensandomelo algun tiempo, quiero hacerlo sinceramente. No puedo ofrecerles un falso juramento, ni lealtades divididas.
—Tu ciudadania betana nunca se interpuso en tu carrera en los Mercenarios Dendarii.
—Nunca me pediste que actuara en la Colonia Beta.
—?Y si lo hubiera hecho?
—Yo… me habria enfrentado a un dilema. —Bel extendio la mano en una suplica—. Quiero empezar de cero, sin ninguna atadura secreta que me agarre. Dices que SegImp es tu instrumento personal ahora. Miles…, ?puedes por favor volver a despedirme?
Miles se echo hacia atras y se mordio los nudillos.
—Que te aparte de SegImp, quieres decir.
—Si. De todas las antiguas obligaciones.
Miles resoplo. «?Pero nos eres tan valioso aqui!»
—Yo… no se.
—?No sabes si tienes poder? ?O no sabes si quieres utilizarlo?
Miles contemporizo.
—Este asunto de tener poder ha resultado mas extrano de lo que esperaba. Uno podria pensar que mas poder te da mas libertad, pero he descubierto que en mi caso es al reves. Cada palabra que sale de mi boca tiene un peso que nunca habia tenido antes, cuando era el Loco Miles el charlatan, buscavidas de los Dendarii. Nunca tenia que ir con pies de plomo como ahora. Es… puneteramente incomodo, a veces.
—Pensaba que te encantaria.
—Yo pensaba lo mismo.
Bel se echo hacia atras, relajandose. No volveria a pedirselo, no de momento, al menos.
Miles tamborileo con los dedos sobre la fria superficie cristalina de la mesa.
—Si detras de este lio no hay nada mas que sobreexcitacion y falta de juicio, y no es que con eso no baste, todo se limita a la desaparicion del encargado de seguridad de la flota komarresa, Solian…
El comunicador de muneca de Miles sono. Se lo llevo a los labios.
—?Si?
—Milord —sono la voz de Roic, en tono de disculpa—. Vamos a atracar de nuevo.
—Bien. Gracias. Vamos para alla. —Se levanto de la mesa—. Tenemos que hablar con Ekaterin antes de volver alli y seguir fingiendo. Roic y ella tienen ambos una autorizacion de seguridad completa, por cierto; les hace falta para vivir tan cerca de mi. Los dos tienen que saber quien eres, y que pueden confiar en ti.
Bel vacilo.
—?Tienen que saber que soy de SegImp? ?Aqui?
—Deberian saberlo, por si hay una emergencia.
—Me gustaria bastante que los cuadris no supieran que he estado vendiendo informacion a los planetarios, ?sabes? Tal vez resulte mas seguro que tu y yo seamos simples conocidos.
Miles se le quedo mirando.
—Pero Bel, ella sabe perfectamente bien quien eres. O quien eras, al menos.
—?Que, le has estado contando a tu esposa batallitas de operaciones encubiertas? —Claramente desconcertado, Bel fruncio el ceno—. Una de esas reglas que siempre se aplican a los demas, ?no?
—Se gano el derecho a estar informada, no se le dio sin mas —dijo Miles, un poco envarado—. ?Pero Bel, te enviamos una invitacion de boda! O… ?la recibiste? SegImp me notifico que fue entregada…
—Oh —dijo Bel, confundido—. Eso. Si. La recibi.
—?Llego demasiado tarde? Incluia un billete de viaje… Si alguien se lo quedo, lo mandare despellejar…
—No, el billete llego tambien. Hace como ano y medio, ?verdad? Podria haber ido, si me hubiera esforzado un poquito. Llego en un momento embarazoso para mi. Una especie de momento bajo. Acababa de dejar Beta por ultima vez y estaba en mitad de un trabajito para SegImp. Buscar un sustituto habria sido dificil. Era un esfuerzo en una epoca en que mas esfuerzos… Pero te desee lo mejor, con la esperanza de que por fin fueras feliz — sonrio sin alegria—. Otra vez.
—Encontrar a la lady Vorkosigan adecuada… fue la suerte mas grande y mas rara que nunca tuve —suspiro Miles—. Elli Quinn tampoco vino a la boda. Aunque envio un regalo y una carta. —Ambos inexplicablemente tarde.
—Hum —dijo Bel, con una leve sonrisa. Y anadio, con un poco de picardia—: ?Y la sargento Taura?
—Ella si que asistio. —Miles sonrio a su pesar—. Espectacularmente. Tuve un golpe de genialidad y puse a mi tia Alys a cargo de vestirla de civil. Las mantuvo a las dos felizmente ocupadas. Todo el viejo contingente Dendarii te echo de menos. Elena y Baz estuvieron alli, con su nuevo bebe, ?te lo imaginas? Tambien vino Arde Mayhew. Asi que el principio de toda la aventura estuvo muy bien representado. Fue buena cosa que la boda no fuera multitudinaria. Ciento veinte invitados son pocos, ?no? Era la segunda boda de Ekaterin, ?sabes?… Ella era viuda.
Y estaba tremendamente nerviosa. Su estado, la noche antes de la boda, recordo a Miles la tension nerviosa previa al combate que habia visto en los soldados que se enfrentaban no a su primera, sino a su segunda batalla. La noche despues de la boda… Bueno, eso fue mucho mejor, gracias a Dios.
El anhelo y el pesar habian ensombrecido el rostro de Bel durante esta descripcion de viejos amigos alzando una copa por nuevos comienzos. Luego la expresion del herm se endurecio.
—?Baz Jesek, de vuelta en Barrayar? —dijo—. Alguien debio de resolver sus problemillas con las autoridades militares barrayaresas, ?no?
Y si Alguien podia resolver los problemas de Baz con SegImp, tal vez ese mismo Alguien podria resolver los de Bel. Bel ni siquiera tuvo que decirlo en voz alta.
—Los viejos cargos por desercion resultaban una tapadera demasiado buena cuando Baz estaba activo en operaciones especiales para retirarlos, pero la necesidad de tapadera habia quedado obsoleta —dijo Miles—. Baz y Elena estan los dos fuera de los Dendarii tambien. ?No te has enterado? Todos vamos a ser historia.
«Todos los que salimos con vida, al menos.»