parecer irritado.
—?Si, almirante?
—Oh, gracias a Dios. Recibimos un informe diciendo que lo habian atacado.
—Ya ha pasado. Fallaron. Los de seguridad de la Estacion ya estan aqui.
Hubo una breve pausa. La voz de Vorpatril regreso, cargada de implicaciones:
—Milord Auditor, mi flota esta en alerta maxima, dispuesta a seguir sus ordenes.
«?Oh, mierda!»
—Gracias, almirante, pero tranquilicense, por favor —dijo Miles rapidamente—. De verdad. Esta todo bajo control. Volvere con usted en unos minutos. ?No haga nada sin contar con mis ordenes directas y personales!
—Muy bien, milord —dijo Vorpatril, envarado y todavia receloso.
Miles corto la comunicacion.
Greenlaw lo estaba mirando.
—Soy la Voz de Gregor —le explico el—. Para los barrayareses, es casi como si ese cuadri le hubiera disparado al Emperador. Cuando dije que alguien habia estado a punto de iniciar una guerra, no era una forma de hablar, Selladora Greenlaw. En casa, este lugar estaria ahora mismo a rebosar de los mejores agentes de SegImp.
Ella ladeo la cabeza, el ceno fruncido.
—?Y que pasaria en caso de un ataque a un subdito barrayares corriente? Habria mas indiferencia, supongo.
—No mas indiferencia, pero si un nivel organizativo inferior. Seria cosa de la guardia del conde de su distrito.
—Asi que en Barrayar, el tipo de justicia que uno recibe depende de quien sea. Interesante. No lamento informarle, lord Vorkosigan, que en la Estacion Graf sera usted tratado como cualquier otra victima: ni mejor, ni peor. Curiosamente, eso no es malo para usted.
—Que bien —dijo Miles secamente—. Y mientras usted alardea de lo poco que le impresiona mi autoridad imperial, un asesino peligroso sigue suelto. ?Que pasara con la encantadora e igualitaria Estacion Graf si la proxima vez utiliza un metodo menos personal para eliminarme, como una bomba grande? Confie en mi… Incluso en Barrayar, todos morimos igual. ?Continuamos esta conversacion en privado?
Las vidcams, que evidentemente habian terminado con Bel, volvian hacia el.
—?Miles!
Al escuchar el grito y girar la cabeza, Miles vio a Ekaterin corriendo tambien hacia el, seguida por Roic. Nicol y Garnet Cinco venian detras, en flotadores. Palida y demacrada, Ekaterin se abrio paso por entre los escombros del vestibulo, le agarro las manos y, al ver su sonrisa, lo abrazo ferozmente. Consciente de las vidcams que giraban a su alrededor, el la abrazo tambien, asegurandose de que ningun periodista vivo, no importaba cuantos brazos o piernas poseyera, pudiera resistirse a poner aquella imagen en primera plana. Una escena de interes humano, si.
—Intente detenerla, milord —se disculpo Roic—, pero ella insistio en venir.
—No importa —contesto Miles con voz apagada.
—Crei que este era un lugar seguro. Lo parecia —le murmuro Ekaterin con tristeza al oido—. Los cuadris parecian gente pacifica.
—La mayoria indudablemente lo son —dijo Miles. Reacio, se separo de ella, aunque siguio sujetandole con fuerza una mano. Dieron un paso atras y se miraron el uno a la otra ansiosamente.
Al otro lado del vestibulo, Nicol corria hacia Bel con la misma expresion que Ekaterin en la cara, y las vidcams corrieron tras ella.
—?Hasta donde llegaste en la investigacion de Solian? —le pregunto Miles a Roic en voz baja.
—No muy lejos, milord. Decidi empezar por la
Miles sonrio brevemente.
—Apuesto a que puedo arreglar eso ahora, maldicion.
Greenlaw regreso para invitar a los barrayareses a pasar a la sala de reuniones de la direccion del hotel, preparada rapidamente como refugio.
