No se trataba de una tarea desalentadora. Habia dedicado mi vida adulta a perfeccionar la tecnica de encontrar cosas, asi como gente, gracias al ordenador. De hecho, era este talento en particular el que nos habia metido a mi y a Debs en este lio, de manera que existia cierta simetria en la idea de que este mismo talento me sacara de el ahora.
Muy bien: a trabajar. Hora de obedecer a la llamada del clarin y engancharme a mi querido ordenador.
Y como ocurre siempre que he llegado a un momento en que estoy a punto de entrar en accion, todo empezo a pasar al mismo tiempo.
Mientras respiraba hondo y estaba a punto de levantarme, Chutsky abrio los ojos de repente.
—Ah, hola, colega, el medico ha dicho que…
El timbre de mi movil le interrumpio, y cuando me dispuse a contestar, un medico entro en la habitacion, seguido de dos internos.
—Adelante —les invito.
Y despues, en rapidisima sucesion, oi al medico, el telefono y a Chutsky: «Eh, colega, es el med…; los Lobatos, y la amiga de Astor tiene paperas…; da la impresion de que el sistema nervioso superior esta respondiendo a…»
Una vez mas, me senti muy complacido de ser anormal, porque un ser humano normal habria saltado de la silla y salido bramando de la habitacion. En cambio, yo salude con la mano a Chutsky, di la espalda a los medicos y me concentre en el telefono.
—Lo siento, no te he oido bien —dije—. ?Puedes repetirlo?
—He dicho que me iria muy bien que vinieras a casa —me repitio Rita—. Si no estas demasiado ocupado. Porque Cody tiene su primera reunion de los Lobatos esta noche, y Lucy, la amiga de Astor, paperas. Lo cual significa que no puede ir a su casa, asi que uno de nosotros deberia quedarse con ella. Y he pensado, ya sabes… A menos que estes retenido en el trabajo de nuevo…
—Estoy en el hospital.
—Oh —dijo Rita—. Bien, pues… ?Esta mejor?
Desvie la vista hacia el pequeno grupo de medicos. Estaban examinando un montoncito de documentos, al parecer relacionados con Deborah.
—Creo que pronto lo vamos a averiguar. Los medicos acaban de entrar.
—Bien, si… Supongo que podria… O sea, Astor podria ir con los Lobatos si…
—Yo acompanare a Cody a los Lobatos —me ofreci—. Deja que hable antes con los medicos.
—Si estas seguro… Porque si es asi, sabes que…
—Lo se —replique, aunque no era cierto—. Salgo enseguida para casa.
—De acuerdo. Te quiero.
Colgue y me volvi hacia los medicos. Uno de los internos habia echado hacia atras un parpado de Deborah y estaba examinando su globo ocular con la ayuda de una pequena linterna. El medico autentico le estaba observando, sosteniendo la tablilla.
—Perdon —dije, y me miro.
—Si —contesto, con una falsa sonrisa que no deje de reconocer. La mia es mucho mejor.
—Es mi hermana.
El medico asintio.
—Familiar cercano, de acuerdo.
—?Alguna senal de mejoria?
—Bien, parece que las funciones nerviosas superiores estan empezando a recuperarse, y las respuestas autonomas son buenas. No hay fiebre ni infeccion, de manera que el pronostico parece favorable para una ligera recuperacion de su estado dentro de las proximas veinticuatro horas.
—Eso es bueno —aventure esperanzado.
—Sin embargo, debo advertirle —anadio, con un fruncimiento de ceno igualmente falso que comunicaba importancia y seriedad—. Ha perdido mucha sangre, lo que en ocasiones puede provocar un deterioro permanente de las funciones cerebrales.
—Pero es demasiado pronto para saberlo.
—Si —contesto, y sacudio la cabeza vigorosamente hacia los lados—. Exacto.
—Gracias, doctor —dije, y me acerque a Chutsky, acurrucado en una esquina, para que los medicos pudieran acceder a Debs sin impedimentos.
—Se pondra bien —me dijo—. No dejes que esos tipos te asusten; se va a recuperar por completo. Recuerda que hice venir al doctor Teidel. —Bajo la voz hasta convertirla en un susurro—. No es por menospreciar a estos tipos, pero Teidel es muchisimo mejor. Me recompuso, y yo estaba mucho peor que ella —comento, y senalo a Deborah con un cabeceo—. Tampoco sufri lesiones cerebrales.
Teniendo en cuenta el optimismo estilo Pollyanna que estaba demostrando, yo no me sentia tan seguro, pero me parecio que no valia la pena discutir.
—Muy bien. Te llamare mas tarde. Tengo una crisis en casa.
—?Oh! —exclamo, y fruncio el ceno—. ?Todos bien?
—Todos bien. Son los Lobatos los que me preocupan.
Y si bien lo habia dicho a modo de risueno mutis por el foro, ?no es curioso que estas pequenas bromas tiendan con frecuencia a convertirse en realidad?
18
El grupo de los Lobatos que Rita habia encontrado para Cody se reunia en la Escuela de Ensenanza Primaria Golden Lakes, a unos cuantos kilometros de casa. Llegamos un poco temprano y nos quedamos sentados en el coche un momento, mientras Cody miraba inexpresivo a un punado de chicos, mas o menos de su edad, que entraban corriendo en el colegio con sus uniformes azules. Deje que mirara, pensando que un poco de tiempo de preparacion nos sentaria bien a los dos.
Llegaron algunos coches. Mas chicos con uniformes azules entraron corriendo en el edificio, por lo visto muy entusiasmados por la perspectiva. Cualquiera equipado con un corazon se habria enternecido ante ese espectaculo. Un padre, conmovido por la escena, estaba rodando en video el torrente de chavales que iban entrando. Pero Cody y yo nos limitamos a. mirar.
—Todos son iguales —comento el en voz baja.
—Solo por fuera»—dije—. Es algo que has de aprender a hacer.
Me miro sin comprender.
—Es como ponerse uno de esos uniformes —anadi—. Cuando pareces igual, la gente cree que lo eres. Puedes hacerlo.
—?Por que? —me pregunto.
—Cody —respondi—, ya hemos hablado de lo importante que es parecer normal. —Asintio—. Esto te ayudara a saber comportarte como los demas chicos. Forma parte de tu aprendizaje.
—?Y la otra parte? —inquirio, demostrando entusiasmo por primera vez, y supe que anhelaba la sencilla pureza del cuchillo.
—Si esta parte la haces bien, haremos la otra —le conteste.
—?Un animal?
Le mire, vi el brillo frio en sus pequenos ojos azules, y supe que ya no habia vuelta atras. Solo podia desear para el la larga y dificil remodelacion que me habia transformado.
—De acuerdo —dije por fin—. Tal vez podamos encargarnos de un animal.
Me miro durante otro largo momento, asintio, y despues bajamos del coche y seguimos al grupo al interior de la cafeteria.
Dentro, los demas chicos (y una chica) corretearon de un lado a otro durante los primeros minutos, haciendo mucho ruido. Cody y yo nos sentamos en silencio en nuestras diminutas sillas de plastico moldeado, a una mesa lo bastante alta para que te machacaras las rodillas si intentabas rodearla. Miro a los demas sin