—Por supuesto, lord Auditor Vorkosigan.
—Resulta muy raro tomarse todas esas molestias para eliminar el cuerpo para luego dejar la sangre, ?no? ?Falta de tiempo? ?Intento volver para limpiar pero fue demasiado tarde? ?Algo muy, muy extrano que ocultar respecto al cadaver?
Tal vez solo panico ciego, si el asesinato no habia sido planeado con antelacion. Miles podia imaginar a alguien que no fuera espacial empujando un cuerpo por una compuerta, y advirtiendo solo entonces que aquel no era un buen escondite. Pero eso no encajaba exactamente con hacerse rapidamente con una nave y recogerlo otra vez. Y ningun cuadrumano podia ser considerado no espacial.
Suspiro.
—Esto no nos esta llevando a ninguna parte. Vayamos a charlar de nuevo con mis idiotas.
5
El Puesto de Seguridad Numero Tres de la Estacion Graf se encontraba en la frontera situada entre la seccion en caida libre y la seccion gravitatoria, con acceso a ambas. Cuadrumanos obreros, con camisas y pantalones cortos amarillos, y unos cuantos planetarios bipedos, vestidos de la misma forma, trabajaban reparando la entrada principal a la zona gravitatoria. Miles, Ekaterin y Roic fueron escoltados por Bel y uno de sus acompanantes cuadris, pues el otro se habia quedado de guardia en la zona de atraque de la
Recorrieron un par de pasillos y bajaron un nivel, donde encontraron la cabina de control en la puerta del bloque de detencion de la zona de gravedad. Un cuadri y un planetario colaboraban para colocar en su marco una nueva ventana, posiblemente mas resistente al fuego de plasma; mas alla, otro cuadri vestido de amarillo daba los toques finales a un grupo de monitores mientras un cuadri uniformado en un flotador de Seguridad, los brazos superiores cruzados, observaba sombriamente.
En la zona cubierta de herramientas situada delante de la cabina encontraron a la Selladora Greenlaw y al jefe Venn, ahora con flotadores, esperandolos. Venn se aseguro de indicarle inmediatamente a Miles todas las reparaciones ya finalizadas y las que estaban todavia en progreso en detalle, con el coste aproximado y una cronica adjunta de todos los cuadris que habian resultado heridos en el embrollo, incluyendo nombres, rangos, diagnosticos y la tension sufrida por sus familiares. Miles fue haciendo ruiditos de reconocimiento, aunque neutros, y contraataco mencionando al desaparecido Solian y el siniestro testimonio de la sangre en la cubierta de la bodega de carga, con una breve disertacion sobre la logistica de su cuerpo expulsado y recogido por un posible conspirador exterior. Esto ultimo hizo que Venn se callara, al menos temporalmente; su rostro se contrajo, como el de un hombre con dolor de estomago.
Mientras Venn se encargaba de facilitar la entrada a Miles al bloque de celdas, este miro a Ekaterin y, un poco menos dubitativo, contemplo el lugar, poco apetecible.
—?Quieres esperar aqui o acompanarme?
—?Quieres que te acompane? —pregunto ella, con una falta de entusiasmo en la voz que incluso Miles noto—. Ya se que no traes a nadie si no es necesario, pero seguramente no te hago falta para esto.
—Bueno, tal vez no. Pero puede que sea un poco aburrido esperar aqui fuera.
—No padezco tu alergia al aburrimiento, amor, pero para serte sincera, esperaba poder echar un vistazo a la Estacion mientras tu trabajas esta tarde. Las cosas que hemos visto por el camino parecian muy atractivas.
—Pero necesito a Roic. —Miles vacilo, dandole vueltas al problema triangular de seguridad.
Ella estudio a Bel, amistosa.
—Admito que me gustaria tener un guia, ?pero de verdad crees que necesito un guardaespaldas?
Posiblemente alguien la insultara, pero solo un cuadri que supiera de quien era esposa. En cualquier caso, Miles tenia que admitir que era improbable que nadie fuera a atacarla.
—No, pero…
Bel le sonrio cordialmente.
—Si acepta mi escolta, lady Vorkosigan, me encantaria mostrarle la Estacion Graf mientras el lord Auditor lleva a cabo sus entrevistas.
