El callejon, muy tenuemente iluminado, tenia el suelo plano y paredes en angulo recto y, aunque no era exactamente estrecho, compartia su seccion transversal con una gran tuberia, de modo que Roic tuvo que agacharse para evitarla. Tras doblar una esquina, encontraron a tres cuadris, uno con el uniforme de Seguridad y los otros dos con pantalones cortos y camisa, trabajando detras de una tira de plastico con el logo de Seguridad de la Estacion Graf. Tecnicos forenses por fin, y en buena hora. El joven varon usaba un flotador con un numero de identificacion de la escuela tecnica. Una mujer de mediana edad y expresion concentrada pilotaba un flotador que llevaba la insignia de una de las clinicas de la Estacion.

El hombre de la camisa y los pantalones cortos del flotador de la escuela tecnica, gravitando con cuidado, termino de hacer un escaneo laser en busca de huellas por todo el borde y la tapa del gran contenedor cuadrado de basuras que sobresalia del pasillo a una altura conveniente para golpear las espinillas de los transeuntes despistados. Se aparto, y su colega ocupo su lugar y empezo a repasar las superficies con lo que parecia ser una especie de recolector manual de celulas de piel y fibras.

—?Es este el contenedor donde ocultaron a Garnet Cinco? —le pregunto Miles al oficial cuadri que supervisaba los trabajos.

—Si.

Miles se inclino hacia delante, solo para ser apartado por el tecnico del recolector. Despues de conseguir que le prometieran que lo informarian de cualquier hallazgo interesante, recorrio el pasillo arriba y abajo, las manos escrupulosamente metidas en los bolsillos, buscando… ?que? ?Mensajes cripticos escritos con sangre en las paredes? O con tinta, o con saliva, o con mocos, o con algo. Comprobo el suelo, el techo y las tuberias tambien, a la altura de Bel y mas abajo, ladeando la cabeza para captar reflejos extranos. Nada.

—?Estaban cerradas todas esas puertas? —le pregunto al patrullero que lo acompanaba como una sombra—. ?Las han comprobado ya? ?Podria alguien haber metido a Bel… al practico Thorne en una de ellas?

—Tendra que esperar al oficial encargado, senor —repuso el guardia cuadri, la exasperacion asomando a su tono neutral de servicio—. Acabo de llegar con usted.

Miles contemplo las puertas y sus cierres de palma, frustrado. No podia ir por el pasillo probandolas todas, no a menos que el hombre del escaner terminara con su trabajo. Regreso al contenedor.

—?Han encontrado algo?

—No… —La cuadri medico miro al oficial encargado—. ?Han barrido esta zona antes de que yo llegara?

—No que yo sepa, senora —dijo el oficial.

—?Por que lo pregunta? —inquirio Miles al instante.

—Bueno, no hay mucho. Esperaba encontrar algo mas.

—Intentalo un poco mas alla —sugirio el tecnico del escaner.

Ella le dirigio una mirada divertida.

—Ese no es el tema. En cualquier caso, despues de ti.

Indico el pasillo, y Miles se apresuro a contarle su inquietud acerca de las puertas al oficial encargado.

El equipo lo escaneo diligentemente todo, incluyendo, a insistencias de Miles, las tuberias de arriba, donde el atacante podria haberse agarrado para ocultarse antes de caer sobre sus victimas. Probaron todas las puertas. Dando golpecitos impacientes en la costura de sus pantalones, Miles los siguio arriba y abajo por el pasillo mientras completaban su busqueda. Todas las puertas estaban cerradas…, al menos ahora. Una se abrio al pasar ellos, y un parpadeante dependiente con piernas asomo la cabeza; el oficial cuadri lo interrogo brevemente, y el hombre, a su vez, ayudo a despertar a sus vecinos para que cooperaran en la busqueda. La mujer cuadri recolecto montones de bolsitas de plastico con poca cosa. No encontraron a ningun hermafrodita inconsciente en ningun contenedor, pasillo, armario ni tienda cercana al pasillo.

El callejon se extendia otros diez metros antes de desembocar discretamente en un pasillo transversal mas amplio lleno de tiendas, oficinas y pequenos restaurantes. El lugar podria haber estado mas tranquilo a mitad del tercer turno de la noche anterior, pero en ningun modo desierto, ademas estaba bien iluminado. Miles imagino al larguirucho Firka arrastrando o cargando la forma compacta pero substancial de Bel por el pasillo publico… ?envuelto en algo para ocultarlo? Tendria que haber sido asi. Haria falta un hombre fuerte para cargar con Bel. O… alguien con un flotador. No necesariamente un cuadri.

