—Estabamos a seis dias de Komarr, mas alla del salto a Pol, cuando empezaron las fiebres. Gras-Grace lo dedujo la primera, por la manera en que empezo. Siempre era la mas rapida de todos nosotros. Cuatro pinchacitos rosa, como si nos hubiera picado algun bicho, en el dorso de la mano de Hewlet y Firka, en la mejilla de ella, en mi brazo, donde me toco el bastardo cetagandes. Se hincharon hasta el tamano de huevos, y nos dolian, aunque no tanto como la cabeza. Solo en una hora. Me dolia tanto la cabeza que apenas podia ver, y Gras-Grace, que no estaba mucho mejor, me ayudo a llegar a mi camarote para que pudiera meterme en mi tanque.

—?Tanque?

—Habia preparado un gran tanque en mi camarote, con una tapa que podia cerrar desde dentro, porque la gravedad de aquella vieja nave no era muy de fiar. Era muy comodo para descansar, mi propia especie de cama de agua. Podia estirarme, y darme la vuelta. Buenos sistemas de filtrado en el agua, bonito y limpio, y oxigeno extra borboteando a traves de un conducto que yo habia preparado, todo con bonitas luces de colores. Y musica. Echo de menos mi tanque —suspiro.

—Usted… parece que tambien tiene pulmones. ?Contiene la respiracion bajo el agua, o que?

Gupta se encogio de hombros.

—Tengo unos esfinteres de mas en la nariz y las orejas y la garganta que se cierran automaticamente cuando mi respiracion cambia. Es siempre un momento algo embarazoso, el cambio: mis pulmones no siempre parecen querer parar. O empezar de nuevo, a veces. Pero no puedo permanecer eternamente en mi tanque, o acabaria meandome en el agua que respiro. Eso es lo que sucedio entonces. Flote en mi tanque durante… horas, no estoy seguro de cuantas. No creo que estuviera bien de la cabeza, me dolia tanto… Pero me entraron ganas de mear. Muchas ganas. Asi que tuve que salir.

»Casi me desmaye. Vomite en el suelo. Pero pude caminar. Llegue a la puerta de mi camarote, por fin. La nave seguia en marcha, podia sentir las vibraciones adecuadas a traves de mis pies, pero todo estaba en silencio. Nadie hablaba ni discutia ni roncaba, y no habia musica. Ni risas. Yo estaba mojado y tenia frio. Me puse una bata…, una de las batas suyas que Gras-Grace me habia dado, porque decia que estar gorda le daba calor, y yo siempre tenia frio. Decia que eso era porque mis disenadores me dieron genes de rana. Por lo que se, podria ser cierto.

»Encontre su cuerpo… —Se detuvo. La expresion remota de sus ojos se intensifico—. A unos cinco pasos pasillo abajo. Al menos, creo que era ella. Era su trenza, flotando en el… Al menos, creo que era su cadaver. El tamano del charco parecia el adecuado. Apestaba como… ?Que clase de enfermedad infernal licua los huesos? —Tomo aire y continuo, tembloroso—. Firka habia conseguido llegar a la enfermeria, pero para lo que le sirvio… Estaba todo flacido, como desinflado. Y goteaba. Junto a la cama. Apestaba peor que Gras-Grace. Y humeaba.

»Hewlet… lo que quedaba de el, estaba en el asiento del piloto. No se por que se arrastro hasta alli, tal vez fue un consuelo para el. Los pilotos son asi de extranos. Su casco de piloto mantenia el craneo en su sitio, pero su cara… sus rasgos… estaban resbalando. Pense que tal vez intento enviar una senal de emergencia. Ayudennos. Biocontaminacion a bordo. Pero tal vez no, porque nadie llego nunca. Mas tarde pense que habia enviado demasiadas senales y que los rescatadores se mantuvieron alejados a proposito. ?Por que iban los buenos ciudadanos a arriesgarse por nosotros? Solo eramos escoria jacksoniana. Mejor muertos. Eso ahorra el problema y los gastos de perseguirnos, ?eh?

Ahora no miraba a nadie en concreto.

Miles temio que guardara silencio, agotado. Pero habia tanto, tan desesperadamente importante, que saber… Se atrevio a darle una pista.

—Bueno. Increible, alli estaba, atrapado en una nave a la deriva con tres cadaveres que se disolvian, incluyendo un piloto de salto muerto. ?Como escapo?

