—Mi peticion es humanitaria, tambien. Creo… espero, que las damas haut cetagandesas tengan algun tratamiento en sus anchas mangas para su propio producto. Propongo llevar al practico Thorne con nosotros… corriendo con los gastos, para que comparta la cura que tan desesperadamente busco para mi mismo. Es de justicia. El herm estaba, en cierto sentido, a mi servicio cuando resulto infectado. En mi grupo de trabajo, si le parece.
—Mm. Los barrayareses cuidan de los suyos, al menos. Una de sus pocas cosas positivas.
Miles abrio la mano en un gesto igualmente ambiguo de reconocimiento por aquel leve cumplido.
—Thorne y yo trabajamos ahora con un margen de tiempo que no espera debates de ningun comite, me temo, ni el permiso de nadie. Este paliativo —indico torpemente el filtro sanguineo—, nos consigue un poco de tiempo. En este momento, nadie sabe si sera suficiente.
Greenlaw se froto el entrecejo, como si le doliera.
—Si, desde luego… Desde luego debe usted… ?Oh, demonios! —Tomo aliento—. Muy bien. Quedese con sus prisioneros y sus pruebas y todo el maldito lote… y con Thorne… y marchese.
—?Y los hombres de Vorpatril detenidos?
—Ellos tambien. Lleveselos a todos. Sus naves pueden marcharse, menos la
—Gracias, senora Selladora —canturreo Miles, aliviado. Corto la comunicacion y se desplomo contra las almohadas. El pabellon parecia girar a su alrededor, muy despacio, con sacudidas cortas. Al cabo de un momento, decidio que el problema no era de la habitacion.
El capitan Clogston, que habia estado esperando junto a la puerta a que el Auditor terminara aquella negociacion de alto nivel, avanzo para observar un poco mas el filtro sanguineo. Luego traslado su mirada a Miles.
—Problemas de ataques, ?eh? Menos mal que alguien me lo ha dicho.
—Si, bueno, no queriamos que lo confundiera con un exotico sintoma cetagandes. Es bastante rutinario. Si sucede, no se deje llevar por el panico. Me recupero yo solito en cosa de unos cinco minutos. Normalmente me produce una especie de resaca despues, aunque no es que pueda notar la diferencia en este momento. No importa. ?Que puede decirme del alferez Corbeau?
—Comprobamos el hipospray del ba. Estaba lleno de agua.
—?Ah! ?Bien! Eso pensaba. —Miles sonrio con lobuna satisfaccion—. ?Puede declararlo libre de biohorrores, entonces?
—Teniendo en cuenta que ha estado caminando por esta nave en pelotas, no hasta que estemos seguros de haber identificado todos los posibles elementos que pueda haber soltado el ba. Pero en el primer analisis de sangre y de tejidos que hicimos no aparecio nada.
Un signo de esperanza… Aunque Miles trato de no considerarlo demasiado optimista.
—?Puede enviarme al alferez? ?Es seguro? Quiero hablar con el.
—Creemos que lo que tienen el hermafrodita y usted no se contagia por contacto ordinario. Cuando estemos seguros de que la nave esta limpia de todo lo demas, podremos quitarnos estos trajes, lo cual sera un alivio. Aunque los parasitos podrian contagiarse sexualmente… Tendremos que estudiar eso.
—No me gusta tanto Corbeau. Enviemelo, pues.
Clogston dirigio a Miles una mirada extrana y se marcho. Miles no estaba seguro de si el capitan no habia entendido el chiste malo o simplemente lo consideraba demasiado penoso para merecer una respuesta. Pero la teoria de la transmision sexual provoco un nuevo rosario de desagradables especulaciones en la mente de Miles. ?Y si los medicos descubrian que podian mantenerlo vivo indefinidamente, pero no deshacerse de los malditos bichos? ?No podria tocar a Ekaterin durante el resto de su vida mas que a traves de la imagen de holovid…? Tambien le sugeria una nueva serie de preguntas que hacerle a Guppy sobre sus recientes viajes…
Bueno, los medicos cuadris eran competentes y recibian copias de las descargas medicas barrayaresas; sus epidemiologos estaban ya sin duda trabajando en ello.
