pasillo. Alguien entro en el laboratorio y abrio un cajon, lo cerro y se fue. El telefono sono. No conteste.
Era yo. En YouTube. En glorioso color algo granuloso, en vivo y en directo. Dexter de los Hoyuelos Mortiferos, protagonista de un clasico cinematografico de segunda fila. Sonrie a la camara, Dexter. Saluda a nuestro simpatico publico. Nunca habia sido muy aficionado a las peliculas caseras, y esta me dejo mas frio que ninguna. Pero alli estaba yo, no solo capturado en pelicula, sino colgado en YouTube para que todo el mundo me viera y admirara. Era mas de lo que mi mente podia abarcar. Mis pensamientos corrian en circulos, como un clip que se repitiera en un bucle. Era yo. No podia ser yo, pero lo era. Tenia que hacer algo, pero ?que? No se, pero algo… Porque era yo…
Las cosas se estaban poniendo cada vez mas interesantes, ?verdad?
De acuerdo. Era yo. No cabia duda de que habia una camara oculta encima de la banera. Weiss y Doncevic la habian utilizado para sus proyectos de decoracion, y todavia seguia en su sitio cuando yo apareci. Lo cual significaba que Weiss seguia en la zona…
Pero no, no significaba eso. Era ridiculamente facil conectar una camara a internet y controlarla desde un ordenador. Weiss podia estar en cualquier parte, ir a recoger el video y enviarmelo…
A mi, tan anonimo. Dexter, el mas modesto, que trabajaba en las sombras y nunca buscaba publicidad de ningun tipo por sus buenas obras. Pero por supuesto, en el horrible clamor de la atencion mediatica que habia rodeado todo este asunto, incluido el ataque a Deborah, mi nombre habria salido mencionado, casi con absoluta seguridad, en algun sitio. Dexter Morgan, discreto prodigio de la ciencia forense, hermano de la casi asesinada. Una foto, una toma de algun telediario, y me habria descubierto.
Un nudo frio y horrible empezo a formarse en mi estomago. Asi de sencillo. Tan sencillo que un decorador desquiciado podia descubrir quien y que era yo. Yo habia sido demasiado listo durante demasiado tiempo, y me habia acostumbrado a ser el unico tigre de la jungla. Pero habia olvidado que, cuando solo hay un tigre, es muy facil para el cazador seguir su rastro.
Y lo habia hecho. Me habia seguido hasta mi guarida y tomado fotos de Dexter jugando, y ese era el resultado.
Mi dedo se movio casi sin querer sobre el raton, y volvi a ver el video.
Seguia siendo yo. En el video. Era yo.
Respire hondo y deje que el oxigeno obrara su magia en mis procesos mentales, o lo que quedaba de ellos. Tenia un problema, no cabia duda, pero como todos los demas problemas tendria una solucion. Hora de aplicar la logica, de aplicar toda la potencia del frio bioordenador de Dexter al problema. ?Que queria este tipo? ?Por que habia hecho eso? Era obvio que estaba deseoso de provocar en mi alguna reaccion, pero ?cual? Lo mas evidente era que deseaba vengarse. Yo habia matado a su amigo, ?companero? ?Amante? Daba igual. Queria que supiera que el sabia lo que yo habia hecho, y…
Y me habia enviado el clip, no a alguien que, en teoria, habria hecho algo al respecto, como el detective Coulter. Lo cual significaba que era un desafio personal, algo que no deseaba hacer publico, al menos de momento.
Salvo que ya era de dominio publico. Estaba en YouTube, y solo era cuestion de tiempo que alguien mas topara con el clip y lo viera. Y eso significaba que existia un elemento tiempo. ?Que me estaba comunicando? ?Encuentrame antes de que ellos te encuentren?
De momento, estupendo. Pero despues, ?que? ?Un duelo estilo Salvaje Oeste, con sierras electricas a diez pasos de distancia? ?O la idea consistia unicamente en torturarme, acosarme hasta que cometiera una equivocacion, o hasta que se aburriera y enviara el reportaje a los telediarios nocturnos?
Era suficiente para crear, como minimo, una idea de panico en un ser inferior. Pero Dexter esta hecho de un material mas resistente. Queria que intentara encontrarle, pero ignoraba que tenia matricula de honor en encontrar. Si yo era la mitad de bueno de lo que, con toda modestia, permitidme admitir que soy, le encontraria mucho mas deprisa de lo que el sospechaba. Bien: si Weiss queria jugar, jugaria.
Pero ibamos a jugar siguiendo las reglas de Dexter, no las suyas.
