interpretados por hombres, por supuesto. Esta es una forma artistica exclusivamente masculina.)

?Que hace un hombre cuando descubre que su madre es un peligro para el linaje? Se trata de un problema espantoso. No existe forma de que un hombre hwarhath sano ejerza violencia sobre una mujer o un nino. Pero el linaje —al igual que las mujeres y los ninos— debe defenderse.

Un grave dilema.

Segui interesado, creo, porque era muy dificil descubrir algo sobre las mujeres hwarhath… al menos para mi, que vivia al margen. (Gwarha no iba a llevar a un humano a casa para visitar a la sagrada familia y a las tias.) [Creo que no hare ningun comentario sobre este punto.]

En la misma categoria que las obras sobre mujeres, o tal vez en una categoria ligeramente diferente, se encuentran las obras sobre el amor heterosexual. Siempre me han parecido divertidas. Mi respuesta escandaliza a los hwarhath. Para ellos, estas obras poseen una fascinacion enfermiza. A los ninos nunca se les permite verlas; y en algunas ocasiones, cuando el talante del Tejido ha sido conservador, se las ha excluido por completo. Siempre son violentas y a menudo tienden a una verdadera fealdad. Siempre acaban con locura y sangre.

A menudo, al final, una vez que los cadaveres se han levantado y abandonado el escenario, el personaje principal regresa y recita un epilogo. (A los hwarhath les encantan las moralejas.) Esto es lo que ocurre cuando la violencia del perimetro se traslada al centro. Todo queda destruido. La familia no puede sobrevivir.

Hay una ultima clase de obras heroicas que (supongo) aun me interesa. Las obras sobre el rahaka: los hombres que no moraran, que siguen viviendo cuando cualquier persona normal habria elegido la opcion.

Por ejemplo, un hombre cuyo linaje ha quedado destruido: todos los hombres, excepto el, han sido asesinados y las mujeres y los ninos pasan a formar parte de otro linaje. Todos los lazos que tiene con el mundo han quedado rotos, pero lucha por sobrevivir. ?Con que fin? ?Por que? Este es un problema que fascina a los hwarhath. Comparados con los humanos, ellos mueren con facilidad, y no comprenden que hace que algunas personas continuen viviendo sin una buena razon. Casi siempre lo consideran un defecto de personalidad; pero a veces sospechan que es otra clase de heroismo.

Hay una obra antigua y famosa que habla de un guerrero que muere lentamente a causa de una terrible enfermedad. Se sienta en el escenario. Lo visitan fantasmas y personas. Hablan. Se le ofrece la opcion. El no la acepta. En lugar de eso, sigue agonizando lentamente. Mas adelante (la obra es mas larga de lo habitual) se recuesta, demasiado debil para seguir sentado. Al final de la obra sigue agonizando.

En general, prefiero la comedia.

Del diario de Sanders Nicholas,

portador de informacion agregado al personal del Primer Defensor Ettin Gwarha

CODIFICADO PARA SER LEIDO SOLO POR ETTIN GWARHA

IX

Anna regreso al dia siguiente y le dieron una grabadora. Parecia un reloj de pulsera y, de hecho, marcaba el tiempo. Se la metio en un bolsillo. Nicholas podria haber notado que nunca llevaba ningun tipo de cronometro.

Varios dias mas tarde, Nicholas arreglo una cita en la barca a ultima hora de la tarde, un par de horas antes de que ella entrara a trabajar. El clima era suave y apacible. Se sentaron en la cubierta. Esta vez, Nicholas se habia puesto un uniforme hwarhath de color gris, cenido al cuerpo. Le sentaba muy bien. Evidentemente, el problema no era la confeccion kwar; era la idea que los hwar tenian de la moda humana. Llevaba una gafas de sol como las de los humanos: una montura de delgado metal dorado y lentes que brillaban como el dorso de algun tipo de escarabajo, de color verde iridiscente.

