Vaya, penso Anna.

—Gracias por su colaboracion, miembro Perez. Lo recordaremos.

Salio con Gislason. Mientras la puerta se abria, miro a Nicholas por ultima vez. El hombre tenia la vista clavada en el suelo y los hombros hundidos: la postura de alguien que acababa de recibir… ?que? ?Su sentencia de muerte?

La puerta se cerro y Gislason dijo:

—Por aqui, miembro. —Y la condujo pasillo abajo hasta una habitacion igual a la primera: paredes de hormigon gris, alfombra gris y un escritorio de metal gris sobre el que se veia un equipo de comunicacion. Llamo a Yoshi.

Por lo general, Yoshi era bastante meticuloso y preferia quedarse hasta el final de su turno; pero esta vez estaba ansioso por marcharse. Anna no sabia con certeza si eso era buena o mala suerte. Si no hubiera estado dispuesto a marcharse de la barca, tal vez ella se habria librado de aquella estupida conspiracion. Y tal vez no. La comandante parecia decidida. Apago el equipo de comunicacion y se volvio hacia Gislason.

En realidad no se parecia mucho a Nicholas. Era de la misma estatura y complexion, incluso del mismo color. La misma piel palida y el mismo pelo rubio grisaceo. Sus ojos eran verdes, aunque mucho mas claros que los de Nick. Pero su rostro era distinto: huesudo y nordico. Hermoso, aunque a ella no le gustaba especialmente.

—?Que le ocurrira? —pregunto.

—?A Sanders? Tendra que preguntarselo a la comandante. —Tenia un leve acento escandinavo.

—Estaba aterrorizado.

Gislason se encogio de hombros.

—?Espera coraje de un hombre como el? Tenemos el tiempo justo, miembro. Debemos irnos.

XII

Subieron a la planta baja; no encontraron a nadie en la escalera ni en el ascensor. ?Se debia a la fiesta, la recepcion de los diplomaticos? ?Estaban todos alli? ?O aquella gente abandonaba el trabajo muy temprano?

No regresaron por el mismo camino por el que ella habia llegado con el capitan Van. En lugar de eso, Gislason la condujo por otro pasillo hasta una puerta en la que se leia: SALIDA EXCLUSIVA DE EMERGENCIA — SONARA ALARMA. La abrio. Nada ocurrio, salvo que entro un viento frio cargado de lluvia.

A un ademan de el, Anna se cerro la chaqueta, se puso la capucha y salio. Empezaba a oscurecer y la temperatura estaba descendiendo, como la lluvia, que caia sin parar. Una noche espantosa.

El salio con ella y cerro la puerta.

—En realidad, no deberiamos salir en la barca con mal tiempo —senalo Anna.

El se llevo un dedo a los labios. Rodearon el recinto siguiendo un sendero abierto en la densa y esponjosa vegetacion musgosa. Frente a la entrada principal el sendero se unia al camino que descendia por la colina. Este habia sido apropiadamente abierto: construido con maquinaria y pavimentado con grava de una de las playas. Las piedras eran redondas y resbaladizas y pisarlas resultaba poco seguro. Anna avanzo lentamente y Gislason la siguio.

Cuanto mas lo pensaba, mas insegura se sentia con respecto al plan. Nicholas sabia mucho mas que ella de cuestiones de seguridad. No creia que la reaccion de el fuera pura cobardia. Estaba al corriente de lo que iban a hacer y eso lo aterrorizaba. Anna nunca habia visto a nadie tan asustado.

Penso en los servicios secretos de la historia moderna: la SS, la CIA, el KGB y otros cuyos nombres ya no recordaba porque solo los habia oido mencionar en algun curso sobre atrocidades de la facultad. En teoria, las cosas habian mejorado. ?Podia afirmarlo?

Mientras bajaba por la colina en direccion a las luces amarillas de la estacion de investigacion, se le ocurrio que no tenia pruebas que demostraran que alguno de los diplomaticos estuviera involucrado en aquel secuestro. Si no lo estaban, si la comandante actuaba por cuenta propia, entonces ella, Anna, estaria traicionando a su gobierno, lo mismo que a Nicholas y a si misma.

