insufrible soberbia. Bien, pues ahora protejanse solos contra esos gusanos y alimanas que han conseguido arreglarselas para amenazar a sus amos divinos… No pidan ayuda a uno de esos seres inferiores.
—Habla como un celote —comento Arvardan, muy sorprendido—. ?Por que? ?Que sufrimientos ha padecido? Antes ha dicho que vivia en un planeta muy poblado e independiente… Era un terrestre cuando la Tierra era el unico centro de vida existente. Usted es uno de los nuestros, Schwartz…, uno de los que gobiernan. ?Por que se asocia a un despojo enloquecido? Este no es el planeta que usted recuerda. Mi planeta se parece mas a la Tierra de la antiguedad que este mundo enfermo.
—Asi que segun usted soy uno de los que gobiernan, ?eh? —respondio Schwartz, y se rio—. Bien, no discutiremos eso…, no vale la pena que intente explicarselo. Fijemonos en usted: es un buen ejemplar del producto humano que nos envia la Galaxia. Es tolerante y maravillosamente comprensivo, y se admira a si mismo porque trata al doctor Shekt como a un igual; pero por debajo de eso, aunque no tanto como para que yo no pueda leerlo claramente en su mente, se siente muy incomodo en su compania. No le gusta la forma en que habla, y tampoco le gusta su aspecto. En resumen, que Shekt no le gusta nada a pesar de que se ha ofrecido a traicionar a la Tierra. Si, hace poco usted beso a una terrestre, y recuerda ese momento como una debilidad. Se siente avergonzado de haberlo hecho…
—?No, por todo el espacio! ?Pola! —grito desesperadamente Arvardan—. No le creas, no le escuches…
—No lo niegues ni sufras por eso, Bel —dijo Pola con mucha calma—. Schwartz mira bajo la superficie y ve los residuos de tu ninez, y si observase mi mente veria lo mismo. Si se observase a si mismo de una manera tan poco cortes como nos estudia a nosotros veria cosas muy parecidas.
Schwartz sintio que se ruborizaba.
—Si puede leer los pensamientos lea los mios, Schwartz —dijo Pola sin levantar la voz, pero dirigiendose directamente a el—. Digame si estoy planeando una traicion… Mire a mi padre. Piense si no es cierto que podria haber escapado facilmente a los Sesenta si hubiese cooperado con los dementes que quieren aniquilar la Galaxia. ?Que ha ganado mi padre con su traicion? Ahora vuelva a indagar, y averigue si alguno de nosotros desea hacer dano a la Tierra o a los terrestres. Nos ha dicho que capto los pensamientos que habia en la mente de Balkis… No se si tuvo ocasion de hurgar en sus heces, pero cuando vuelva, cuando ya sea demasiado tarde…, analicela y estudie los pensamientos de Balkis. Descubra que es un loco…, ?y muera despues!
Schwartz guardaba silencio.
—Bien, Schwartz, examine mi mente —se apresuro a intervenir Arvardan—. Penetre tan profundamente como lo desee. Naci en Baronn, en el Sector de Sirio. Pase mis anos de formacion en un ambiente lleno de prejuicios antiterrestres, por lo que no puedo evitar que mi subconsciente contenga muchos defectos y prejuicios; pero analice la superficie mental y digame si no he pasado mis anos adultos intentando combatir mis propios fanatismos. No los de los demas, porque eso resultaria demasiado facil, sino los mios, y con todo el teson de que he sido capaz…
»?Schwartz, usted no conoce nuestra historia! No sabe nada sobre las decenas de millares de anos durante los que el ser humano se fue extendiendo por la Galaxia, ni de las guerras y la miseria. No sabe nada sobre los primeros siglos del Imperio, cuando este aun no era mas que una continua confusion en la que se alternaban el caos y el despotismo. El gobierno galactico no ha llegado a ser realmente representativo hasta los ultimos doscientos anos, y ahora los distintos mundos gozan de autonomia cultural, pueden gobernarse a si mismos y tienen voz y voto en la direccion comun de los asuntos generales.
»No ha habido ningun otro momento de la historia en el que la humanidad estuviera tan libre de guerras y de la miseria como ahora. La economia galactica nunca ha estado organizada de una manera tan sabia, y las perspectivas del futuro nunca habian sido tan brillantes como ahora. ?Quiere destruir todo esto para volver a empezar? ?Y con que se empezaria despues? Con una teocracia despotica que solo sabe nutrirse de elementos tan enfermizos como son el odio y la desconfianza.