—La nave… la nave no me servia para nada ahora, no sin Hewlet. Y los demas. Que se la quedaran los bastardos de la financiera, biocontaminacion incluida. Suenos asesinados. Pero pense que era el heredero de todos. Nadie tenia a nadie mas. Yo habria querido que ellos se quedaran con mis cosas, si hubiera sido al reves. Fui y recogi todo lo que pude: dinero suelto, chits de credito… Firka tenia un buen monton. Claro. Y tenia todos nuestros documentos de identidad falsificados. Gras-Grace, bueno, probablemente regalo su dinero, o lo perdio jugando, o se lo gasto en juguetes, o se le escabullo entre los dedos de alguna forma. A la larga, fue mas lista que Firka. Supongo que Hewlet se bebio la mayor parte. Pero habia suficiente. Suficiente para viajar a la otra punta del Nexo, si era lo bastante listo. Suficiente para alcanzar al bastardo cetagandes, tarde o temprano. Con aquella pesada carga, pense que no viajaria muy rapido.

»Lo recogi todo y lo cargue en una capsula de salvamento. La descontamine, y a mi tambien, una docena de veces, tratando de hacer desaparecer aquel horrible olor a muerte. No estaba… no estaba en mi mejor momento, no creo, pero no estaba tan ido. Una vez que estuve dentro de la capsula, no fue tan dificil. Estan disenadas para llevar a los idiotas heridos a un lugar seguro, siguiendo automaticamente las senales del espacio local… Me recogio tres dias mas tarde una nave de paso, y les conte una trola, diciendo que nuestra nave se habia destruido… Lo creyeron cuando miraron en el registro jacksoniano. Entonces deje de llorar. —Ahora brillaban lagrimas en la comisura de sus ojos—. No mencione la biomierda, o me la habria cargado. Me dejaron en la estacion de salto poliana mas cercana. Alli me escabulli de los investigadores de seguridad y subi a la primera nave que pude encontrar con destino a Komarr. Segui la carga del bastardo cetagandes por su masa hasta la flota komarresa que acababa de partir. Y busque una ruta para poder alcanzarlo en el primer sitio posible. Que fue aqui.

Miro alrededor, parpadeando ante su publico cuadri como si le sorprendiera que todos estuvieran aun en la habitacion.

—?Como se vio envuelto en todo eso el teniente Solian? —Miles habia estado esperando con los nervios contenidos para hacer esa pregunta.

—Pense que podia esperar y emboscar al bastardo cetagandes en cuanto saliera de la Idris. Pero nunca salio. Supongo que se quedo en su camarote. Escoria astuta. No pude pasar por la aduana ni por la seguridad de la nave…, no era un pasajero registrado ni invitado de nadie, aunque trate de comprar a unos cuantos. Me asuste cuando el tipo al que intente sobornar para que me colara a bordo amenazo con denunciarme. Entonces pense con la cabeza y consegui un pasaje en la Rudra, para intentar al menos pasar legalmente a traves de las aduanas de esas bodegas de carga. Y para asegurarme de poder seguirlo si la flota se marchaba de pronto, cosa que ya tendria que haber sucedido entonces. Queria matarlo yo mismo, por Gras-Grace y Firka y Hewlet; pero si iba a escaparse, pense, si lo entregaba a los barrayareses como espia cetagandes, tal vez… sucediera algo interesante. Algo que no le gustaria. No queria dejar mi rastro en el registro de llamadas vid, asi que aborde al jefe de seguridad de la Idris en persona cuando estaba en la bodega de carga. Le di el soplo. No estaba seguro de que me hubiera creido, pero supongo que fue a comprobarlo. —Gupta vacilo—. Debio de encontrarse con el bastardo cetagandes. Lo siento. Temo que lo fundio. Como a Gras-Grace y… —Su letania termino en un sollozo angustiado.

—?Eso fue cuando Solian tuvo la hemorragia nasal? ?Cuando le dio usted el soplo? —pregunto Miles.

Gupta se lo quedo mirando.

—?Que es usted, una especie de psiquico?

«Jaque.»

—?Por que la sangre falsa en el suelo de la bodega de carga?

—Bueno…, habia oido que la flota se marchaba. Estaban diciendo que el pobre diablo que hice fundir habia desertado, y que lo iban a degradar como… como si no tuviera una Casa o un baron que se preocupara por el, y a nadie le importara. Pero yo tenia miedo de que el bastardo cetagandes hiciera otro trasbordo en medio del espacio, y yo me quedara atascado en la Rudra, y se me escapara… Pense que eso devolveria la atencion a la Idris y lo que podia haber en ella. ?No imagine que esos idiotas militares fueran a atacar la Estacion cuadri!

—Fue un cumulo de circunstancias concatenadas —dijo Miles rapidamente, consciente por primera vez, en lo que parecia una eternidad de horrores evocados, de los oficiales cuadrumanos presentes—. Cierto que disparo usted los acontecimientos, pero no podia haberlos previsto.

Tambien Miles parpadeo y miro alrededor.

—Er… ?Tiene alguna pregunta, jefe Venn?

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