Roic, que caminaba a su lado, olisqueo. Los olores que llegaban al pasillo, procedentes de los tiros de las panaderias, le recordaron a Miles su obligacion de alimentar a sus soldados. A su soldado. El antipatico guardia cuadri podria apanarselas el solito.

El lugar era pequeno, limpio y acogedor; la clase de cafeteria barata donde comen los trabajadores locales. Evidentemente ya habia pasado la hora del desayuno y no era todavia la hora de almorzar, porque estaba ocupado solamente por un par de jovenes bipedos con aspecto de dependientes de alguna tienda cercana y una cuadri en un flotador que, a juzgar por su cinturon de herramientas, era electricista y hacia una pausa en su trabajo. Miraron con disimulo a los barrayareses, mas al alto Roic con su uniforme marron y plata que al pequeno Miles con su ropa de civil gris. El guardia de seguridad cuadri se distancio un poco (con el grupo pero no del grupo) y pidio cafe en una burbuja.

Una mujer bipeda actuaba como camarera y cocinera, sirviendo comida en los platos con la velocidad que da la practica. Los sabrosos panes parecian caseros, al parecer una especialidad del lugar, las rebanadas de proteinas normalitas y la fruta fresca sorprendentemente exquisita. Miles selecciono una gran pera dorada con la piel tenida de un tono rosado; la pulpa, cuando la abrio, demostro ser palida, perfecta, y rezumaba jugo perfumado. De haber tenido mas tiempo, le habria encantado mostrarle a Ekaterin la agricultura local: fuera cual fuese la matriz vegetal de donde habia crecido aquella fruta, tenia que haber sido alterada geneticamente para sobrevivir en caida libre. Las estaciones espaciales del Imperio podrian usar esas cepas… si los comerciantes komarreses no se las habian quedado ya. El plan de Miles de guardarse algunas pepitas en el bolsillo para llevarlas a casa cayo en el olvido cuando vio que la fruta no tenia pepitas.

Un holovid en el rincon, con el sonido bajo, murmuraba solo, ignorado por todo el mundo, pero un subito arco iris de luces cegadoras anuncio un boletin oficial de Seguridad. Todos volvieron un momento la cabeza, y Miles siguio las miradas y vio las imagenes del pasajero Firka tomadas de los archivos de la Rudra que el mismo habia entregado antes a Seguridad de la Estacion. No necesito el sonido para deducir el contenido del discurso de la severa cuadri: se busca a este sospechoso para interrogarlo, puede ir armado y ser peligroso; si ven a este dudoso planetario llamen a este codigo de inmediato. Siguieron un par de imagenes de Bel, como posible victima de un secuestro, presumiblemente; estaban tomadas de las entrevistas del dia anterior tras el intento de asesinato en el hotel, que un locutor resumio.

—?Puede subir el volumen? —pregunto Miles demasiado tarde.

La presentadora se estaba despidiendo; cuando la camarera apunto con el mando a distancia, su imagen fue sustituida por un anuncio donde se mostraba una impresionante seleccion de guantes de trabajo.

—Oh, lo siento —dijo la camarera—. Era una repeticion de todas formas. Lo pasan cada quince minutos desde hace una hora. —Y le proporciono a Miles un resumen verbal de la alerta, que coincidio con lo que Miles habia supuesto en la mayor parte de los puntos.

Bien, ?en cuantos holovids de toda la Estacion estaba apareciendo el anuncio? Eso le pondria las cosas dificiles a quien quisiera esconderse, ya que habria muchos mas pares de ojos buscandolo… Pero ?lo estaba viendo el propio Firka? En tal caso, ?se dejaria llevar por el panico y se volveria mas peligroso para quien se lo encontrara? ?O tal vez se entregaria, diciendo que era un malentendido? Roic, que estudiaba el vid, fruncio el ceno y bebio mas cafe. Privado de sueno, aguantaba bien por el momento, pero Miles supuso que estaria peligrosamente agotado a media tarde.

Miles tuvo la desagradable sensacion de que se hundia en arenas movedizas y perdia el rumbo de su mision inicial. ?Cual era, por cierto? Ah, si, liberar la flota. Reprimio un comentario interno de: «Que le den a la flota, ?donde demonios esta Bel?» Pero si habia algun modo de servirse de aquel preocupante giro de los acontecimientos para librar sus naves de las garras de los cuadris, no lo tenia nada claro.

Regresaron al Puesto de Seguridad Numero Uno y encontraron a Nicol esperandolos en la zona de recepcion con aspecto de depredador hambriento ante una charca. Se abalanzo hacia Miles en cuanto lo vio.

—?Han encontrado a Bel? ?Ha visto algun rastro?

Miles nego tristemente con la cabeza.

—Ni un pelo, ni una senal. Bueno, tal vez hubiera pelos… Lo sabremos cuando los tecnicos forenses hayan

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