gradualmente su complejidad pasando del metano al formaldehido y, finalmente, a los azucares y almidones en una direccion y de la urea a los aminoacidos y las proteinas en otra. Estas combinaciones y desintegraciones de atomos son fruto de la casualidad, naturalmente, y en un mundo el proceso puede requerir millones de anos mientras que en otro puede realizarse en solo unos centenares de anos; pero logicamente lo mas probable es que dure millones de anos, y lo mas probable es que no llegue a ocurrir nunca.

»Bien, los fisicoquimicos organicos han elaborado con gran exactitud toda la cadena de reacciones, especialmente en la parte energetica…, es decir, las relaciones de energia generadas con cada cambio atomico. Ahora se sabe sin lugar a dudas que varias de las etapas cruciales del proceso de creacion de la vida requieren la ausencia de energia radiada. Si esto le parece extrano, Procurador Ennius, me limitare a decirle que la fotoquimica —es decir, la quimica de las reacciones inducidas por la energia radiada— es una rama muy bien desarrollada de la quimica general; y que existen innumerables casos de reacciones muy sencillas que se desarrollaran de manera distinta segun se lleven a cabo en presencia o en ausencia de los cuantos de energia luminosa.

»En los planetas normales el sol es la unica fuente de energia radiante o, por lo menos, la mayor. Los compuestos de carbono y nitrogeno se combinan una y otra vez al amparo de las nubes o durante la noche en las formas posibilitadas por la ausencia de esas diminutas fracciones de energia con que son bombardeados por el sol, como si se tratase de bolas que hacen impacto en un numero infinito de palos de bolera de dimensiones infinitesimales.

»Pero en los planetas radiactivos la situacion es muy distinta, ya que con sol o sin el cada gota de agua esta iluminada por el veloz transito de los rayos gamma que embisten los atomos de carbono —o los activan, como dicen los quimicos—, incluso en lo mas tenebroso de la noche e incluso a diez kilometros de profundidad; obligando a que ciertas reacciones clave sigan una determinada orientacion…, una orientacion que nunca acaba dando como consecuencia la vida.

Arvardan habia vaciado su vaso. Lo dejo encima del armario, y el vaso quedo introducido instantaneamente en un compartimento especial donde fue lavado, esterilizado y puesto en condiciones de volver a ser llenado.

—?Otra copa? —pregunto Ennius.

—Preguntemelo despues de cenar —replico Arvardan—. Por ahora ya he bebido bastante.

Ennius alzo un dedo, y una una que habia sido sometida a un concienzudo proceso de manicura repiqueteo sobre el brazo del sillon haciendo un ruidito casi imperceptible.

—Cuando habla consigue que los procesos de la vida parezcan fascinantes, doctor Arvardan —dijo—. ?Pero como se explica entonces que haya vida en la Tierra? ?Como llego a desarrollarse?

—?Ve? Usted tambien empieza a tener dudas, ?no? Pero yo creo que en realidad la respuesta es muy sencilla: cuando el grado de radiactividad supera el minimo requerido para detener la creacion de la vida, aun no basta para destruir la vida que ya se ha formado. ruede modificarla, desde luego, pero no la destruye salvo cuando llega a alcanzar intensidades realmente excesivas; y en ese caso los !procesos quimicos son distintos. En el primer supuesto se trata de impedir que las moleculas crezcan, y en el segundo las moleculas complejas que ya se han formado deben ser destruidas. No es lo mismo, ?comprende?

—No entiendo cual es la aplicacion de todo eso que me esta diciendo —replico Ennius.

—?Acaso no le parece evidente? En la Tierra la vida se origino antes de que el planeta se volviese radiactivo. Mi querido Procurador, es la unica explicacion posible que no nos exige negar el hecho de que hay vida en la Tierra, y que no destruye un numero tan elevado de teorias quimicas como para poner patas arriba la mitad de esa ciencia.

—?Oh, vamos, no puede estar hablando en serio! —exclamo Ennius mientras contemplaba a Arvardan con una expresion entre incredula y desconcertada.

—?Por que no?

—?Que por que no? Bueno, ?como es posible que un planeta llegue a volverse radiactivo? La vida de los elementos radiactivos de la superficie de un planeta se mide por magnitudes de millones y miles de millones de anos…, al menos eso es lo que me ensenaron en la universidad, a pesar de que solo tuve contacto con esas materias durante el curso previo a mis estudios de derecho. Su existencia pasada es tan larga que a efectos practicos puede considerarse como indefinida, ?no?

