La vision que Ekaterin tenia de el, se recordo Miles, no era exactamente objetiva. Gracias a Dios.

—Llevo todo el dia intentando encantar a los cuadris sin ningun exito visible.

—Si dejas claro que te cae bien la gente, le resulta dificil resistirse. Y Nicol tocara en la orquesta esta noche.

—?Oh! Sera interesante oirlo.

Ekaterin era muy observadora. Miles no tenia ninguna duda de que se habia pasado la tarde captando vibraciones culturales que iban mas alla de las modas locales. El ballet cuadri lo era.

—?Llevaras tu bonito vestido nuevo?

—Por eso lo he comprado. Honramos a los artistas vistiendonos para ellos. Ahora, ponte el uniforme de la Casa Vorkosigan. Bel vendra a recogernos pronto.

—Sera mejor que me cina al color gris. Tengo la sensacion de que desfilar con uniforme barrayares delante de los cuadris es ahora mismo una mala idea, diplomaticamente hablando.

—En el Puesto de Seguridad Numero Tres, probablemente. Pero no tiene sentido que te vean disfrutando de su arte si parecemos un par de planetarios anonimos. Esta noche, creo que deberiamos parecer lo mas barrayareses posible.

El que lo vieran con Ekaterin merecia tambien unos cuantos puntos, penso Miles, aunque no tanto por propaganda como por pura exhibicion de masculinidad. Se dio un golpecito en la costura del pantalon, donde no colgaba ninguna espada.

—Bien.

6

Bel llego al cabo de un rato a la compuerta de la Kestrel, despues de haberse cambiado el serio uniforme de trabajo por un sorprendente pero alegre jubon naranja con brillantes mangas azules decoradas con estrellas, pantalones con perneras acuchilladas sujetos a la rodilla y calzas y botas de friccion a juego de color azul medianoche. Variaciones por el estilo parecian ser la ultima moda local masculina y femenina, tuvieran sus usuarios piernas o no, a juzgar por el menos deslumbrante atuendo de Greenlaw.

El hermafrodita los condujo a un apartado y tranquilo restaurante en el lado gravitatorio de la Estacion que tenia el habitual ventanal transparente que daba al paisaje estelar. Alguna gabarra o capsula ocasional pasaba silenciosamente por fuera, anadiendo interes a la escena. A pesar de la gravedad, que al menos mantenia la comida fija en los platos descubiertos, el lugar seguia los ideales arquitectonicos cuadrumanos al tener mesas fijas sobre columnas a diversas alturas, usando las tres dimensiones de la sala. Los servidores correteaban arriba y abajo utilizando flotadores. El diseno le gusto a todo el mundo menos a Roic, que no paraba de torcer el cuello en todas direcciones, esperando problemas en 3-D. Pero Bel, siempre previsor, ademas de versado en protocolos de seguridad, habia proporcionado a Roic un lugar situado por encima de los otros, desde donde divisaba toda la sala. Roic subio a su extrana atalaya algo mas tranquilo.

Nicol los estaba esperando sentada a su mesa, que dominaba toda la pared-ventanal. Su atuendo consistia en unas mallas negras que se ajustaban a su silueta y finos panuelos de arco iris; por lo demas, su aspecto no habia cambiado demasiado desde que Miles la conocio por primera vez hacia tantos anos y tantos saltos. Seguia siendo delgada, graciosa de movimientos incluso con su flotador, con la piel de puro marfil y el pelo corto de ebano, y sus ojos aun danzaban. Ekaterin y ella se miraron una a la otra con gran interes, y de inmediato se pusieron a conversar sin que hiciera falta mucha intervencion por parte de Bel o Miles.

Mientras la exquisita comida iba apareciendo fluidamente, presentada por el bien entrenado y silencioso personal del lugar, la charla fue tratando de musica, jardineria y de las tecnicas de bioreciclado de la estacion, que llevaron a una discusion sobre la dinamica de la poblacion cuadri y los metodos tecnicos, economicos y politicos para poblar el creciente anillo que rodeaba el cinturon de asteroides. Solo las viejas historias de guerra, por tacito y mutuo acuerdo, no asomaron a la conversacion.

Cuando Bel acompano a Ekaterin al lavabo entre el ultimo plato y el postre, Nicol espero a que no la oyera y luego se inclino hacia delante y le murmuro a Miles:

—Me alegro por ti, almirante Naismith.

El se llevo brevemente un dedo a los labios.