Corbeau atraveso las biobarreras. Ahora llevaba mascarilla desechable y guantes, ademas de la tunica medica y las zapatillas de paciente. Miles se sento, aparto la bandeja y se abrio su propia tunica, dejando que la palida telarana de las viejas cicatrices producidas por la granada de aguja sugirieran lo que pudieran sugerir a Corbeau.
—?Me mando llamar, lord Auditor? —Corbeau inclino la cabeza con un gesto nervioso.
—Si. —Miles se rasco pensativo la nariz con la unica mano que tenia libre—. Bien, heroe. Acaba de hacer un movimiento muy bueno para su carrera.
Corbeau se encorvo un poquito, cohibido.
—No lo hice por mi carrera. Ni por Barrayar. Lo hice por la Estacion Graf, y los cuadris, y Garnet Cinco.
—Y yo me alegro de ello. No obstante, sin duda que querran ponerle un par de estrellas de oro. Coopere conmigo y no le obligare a recibirlas con el uniforme que llevaba cuando se las gano.
Corbeau le dirigio una mirada atonita y alerta.
?Que pasaba hoy con sus chistes?
Iba de mal en peor. Tal vez estuviera violando algun tipo de protocolo del Auditor no escrito, y estropeaba el dialogo de todos los demas.
—?Que quiere que haga? —pregunto el alferez, bastante reacio—. Milord.
—Obligaciones mas urgentes, por expresarlo con suavidad, me exigen dejar el Cuadrispacio antes de la completa conclusion de mi mision diplomatica. Sin embargo, ahora que la verdadera causa y el curso de nuestros recientes desastres han sido finalmente sacados a la luz, lo que sigue deberia resultar facil. —«Ademas, no hay nada como la amenaza inminente de la muerte para obligarle a uno a delegar»—. Esta muy claro que Barrayar hace tiempo que tendria que haber establecido un consulado diplomatico en la Union de Habitats Libres. Un joven inteligente que… —«este enconado por una chica cuadri», no, «casado con», un momento, alli no lo llamaban asi, se decia que estaban asociados, «si, probablemente», pero eso no habia sucedido todavia. Aunque Corbeau seria triplemente tonto si no aprovechaba esta oportunidad para resolver las cosas con Garnet Cinco de una vez por todas—. Que aprecie a los cuadris —continuo Miles tranquilamente—, y se haya ganado su respeto y su gratitud gracias a su valor personal, y no ponga ninguna objecion a cumplir una mision larga lejos de casa… Dos anos, ?no era? Si, dos anos. Un joven asi estaria particularmente bien situado para defender de manera efectiva los intereses de Barrayar en el Cuadrispacio. En mi opinion.
Miles no podia decir si Corbeau tenia la boca abierta por detras de la mascarilla medica.
Sus ojos, eso si, se habian abierto bastante.
—No me imagino —dijo Miles— que el almirante Vorpatril vaya a poner ninguna objecion a destacarlo en este puesto. O en cualquier caso a no tener que tratar con usted en su estructura de mando despues de todos estos… complejos acontecimientos. No es que yo hubiera planeado darle un voto betano en mis decretos como Auditor, se lo advierto.
—Yo… no se nada de diplomacia. Yo recibi formacion como piloto.
—Si aprobo los estudios para ser piloto militar de salto, ya ha demostrado que puede estudiar duro, aprender rapido y tomar decisiones veloces y precisas que afectan a las vidas de otras personas. Objecion descartada. Naturalmente, tendra un presupuesto en el consulado para contratar a personal experto que le ayude en problemas especializados, en asuntos de leyes, de economia, de comercio, de lo que sea. Pero espero que aprenda lo suficiente sobre la marcha para juzgar si sus consejos son buenos para el Imperio. Y si, al final de esos dos anos, decide dejarlo y quedarse aqui, la experiencia le daria una buena ventaja en el sector privado del Cuadrispacio. Si hay algun problema con todo esto desde su punto de vista… o desde el de Garnet Cinco, una mujer con la cabeza muy equilibrada, por cierto, no la deje escapar… Si hay algun problema, yo no lo veo.
—Yo… —Corbeau trago saliva—. Lo pensare, milord.
—Excelente. —«Y no se amilanaba al momento tampoco, bien»—. Hagalo.
Miles sonrio, y lo despidio; Corbeau se retiro, cauteloso. En cuanto no pudo oirle, Miles murmuro un codigo en su comunicador de muneca.
—?Ekaterin, amor? ?Donde estas?
—En mi camarote en la