20
«Lo primero es lo primero» habia sido siempre mi lema, sobre todo porque es absolutamente absurdo. Al fin y al cabo, si lo primero fuera lo segundo o lo tercero, no seria lo primero, ?verdad? De todos modos, los topicos existen para consolar a los zopencos, no para aportar ningun significado. Como en aquel momento no me funcionaba muy bien la olla, me consolo un poco la idea, mientras sacaba la ficha policial de Brandon Weiss.
No habia gran cosa. Una multa de trafico que habia pagado y la denuncia presentada contra el por la Oficina de Turismo. No tenia mandamientos judiciales espectaculares, ni permisos especiales, aparte del permiso de conducir, ni permiso para portar armas ocultas, o una sierra electrica oculta, a ese respecto. Su direccion era la que yo conocia, donde habian apunalado a Deborah. Investigando un poco mas encontre otra anterior en Syracuse, Nueva York. Antes de eso habia vivido en Montreal. Una rapida comprobacion demostro que todavia era ciudadano canadiense.
No habia ninguna pista que pudiera llamarse tal. Tampoco habia esperado nada, pero mi trabajo y mi padre adoptivo me habian ensenado que la diligencia recompensaba de vez en cuando. Esto solo era el principio.
El siguiente paso, la direccion electronica de Weiss, fue un poco mas dificil. Gracias a cierta cantidad de maniobras ilegales, entre en la lista de suscriptores de AOL y descubri algo mas. La misma direccion de Design District constaba como direccion de su casa, pero tambien habia un numero de telefono movil. Lo anote por si lo pudiera necesitar mas adelante. Aparte de eso, no encontre nada de ayuda. Algo sorprendente, la verdad, que una organizacion como AOL fracase a la hora de formular preguntas sencillas y vitales como «?Donde se esconderia usted si Dexter le persiguiera?»
De todos modos, nunca es facil lo que vale la pena: otro topico de una estupidez fascinante. Al fin y al cabo, respirar es bastante facil, casi siempre, y creo que muchos eruditos estarian de acuerdo en que ofrece esplendidos dividendos. En cualquier caso, no obtuve ninguna informacion real de los archivos de AOL, salvo el numero de telefono, que guarde por si debia utilizarlo como ultimo recurso. Los registros de la compania telefonica me dirian lo mismo que AOL, pero existia la posibilidad de que pudiera localizar el emplazamiento del movil en si, un truco que ya habia utilizado antes, cuando casi estuve a punto de salvar al sargento Doakes de una modificacion quirurgica.
Volvi a YouTube por ningun motivo en concreto. Tal vez deseaba verme una vez mas, relajarme y ser como soy. Al fin y al cabo, era algo que nunca habia visto, y que nunca habia esperado ver. Dexter en accion, como solo el sabia hacerlo. Mire el video una vez mas, y me maraville de la naturalidad y elegancia de mi interpretacion. Que maravilloso estilo el mio cuando alzaba la sierra hacia la camara. Precioso. Un verdadero artista. Deberia dedicarme mas al cine.
Y con eso, otro pensamiento alumbro en mi cerebro, que se iba despertando poco a poco. Al lado de la pantalla, habia una direccion de correo electronico resaltada. No sabia gran cosa sobre YouTube, pero si habia una direccion de correo electronico resaltada, eso queria decir que conducia a algun sitio. De modo que clique encima, y casi de inmediato aparecio un fondo naranja en la pantalla y entre en una pagina personal de YouTube. Grandes y llameantes letras, en lo alto de la pagina, rezaban La nueva Miami. Baje hasta una ventana que anunciaba Videos (5), con una fila de tomas en miniatura de cada video. El que mostraba mi espalda era el numero cuatro.
En un esfuerzo por ser metodico y no limitarme a contemplar de nuevo mi cautivadora interpretacion, clique sobre el primero, que mostro el rostro de un hombre deformado por una mueca de asco. Empezo el video, y de nuevo aparecio en la pantalla en letras llameantes, La nueva Miami, N.° 1.
Vi una bonita toma crepuscular de exuberante vegetacion tropical (una hilera de encantadoras orquideas, una fila de pajaros posandose sobre un pequeno lago), y despues la camara retrocedio para mostrar el cuerpo encontrado en los Jardines Fairchild. Se oyo un terrible gemido fuera de camara, y una voz algo estrangulada que decia, «Oh, Jesus», y despues la camara siguio su espalda mientras un chillido penetrante escapaba del que hablaba. Me sono extranamente familiar, y por un momento me quede desconcertado, asi que detuve el video, rebobine y puse el chillido de nuevo. Entonces, recorde. Era el mismo chillido que salia en el primer video, el que habiamos visto en la Oficina de Turismo. Por alguna extrana razon, Weiss habia utilizado el mismo chillido en este.