Ekaterin sonrio aun mas.
—Me gustaria mucho, si, gracias, practico Thorne. Si las cosas salen bien, como cabe esperar que salgan, tal vez no estemos aqui mucho tiempo. Creo que debo aprovechar la oportunidad.
Bel tenia mas experiencia que Roic en todo, desde combate cuerpo a cuerpo hasta maniobras con la flota, y era mucho menos probable que se metiera en lios por ignorancia.
—Bueno…, muy bien, ?por que no? Disfruta. —Miles toco su comunicador de muneca—. Llamare cuando este a punto de terminar. Tal vez puedas ir de compras. —Los despidio, sonriente—. Pero no traigas a casa ninguna cabeza cortada. —Alzo la cabeza y vio a Venn y Greenlaw mirandolo con desazon—. Una… broma familiar —explico debilmente. La desazon no remitio.
Ekaterin le devolvio la sonrisa y se marcho del brazo que alegremente le ofrecio Bel. A Miles se le ocurrio demasiado tarde que Bel era notablemente universal en sus gustos sexuales, y que tal vez tuviera que haberle dicho a Ekaterin que no tenia que ser especialmente delicada a la hora de rechazar las atenciones de Bel, si le dedicaba alguna. Pero seguro que Bel no… Por otro lado, tal vez se probarian la ropa por turnos.
Reacio, volvio al trabajo.
Los prisioneros barrayareses estaban hacinados en grupos de tres en celdas previstas para dos ocupantes, una circunstancia de la que Venn medio se quejo medio se disculpo. El Puesto de Seguridad Numero Tres, le dio a entender a Miles, no estaba preparado para una invasion tan anormal de planetarios recalcitrantes. Miles murmuro su comprension, aunque no necesariamente su simpatia, y se abstuvo de comentar que las celdas de los cuadris eran mas grandes que los camarotes de la
Miles empezo entrevistando al comandante del peloton de Brun. El hombre se sorprendio al descubrir que sus hazanas merecian la atencion de todo un Auditor Imperial, y como resultado empleo una pesada jerga militar en su relato de los hechos. El panorama que Miles descifro detras de expresiones tan formales como «penetramos el perimetro» y «fuerzas enemigas concentradas» siguio provocandole escalofrios. Pero, aun admitiendo el distinto punto de vista, su testimonio no contradecia la version de los estacionarios. Lastima.
Miles comprobo la historia del comandante del peloton en otra celda llena de tipos, que anadieron detalles desafortunados pero no sorprendentes. Como el peloton pertenecia a la
Cuando salio, Miles intento razonar con la flotante Selladora Greenlaw.
—Es impropio que sigan ustedes reteniendo a esos hombres. Las ordenes que seguian, desafortunadas tal vez, no eran de hecho ilegales segun la definicion militar barrayaresa. Si sus ordenes hubieran sido saquear, violar o masacrar a cuadrumanos civiles, habrian tenido la obligacion militar legal de resistirse a ellas, pero de hecho se les ordeno especificamente que no mataran. Si hubieran desobedecido a Brun, se habrian enfrentado a un consejo de guerra. Es un doble peligro, y una verdadera injusticia con ellos.
—Tendre en consideracion su observacion —dijo Greenlaw secamente. Lo que no dijo fue: «Unos diez segundos; luego la arrojare por la compuerta mas cercana.»
—Y, previsiblemente —anadio Miles—, no querra tener a esos hombres retenidos aqui indefinidamente. Sin duda seria preferible que al irnos nos los llevaramos.
Greenlaw parecio aun mas seca; Venn gruno, desconsolado. Miles supuso que Venn se habria alegrado de que el Auditor Imperial se los llevara de inmediato, si el asunto no hubiera tenido consecuencias politicas. Miles no presiono, pero tomo nota del detalle para referencias futuras. Fantaseo un instante con la posibilidad de intercambiar a Brun por sus hombres y dejarlo alli para evidente beneficio del servicio del Emperador, pero no lo dijo en voz alta.
Su entrevista con los dos hombres de seguridad enviados inicialmente a recoger a Corbeau fue, a su modo, aun mas espeluznante. El rango de auditor los intimido lo suficiente para que expusieran una version completa y