Hattin llevaba gafas de sol hwar, rectangulares, de cristales negros y montura de plastico negro, muy gruesa. Resultaban elegantes en su rostro chato. Habrian quedado espantosas en la cara de un humano.

—No se trata solo de una cuestion de estilo —senalo Nicholas—. Las orejas de los hwarhath estan mas arriba, y su nariz es mucho mas ancha y mas chata que la de los humanos. Yo no puedo usarlas. Podria conseguir unas hechas a medida, pero no vale la pena. Me paso casi todo el tiempo sin salir.

Apoyo los pies en la barandilla y contemplo la bahia, que brillaba a la luz baja y oblicua.

—En teoria, estoy aqui para hacerte preguntas sobre tus criaturas. Como creo haberte dicho, el general es sumamente curioso. Le interesa la inteligencia desconocida, sobre todo la humana, pero tambien cualquiera que se presente. Creo que estoy de humor para observar cualquier cosa que no sea una medusa gigante y probablemente inteligente. ?Por que no me hablas de la Tierra?

El soldado humano se movio, incomodo. Esta vez era otro: un chico robusto cuyos rasgos no pertenecian a ninguno de los grupos etnicos que ella conocia. ?Tal vez de la zona del Mar Negro? Su estrecha franja de cabello cortado y tenido de color rojo ladrillo combinaba muy bien con su piel ligeramente morena. No logro percibir el color de sus iris, cubiertos por lentes de contacto completamente negras.

—Nada de importancia estrategica —anadio Nicholas ante una mirada del soldado.

Anna necesitaba un poco de tiempo para pensar que temas eran de importancia estrategica.

—?La echas de menos?

—?La Tierra? A veces. —Hizo una pausa—. No creo en el arrepentimiento. Hay emociones que te atrapan, que hacen que tu vida se detenga alli donde esta, y el arrepentimiento es una de ellas. Yo prefiero seguir en movimiento, lo que significa que intento pensar en la situacion en la que me encuentro en este momento y en que puedo hacer con respecto a ella —Echo un vistazo a su alrededor; sus gafas destellaron y sonrio—. Nunca he creido en eso de dejar que las cosas sigan su curso.

»Echo de menos, sobre todo, cosas practicas y corrientes. Unas lentes de contacto decentes como las de los humanos. El cafe. Hay dias… aun ahora, despues de tantos anos, en que pienso que daria cualquier cosa por una taza de cafe.

—Eso tiene solucion. —Se puso de pie, entro en la cabina y le pidio a Maria que preparara una cafetera.

—Espero que sepas lo que estas haciendo, Anna —senalo Maria.

—Es posible.

Anna volvio a salir, se sento y le hablo a Nicholas de su ultima visita a Nueva York, que no habia cambiado mucho desde los tiempos en que el habia estado alli. Seguia siendo enorme, sucia, ruinosa y esplendida. Como siempre, estaba en proceso de construccion. Las monstruosas torres de cristal de finales del siglo XX, delirantes consumidoras de energia, habian desaparecido casi por completo. (Unas cuantas se habian conservado por razones historicas.) El ultimo estilo arquitectonico era el llamado Nostalgia de la Epoca Dorada.

—?Lo llaman asi? —pregunto Nicholas.

Ella asintio.

—Paredes de ladrillo o de piedra. Pozos de ventilacion. Ventanas que se abren. Gargolas.

—?Que hiciste, una gira arquitectonica?

Ella volvio a asentir.

—Y una gira por el sistema de diques. Finalmente tuvieron que clausurar el puerto de manera definitiva. Fue la unica manera de evitar que el oceano inundara la ciudad. Ya no es un puerto.

—Vaya, que pena.

Maria trajo el cafe y lo dejo; se quedo de pie junto a la puerta de la cabina, escuchando. Habia nacido en America Central y era una india casi pura, de piel cobriza y preciosa cabellera negra, larga y lisa.

Anna le hablo a Nicholas de las obras que habia visto durante su visita. Evidentemente, no habia nada de estrategico en La venganza del hombre lobo, ni en Medida por medida.

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