12
Habia tantas maquinas alrededor de Deborah que tarde un momento en localizarla entre los trastos que zumbaban y gorjeaban. Estaba tumbada en la cama sin moverse, con tubos que entraban y salian de ella, la cara medio cubierta por una mascarilla respiratoria, casi tan palida como las sabanas. Me quede mirandola un momento, sin saber que hacer. Habia utilizado toda mi concentracion para conseguir verla, y ahora que lo habia logrado, no recordaba haber leido nada sobre el procedimiento correcto que debias adoptar cuando visitabas a un ser querido en la UCI. ?Debia sostenerle la mano? Parecia probable, pero no estaba seguro, y ademas tenia sujeta una intravenosa a la mano mas cercana a mi. No me parecia una buena idea correr el riesgo de extraerla sin querer.
Asi que cogi una silla, encajada bajo una de las maquinas de respiracion asistida. La acerque a la cama a una distancia prudencial y me dispuse a esperar.
Al cabo de tan solo un par de minutos oi un ruido en la puerta y vi a un delgado policia negro al que conocia. Wilkins. Asomo la cabeza por la puerta.
—Hola. Dexter, ?verdad?
Asenti y levante mis credenciales.
Wilkins cabeceo en direccion a Deborah.
—?Como esta?
—Demasiado pronto para saberlo.
—Lo siento, tio —dijo, y se encogio de hombros—. El capitan quiere que alguien vigile, de modo que estare fuera.
—Gracias —replique, y dio media vuelta para ocupar su puesto ante la puerta.
Intente imaginar como seria la vida sin Deborah. La idea en si ya resultaba muy inquietante, aunque era incapaz de decir por que. No se me ocurrian enormes y evidentes diferencias, y eso consiguio que me sintiera algo avergonzado, de modo que me esforce un poco mas. Probablemente, la proxima vez conseguiria comer el
De todos modos, la logica no era terriblemente convincente. ?Y si vivia, pero sufria lesiones cerebrales? Eso podria afectar a su carrera en el cuerpo. Necesitaria asistencia continuada, alimentacion con cuchara, panales para adultos… Nada de esto le convendria para su trabajo. ?Y quien se encargaria de la tediosa e interminable tarea de cuidarla? Yo no sabia gran cosa de seguros medicos, pero si lo bastante para ser consciente de que la asistencia continuada no era algo que ofrecieran generosamente. ?Y si tenia que ocuparme de ella? Se comeria la mayor parte de mi tiempo libre. Pero ?quien mas habia? No tenia mas familia en todo el mundo. Solo contaba con el Querido y Sumiso Dexter. Nadie mas empujaria su silla de ruedas, le prepararia los cereales y le secaria tiernamente las comisuras de la boca cuando babeara. Tendria que cuidar de ella durante el resto de mi vida, hasta los anos de senectud, los dos sentados mirando partidos, mientras el resto del mundo proseguia su jubiloso camino, matandose y maltratandose sin mi.
Justo antes de hundirme bajo una gigantesca ola de autocompasion, me acorde de Kyle Chutsky. Llamarle novio de Deborah no era muy apropiado, puesto que llevaban viviendo juntos mas de un ano, lo cual daba a entender que era algo mas que eso. Ademas, ya no era un crio. Tenia al menos diez anos mas que ella, grandote y hecho polvo, pues le faltaban la mano y el pie izquierdo como resultado de un encuentro con el mismo cirujano aficionado que habia modificado al sargento Doakes.
Para ser justo conmigo, lo cual considero muy importante, no pense en el solo porque deseaba que alguien mas se ocupara de una Deborah con teoricas lesiones cerebrales. Se me ocurrio que el hecho de que ella estuviera en la UCI era algo que el querria saber.
Saque el movil y le llame. Contesto casi de inmediato.
—?Hola?
—Kyle, soy Dexter.
—Hola, colega —dijo con su voz artificialmente alegre—. ?Que pasa?
—Estoy con Deborah —conteste—. En la UCI del Jackson.
—?Que ha sucedido? —me pregunto tras una breve pausa.
—La han apunalado —le explique—. Ha perdido mucha sangre.
—Voy para alla —dijo, y colgo.
Fue estupendo que Chutsky estuviera lo bastante preocupado para venir enseguida. Tal vez me ayudaria con los cereales de Deborah; se turnaria conmigo para empujar la silla de ruedas. Es estupendo contar con alguien.
Eso me recordo que yo tenia a alguien, o tal vez habia tenido. En cualquier caso, a Rita le gustaria saber que llegaria tarde antes de prepararme un agradable souffle. La llame al trabajo, le hice un resumen de lo sucedido y colgue antes de que empezara su repertorio de «oh-Dios-mios».
Chutsky entro en la habitacion unos quince minutos despues, seguido de una enfermera que, por lo visto, intentaba comprobar que el estuviera conforme con todo, desde el emplazamiento de la habitacion hasta la disposicion de las intravenosas.
—Es ella —dijo la enfermera.
—Gracias, Gloria —replico Chutsky sin mirar otra cosa que a Deborah. La enfermera se demoro nerviosa unos segundos mas, y despues desaparecio vacilante.
Entretanto, el se acerco a la cama y tomo la mano de mi hermana. Me alegro saber que no me habia equivocado. Sostener su mano era lo correcto.
—?Que ha pasado, colega? —me pregunto, sin apartar la mirada de ella.
Hice un rapido resumen, y escucho sin mirarme. Dejo de sujetar la mano de Deborah para apartarle un mechon de la frente. Cuando termine de hablar, asintio con aire ausente.
—?Que han dicho los medicos?
—Es demasiado pronto para saberlo —conteste.
Desecho el comentario con un ademan impaciente, utilizando el gancho plateado reluciente que sustituia a su mano izquierda.
—Siempre dicen lo mismo. ?Que mas?
—Existe la posibilidad de lesiones permanentes —anadi—. Incluso cerebrales.
Asintio.
—Ha perdido mucha sangre —comento. No era una pregunta, pero yo conteste de todos modos.
—Exacto.
—Tengo un tipo que viene de Bethesda —me anuncio el—. Estara aqui dentro de un par de horas.
No se me ocurrio gran cosa que decir. ?Un tipo? ?De Bethesda? ?Era una buena noticia?, y en tal caso, ?por que? No se me ocurrio nada capaz de distinguir Bethesda de Cleveland, salvo que estaba en Maryland en lugar de en Ohio. ?Que clase de tipo vendria de alli? ?Con que fin? Pero tampoco se me ocurrio elaborar ninguna pregunta sobre el tema. Por algun motivo, mi cerebro no estaba funcionando con su habitual eficacia gelida.
De modo que mire a Chutsky mientras acercaba otra silla al otro lado de la cama, donde se sento y continuo sosteniendo la mano de Deborah. Despues de acomodarse, me miro por fin.
—Dexter —dijo.
—Si —conteste.
—?Crees que podrias conseguir un poco de cafe? ?Y unos donuts o algo por el estilo?
La pregunta me pillo por sorpresa, no porque se tratara de una idea extravagante, sino porque a mi me lo parecio, cuando habria tenido que ser tan natural como respirar. Pasaba bastante de la hora de comer, y yo no habia tomado nada, ni siquiera habia pensado en comer. Pero ahora, cuando Chutsky lo sugirio, la idea se me antojo absurda, como cantar la verdadera letra de «Barnacle Bill»[5] en la iglesia.
En cualquier caso, protestar aun habria parecido mas absurdo. De modo que me levante.