»Las quejas de la Tierra son justas, y si la Galaxia sobrevive llegara el dia en el que seran atendidas, pero lo que pretenden hacer esos hombres no es ninguna solucion. ?Sabe que se proponen hacer, Schwartz?
Si en ese momento Arvardan hubiese poseido el don que habia adquirido Schwartz, habria percibido la lucha terrible que se estaba librando en la mente del hombre llegado del pasado, pero incluso sin poseerlo su intuicion le permitio comprender que habia llegado el momento de hacer una pausa.
Schwartz estaba conmovido. Todos esos mundos condenados a perecer, a padecer la putrefaccion provocada por una enfermedad horrible… Despues de todo, ?era realmente un terrestre y nada mas que un terrestre? En su juventud habia abandonado Europa y habia emigrado a los Estados Unidos, ?pero acaso no habia seguido siendo el mismo hombre a pesar de eso? Y si muchisimo tiempo despues los seres humanos habian cambiado una Tierra martirizada y herida por los mundos del espacio, ?habian dejado de ser terrestres solo por eso? ?Acaso toda la Galaxia no era suya? ?No descendian todos…, absolutamente todos…, de Schwartz y de sus hermanos?
—Esta bien —murmuro por fin—. Estoy con ustedes. ?Como puedo ayudarles?
—?Hasta donde es capaz de llegar con su poder? —pregunto Arvardan nerviosamente y hablando muy deprisa, como si aun temiese que pudiera cambiar de parecer de un momento a otro.
—No lo se. Ahi fuera hay mentes, y supongo que son guardias. Creo que puedo llegar incluso hasta la calle, pero cuanto mas lejos voy mas borrosa se hace la percepcion.
—Si, claro —dijo Arvardan—. ?Pero y el secretario? ?Podria identificar su mente?
—No lo se —murmuro Schwartz.
Un nuevo silencio, y los minutos se fueron sucediendo de forma insoportable.
—Sus mentes se interponen —dijo Schwartz por fin—. No me miren, piensen en otras cosas… —Lo intentaron, y hubo otro prolongado silencio—. No… —acabo murmurando Schwartz—. No puedo…, no puedo…
—?Me he movido un poco! —exclamo de repente Arvardan—. ?Por toda la Galaxia, puedo mover el pie! ?Ay! —Cada movimiento traia consigo un nuevo martirio—. ?Hasta que punto puede herir a alguien, Schwartz? — pregunto—. ?Puede causar un sufrimiento mayor que el que me hizo padecer a mi hace un rato?
—He matado a un hombre con mi poder mental.
—?De veras? ?Y como lo hizo?
—No lo se. Sencillamente ocurrio. Es…, es…
Tratar de explicar lo inexplicable hizo que el rostro de Schwartz adquiriese una expresion que resultaba casi comica.
—?Puede eliminar a mas de un hombre simultaneamente?
—No he hecho la prueba, pero no lo creo. No puedo leer dos mentes al mismo tiempo, y por eso me imagino que no podria hacerlo.
—?Bel, no puedes hacer que mate al secretario! —intervino Pola—. Eso no serviria de nada.
—?Por que?
—?Como saldriamos de aqui? Aunque estuvieramos a solas con el secretario y Schwartz lo matara, despues habria centenares de guardias esperandonos fuera… ?Es que no lo entiendes?
—?Ya lo tengo! —exclamo Schwartz de repente.
—?A quien ha captado?
—AL secretario. Creo que he captado su contacto mental…
—?No lo pierda! —dijo Arvardan.
El apasionamiento con que exhorto a Schwartz era tan intenso que casi dio una vuelta completa sobre si mismo y como resultado cayo de la losa de plastico. Arvardan se estrello contra el suelo, y agito inutilmente una pierna medio paralizada intentando colocarla debajo de su cuerpo para poder levantarse.
—?Estas herido! —grito Pola.
Arvardan intento erguirse apoyandose sobre el codo, y se llevo la sorpresa de descubrir que la articulacion volvia a funcionar.
—No te preocupes, no es nada —dijo—. Exprima su mente, Schwartz… Saquele toda la informacion posible.
Schwartz forzo su poder al maximo hasta que sintio un terrible dolor de cabeza. Estaba aferrando y raspando con las antenas de su mente de una manera tan torpe y ciega como una criatura que extiende los dedos hacia un objeto que no puede alcanzar ni manipular. Hasta aquel momento habia conseguido asimilar todo lo que descubria, pero ahora estaba buscando a tientas…, buscando…, buscando… Hizo un esfuerzo terrible, y logro