Miles se colgo del brazo la mano de Ekaterin y la siguieron; sacudio la cabeza con pesar a un periodista que corrio hacia ellos, y uno de los guardias de la Milicia de la Union de Greenlaw hizo un severo movimiento de advertencia. Chafado, el periodista cuadri se dirigio en cambio a Garnet Cinco. Con reflejos de artista, ella le dio la bienvenida con una sonrisa cegadora.
—?Has tenido una buena manana? —le pregunto Miles a Ekaterin animadamente mientras se abrian paso entre los destrozos del suelo.
Ella lo miro, divertida.
—Si, encantadora. Los cultivos hidroponicos de los cuadrumanos son extraordinarios. —Su voz se volvio mas seca mientras contemplaba los restos de la batalla—. ?Y tu?
—Deliciosa. Bueno, no si no nos hubieramos agachado. Pero si no soy capaz de usar este incidente para nuestro provecho, deberia entregar mi cadena de Auditor. —Sonrio como un zorro contemplando la espalda de Greenlaw.
—Las cosas que una aprende en la luna de miel. Ahora se como sacarte de tu estado de animo cuando estas deprimido. Solo hay que contratar a alguien para que te dispare.
—Es algo que me da vida —reconocio el—. Descubri hace anos que soy adicto a la adrenalina. Tambien descubri que acabaria por ser algo toxico, si no lo controlaba.
—Desde luego.
Ekaterin tomo aire. El ligero temblor de la mano agarrada al hueco del brazo de Miles remitia, y la tenaza sobre sus biceps permitia que la sangre circulara un poco ya. Su rostro habia vuelto a ser enganosamente sereno.
Greenlaw los condujo por el pasillo situado tras la zona de recepcion hasta una sala de trabajo. Su pequena mesa vid central habia sido despejada de tazas, burbujas flacidas de bebida y discos de plastico, ahora amontonado sin orden en una silla colocada contra una pared. Miles condujo a Ekaterin hasta un sillon y se sento junto a ella. Greenlaw coloco su flotador a la altura de sus oponentes. Roic y uno de los guardias cuadris se disputaron la puerta, mirandose con el ceno fruncido.
Miles recordo que tenia que mostrarse indignado y no extasiado.
—Bien —dejo que una clara nota de sarcasmo asomara a su voz—. Este ha sido un anadido remarcable a mis actividades previstas para la manana.
—Lord Auditor —empezo a decir Greenlaw—, reciba mis disculpas…
—Sus disculpas estan muy bien, senora Selladora, pero las cambiaria alegremente por su colaboracion. Suponiendo que no este usted detras de este incidente. —Hizo caso omiso al indignado conato de respuesta y continuo tranquilamente—: Y no veo por que deberia estarlo, a pesar de las sugerentes circunstancias. La violencia al azar no me parece el estilo habitual cuadri.
—?Desde luego que no!
—Bueno, si no es al azar, entonces debe de estar relacionada con el misterio central de todo este embrollo, que sigue siendo la desaparicion del teniente Solian, tan descuidada.
—No ha sido descuidada…
—Disiento. La respuesta a ese asunto tendria, ?deberia!, haberse producido hace dias, pero el Grupo A parece estar a un lado de una linea divisoria que la separa del Grupo B. Si perseguir a mi atacante cuadri es tarea de la Union… —hizo una pausa y alzo las cejas; ella asintio, sombria—, entonces perseguir a Solian es sin duda tarea mia. Es el unico hilo que tengo en la mano, y pretendo seguirlo. Y si las dos investigaciones no se encuentran en el centro, me comere mi sello de Auditor.
Ella parpadeo, un poco sorprendida al parecer por este cambio de discurso.
—Posiblemente…
—Bien. Entonces quiero acceso completo y sin restricciones para mi, mi ayudante Roic y todo aquel que yo pueda designar para que investigue cualquier zona o archivo concerniente a esta investigacion. ?Empezando por la