—Pero existe algo llamado radiactividad artificial, Procurador Ennius…, y puede llegar a existir a gran escala. Hay millares de reacciones nucleares con la energia suficiente para crear toda clase de isotopos radiactivos. Si los seres humanos utilizasen una reaccion nuclear aplicada a fines industriales sin ejercer el control debido sobre ella, o incluso para librar una guerra…, suponiendo que pueda imaginarse una guerra librada en un solo planeta, naturalmente…, bien, entonces es muy razonable suponer que la mayor parte de la superficie podria acabar siendo radiactiva. ?Que opina de mi explicacion?

El sol habia muerto desangrado en las montanas, y el reflejo del ocaso habia enrojecido el rostro de Ennius. Se levanto una suave brisa nocturna, y el adormecedor murmullo de las variedades de insectos cuidadosamente seleccionadas que vivian en los terrenos del recinto palaciego resulto mas sedante que nunca.

—Me parece muy rebuscada y poco solida —comento el Procurador—. En primer lugar, no concibo que sea posible llegar a utilizar reacciones nucleares en la guerra, ni tampoco la posibilidad de que escapen al control de quienes las emplean hasta tal punto…

—Naturalmente, Procurador Ennius —replico Arvardan—. Usted tiende a subestimar las reacciones nucleares porque vive en el presente y porque ahora resulta muy facil controlarlas. ?Pero que habria ocurrido si un ejercito hubiese usado esas armas antes de que se inventaran las defensas contra ellas? Habria sido el equivalente a utilizar bombas incendiarias antes de que los seres humanos supiesen que el agua o la arena pueden apagar el fuego.

—Hum —murmuro Ennius—. Habla usted igual que Shekt, doctor Arvardan.

—?Quien? —pregunto Arvardan alzando rapidamente la mirada.

—Un terrestre. Uno de los pocos terrestres decentes…, quiero decir que es alguien con quien un caballero puede conversar. Es fisico, y en una ocasion me dijo que la Tierra quiza no siempre hubiese sido radiactiva.

—Ah… Bien, la teoria que acabo de exponerle no es una creacion mia, por lo que eso no tiene nada de extrano. Forma parte del Libro de los Ancianos, que contiene la historia tradicional o mitica de la Tierra prehistorica. En cierta forma, me he limitado a repetirle lo que dice ese libro, aunque he transformado su fraseologia tipicamente perifrastica en definiciones cientificas equivalentes.

—?El Libro de los Ancianos? —Ennius parecio sorprendido y un poco preocupado—. ?Donde averiguo todo eso?

—En distintos lugares. No fue facil, y solo obtuve algunos fragmentos. Aunque no sea de naturaleza realmente cientifica, toda esa informacion tradicional sobre la ausencia de radiactividad resulta muy importante para mi proyecto, naturalmente. ?Por que me lo pregunta?

—Porque ese libro es el texto sagrado que venera una secta fanatica de terrestres, y a los no nacidos en la Tierra les esta totalmente prohibido leerlo. Si fuese usted yo no iria comentando que lo ha leido mientras este en la Tierra. Algunos no terrestres…, espaciales, como les llaman ellos, han sido linchados por motivos de menor importancia.

—Habla como si el poder de la Policia Imperial no fuese muy efectivo en la Tierra, Procurador.

—No lo es en caso de sacrilegio. ?Le ruego que haga caso de mi consejo, doctor Arvardan!

Una campanilla emitio una melodiosa nota vibrante que parecio armonizarse con el susurro de las hojas de los arboles. El sonido se extinguio lentamente, y se fue perdiendo poco a poco y casi de mala gana, como si estuviese enamorado de su entorno.

—Es hora de cenar —dijo Ennius, y se puso en pie—. ?Quiere acompanarme y gozar de la pobre hospitalidad que puede brindar esta isla del Imperio en la Tierra, doctor Arvardan?

Las excusas para celebrar una cena de gran gala eran demasiado escasas, y no se podia dejar pasar por alto ningun pretexto por fragil que resultase. Hubo muchos platos, y el ambiente fue delicioso en todo momento. Los hombres eran cultos, y las mujeres encantadoras; y hay que anadir que el doctor Bel Arvardan de Baronn, Sirio, fue agasajado y atendido hasta un extremo casi embriagador.

Durante la ultima parte del banquete Arvardan aprovecho el tener publico para repetir una buena parte de lo que habia dicho a Ennius, pero esta vez su exposicion tuvo menos exito.

Un caballero de rostro rubicundo que vestia uniforme de coronel se inclino hacia Arvardan.

—Si no he interpretado mal sus exposiciones, doctor Arvardan —dijo en el marcado tono de

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