—Alegrate por Miles Vorkosigan. Desde luego, yo me alegro —vacilo, y entonces pregunto—: ?Deberia alegrarme tambien por Bel?

La sonrisa de Nicol se arrugo un poquito.

—Solo Bel lo sabe. He dejado de viajar por el Nexo. He encontrado mi hogar, por fin. Bel parece feliz aqui tambien, la mayor parte del tiempo, pero… bueno, Bel es planetario. Dicen que tiene «pies nerviosos». Bel habla de comprometerse con la Union, pero… por un motivo u otro, nunca presenta la solicitud.

—Estoy seguro de que Bel esta interesado en hacerlo.

Ella se encogio de hombros y apuro su bebida de limon; en prevision de su actuacion posterior, no habia probado el vino.

—Tal vez el secreto de la felicidad es vivir el hoy y nunca mirar adelante. O tal vez es solo un habito que Bel adquirio en su antigua vida. Todo ese riesgo, todo ese peligro… Hace falta fuerza para continuar. No estoy segura de que Bel pueda cambiar su naturaleza, ni cuanto le lastimaria intentarlo. Tal vez demasiado.

—Mm —dijo Miles. «No puedo ofrecerles un falso juramento, ni lealtades divididas», habia dicho Bel. Al parecer, ni siquiera Nicol era consciente de la segunda fuente de ingresos (y peligros) de Bel—. Me parece que Bel podria haber encontrado trabajo como practico en bastantes sitios. En cambio, vino hasta muy lejos para encontrar este.

La sonrisa de Nicol se suavizo.

—Asi es. ?Sabes que cuando Bel llego a la Estacion Graf todavia tenia en la cartera ese dolar betano con que os pague en Jackson's Whole?

Miles consiguio tragarse la pregunta logica, «?Estas segura de que era el mismo?», antes de que escapara por su boca y metiera la pata. Un dolar betano era exactamente igual a cualquier otro. Si Bel habia dicho que era el mismo cuando volvio a encontrar a Nicol, ?quien era el para sugerir lo contrario? Un metepatas, seguro.

Despues de la cena, Bel y Nicol los guiaron por el sistema de coches-burbuja, cuyas arterias de transito habian sido reestructuradas recientemente en el laberinto tridimensional en el que habia llegado a convertirse la Estacion Graf. Nicol dejo su flotador en un deposito comun en el anden de pasajeros. Su coche tardo unos diez minutos en abrirse paso por el entramado de tubos hasta llegar a su destino; el estomago de Miles dio un vuelco cuando entraron en la zona de caida libre, y se apresuro a sacar del bolsillo las pildoras contra el mareo, meterse una en la boca y ofrecerselas discretamente a Ekaterin y Roic.

La entrada al auditorio Memorial Madame Minchenko no era ni grande ni impresionante, pues se trataba solo de una de las varias puertas estancas accesibles desde distintos niveles de la Estacion. Nicol beso a Bel y se marcho. Ninguna multitud abarrotaba todavia los pasillos cilindricos, pues habian llegado temprano para dar tiempo a Nicol de llegar a los camerinos y cambiarse. Miles, por tanto, no estaba preparado para la vasta sala a la que entraron flotando.

Era una esfera enorme. Casi una tercera parte de su superficie interior era una pared-ventana redonda y transparente, el universo mismo convertido en telon de fondo, repleto de brillantes estrellas en esa parte oscura de la Estacion. Ekaterin le agarro bruscamente la mano y Roic emitio un ruidito ahogado. Miles tuvo la sensacion de que habia entrado en un colmena gigantesca, pues el resto de la pared estaba cubierta de celdas hexagonales, como un panal plateado lleno de joyas multicolores. Mientras flotaban hacia el centro, las celdas se convirtieron en palcos de terciopelo para el publico de diversos tamanos: desde comodos nichos para un solo espectador a unidades lo suficientemente espaciosas para grupos de diez, si los diez eran cuadris y no tenian que usar molestas piernas. Otros sectores, intercalados, parecian ser paneles oscuros y planos de diversas formas, o contener otras salidas. Miles trato al principio de encontrar un arriba y un abajo en el espacio, pero cuando parpadeo, la camara parecio rotar alrededor del ventanal, y entonces ya no estuvo seguro de si estaba mirando arriba, abajo o de lado con respecto a ella. Abajo era una construccion mental particularmente preocupante, ya que producia la mareante impresion de caer a un vasto pozo de estrellas.

Un acomodador cuadri con un cinturon aereo los condujo, despues de que hubieran babeado hasta

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