Un verdadero asco.

Llegaron al pie de la colina. Ahora resultaba mas facil avanzar. El sendero se extendia entre los edificios de la poblacion y avanzaba junto a ventanas iluminadas. Vio gente trabajando en el interior, en laboratorios y oficinas. Una ventana grande se abria hacia un salon. Varias personas bebian antes de la cena. Vio las copas e imagino lo que contenian: jerez, vino, algun tipo de refresco. ?Dios, parecia muy confortable!

Fuera, la lluvia caia sobre la calle lanzando destellos plateados. Unas criaturas semejantes a peludos gusanos azules se agitaban en el sendero, entre los guijarros brillantes y negros.

—?Que son esas cosas horribles? —pregunto Gislason.

—Gusanos, en su mayoria. El vello que los cubre no es pelo, y no cumple la funcion de aislamiento. Lo utilizan para alimentarse.

—?Como?

—Yasmin, la mujer que los estudia, considera el vello, provisionalmente, como «cilios», aunque no cree que tal nombre perdure. Los cilios producen enzimas que sirven para digerir los alimentos y los absorben una vez digeridos. Los animales tienen intestinos pero no boca, y un solo orificio. El alimento penetra por los cilios y sale por el orificio.

—?Que comen?

—Segun Yasmin, lo que encuentran. El grueso de su dieta lo forman los microorganismos del suelo; pero tambien se alimentan de desechos, y ella cree que pueden comer raices de plantas. Habitan en tuneles, en una especie de caldo de cultivo compuesto por sus propios jugos gastricos y todo lo que han digerido. Es como si vivieran dentro de su propio estomago. ?Un prodigio de criaturas!

Gislason emitio un sonido ambiguo.

—Estan aqui a causa de la lluvia. Sus tuneles han quedado inundados.

Los gusanos eran cada vez mas numerosos. Anna camino cuidadosamente entre ellos, en silencio porque tenia que mirar donde pisaba y porque tenia que pensar. No queria salir con la barca de noche y con lluvia, y tampoco queria verse envuelta en un incidente internacional. Y aunque irracionalmente, tampoco queria tener nada que ver con perjudicar a Nicholas Sanders.

?Que podia hacer? ?Correr? ?Gritar? Gislason estaba a su lado, alto y temible. Imagino que la cogia, la estrangulaba o la golpeaba con algun esoterico movimiento tipico de las artes marciales. Se despertaria convertida en una prisionera, con la comandante furiosa; y la barca habria salido igualmente. Imagino que se abria paso por la bahia, asustando a sus alienigenas y poniendo fin a la fragil paz del apareamiento.

Si lograba llamar la atencion, seria la de los cientificos humanos. ?Como les iria a ellos contra el servicio de informacion?

Pasaron junto al ultimo edificio. Delante de ellos se abria la bahia, en ese momento completamente a oscuras. Sus criaturas no habian comenzado a emitir las senales nocturnas; y si lo habian hecho, los mensajes quedaban ocultos por la lluvia. Sin embargo, la luz del muelle brillaba intensamente y logro vislumbrar la forma borrosa de la barca.

Camino delante por el muelle, moviendose con cautela. Alli no habia gusanos, pero la superficie de metal resultaba resbaladiza a causa de la lluvia. En el agua, cerca del muelle, brillo una luz debil y palida. No supo de que color era. Una de las criaturas se estaba identificando, aunque sin autoridad ni conviccion. Yo soy yo. Creo… estoy casi seguro… soy yo.

Gislason se coloco inmediatamente detras de ella. No tenia forma de escapar. Sin duda, no iba a meterse en el agua. Estaba llena de zarcillos urticantes.

Yoshi esperaba en la barca, junto a la puerta que conducia a la cabina, y sostenia un paraguas de papel engrasado de color amarillo chillon.

En cuanto subieron a la barca, dijo:

—Esto es una verdadera suerte, Anna. Te lo explicare mas tarde. Buenas noches… ah, Portador. ?No es asi?

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