del equipo de evacuacion.

—No voy a vomitar. No estoy tan borracho.

—Me alegro por ti.

Por un instante pense que iba a mostrase terco o que volveria a darme ordenes. Entonces del fondo de su garganta surgio ese ruido parecido a una tos que denotaba diversion.

—No quiero discutir mas. No contigo. Ni de esto. Buenas noches. —Se marcho con paso bastante firme hacia su habitacion.

Decidi que podia arreglarselas solo y mire a mi alrededor. En realidad, tendria que haberlo dejado todo tal como estabas los cercos y los charcos de halin sobre las mesas, la mancha en la pared y los trozos rotos en la alfombra. Para que por la manana Gwarha viera la clase de cerdo que era.

Pero la limpieza es la maldicion de mi familia, y me resultaba dificil dejar la habitacion asi. De modo que la ordene; deje las copas y las jarras amontonadas en la cocina y todo limpio, incluso los trozos de la copa que el habia roto. Despues fui a verlo. Dormia, haciendo los ruidos que siempre hace cuando se va a dormir borracho.

Que noche. Llene un vaso con vino y me sente en la sala, frente a la pared recien lavada. El sistema de aire se estaba vaciando y volviendo a llenar. Los malos olores se iban desvaneciendo. Oi el zumbido del ventilador y pense en el tli.

Habia visto al menos uno cada vez que habia visitado el planeta madre, por lo general al anochecer o a primera hora de la manana, cuando yo salia a caminar. El animal estaba escarbando en una pila de estiercol, o hurgando en el jardin en busca de algo que comer; era una pequena criatura redonda y peluda, de un tamano entre el de una rata y el de una zarigueya. Tiene el hocico en punta. Las orejas grandes y copetudas. Y una cola prensil larga, estrecha y peluda.

En una ocasion habia visto un ejemplar muy grande que se escabullia por un callejon en medio de una capital hwarhath.

Vive en todas partes. Come de todo. No hay forma de librarse de el. La gente lo mira con exasperacion y respeto.

Cuando Gwarha me regalo el brazalete, me dijo que el jade era el color de mis iris. Esa fue la unica razon que dio para haberlo comprado, a pesar de que se lo pregunte mas de una vez. ?Por que el tli? ?Que clase de tli?

En las obras de animales para ninos, que son invariablemente morales, el tli es un mentiroso, un ladron y un lioso. Sus intrigas siempre son desbaratadas, y al final de la obra siempre es castigado.

Las obras de animales para adultos son obscenas y se burlan de todos los valores basicos de la sociedad hwarhath, de vez en cuando incluso de la homosexualidad, aunque en esos casos lo hacen con sumo cuidado. En las obras para adultos, el tli es como el Hermano Conejo: un individuo listo que engana y descubre a los animales grandes, que son pendencieros e hipocritas, no heroes.

?Entonces yo que era? ?El tli de la vida real, que come basura y vive debajo de las casas? ?El cobarde y criminal de las obras para ninos? ?O el Hermano Conejo? ?Me gustaba alguno de estos papeles?

Gwarha me pregunto por que no estaba furioso. Porque no puedo permitirmelo. El tli no pelea, a menos que este acorralado o enloquecido por la enfermedad.

Me termine el vino, lave el vaso y lo deje junto a los trozos de la copa preferida de Gwarha. Despues me fui a dormir.

No deje la puerta cerrada con llave. Vino a verme a mitad del primer ikun. Yo estaba sentado en la sala principal, tomando una taza de cafe. Gwarha entro vestido con una bata de un material liso y tosco, de color pardo opaco. Ropa corriente. Olia a pelo humedo y su aspecto era deplorable.

—Mira lo que ese insecticida casero me ha dejado de regalo.

Se sento y se froto la cara; luego se masajeo la frente y la zona que rodea las orejas.

—Te crees muy listo —dijo en ingles—. No lo eres.

—?Quieres saber lo que ocurrio anoche? ?O lo recuerdas?

Se froto el cuello.

—Tuve una discusion con Shen Walha.

—Bingo.

—No hagas eso, Nicky.

—?Que?

—Utilizar palabras que no comprendo. Sabe la Diosa que esta manana apenas puedo entender la lengua de Eh y Ahara.

Segui hablando en su lengua nativa y describi todo lo que habia visto la noche anterior.

Cuando conclui, dijo:

—Lo recuerdo casi todo. Tendre que encontrar a alguien que reemplace a Wally.

—Creo que si, aunque tal vez soy parcial y tendrias que encontrarle un cargo nuevo. Es muy bueno. No te interesa que se pase al enemigo, y no quieres castigarlo por hablar honestamente.

—No me digas como ser un principal.

—Si, Primer Defensor.

—Caray, que lio —dijo en ingles.

—?Cuanto hace que ocurre esto?

Me miro desconcertado.

—?Cuantos son los que dicen que los humanos somos animales?

Guardo silencio un instante y luego respondio con cautela.

—Wally no es el unico. Creo que hay muchos que dicen esto… muchos mas de lo que yo creia. Yo soy el Amante del Humano. Hay cosas que no se dicen en mi presencia. Mis parientes del sexo masculino me han contado parte de lo que sucede, pero creo que incluso ellos tienen miedo de contarmelo todo.

»Creo que los rumores aumentan. Muchos hombres creen que las negociaciones van a fracasar. Tendremos que luchar con los humanos, y si ellos no luchan como personas, tendremos que destrozarlos.

Destrozarlos. Cortarlos. Descuartizarlos. Las tres traducciones son posibles. Es una palabra desagradable, llena de violencia, y no se utiliza para describir la forma en que los hombres se tratan entre si.

—?Por que no me has hablado de esto?

—No estoy obligado a decirte todo lo que se.

—Yo pertenezco a esa especie, Ettin Gwarha. Si ellos son animales, entonces yo tambien lo soy.

Volvio a guardar silencio y fijo la vista en la alfombra. Finalmente levanto la cabeza.

—?De que habria servido? Habrias mirado a tus pares, a los hombres con los que vives, y te habrias preguntado: ?Quien dice esto? ?Cual de estas personas piensa que no soy una persona?

—Nada de eso.

Se quedo un rato en silencio, luego se levanto y regreso a sus habitaciones.

Me servi otra taza de cafe y bebi lentamente, pensando en la ultima vez que habia estado en el planeta madre de los hwarhatb, despues de regresar de la fracasada primera ronda de negociaciones con los humanos. En una manana en particular. Me encontraba en los jardines que se extienden entre la grandiosa casa de Ettin Per y el rio, respirando el aire fresco y humedeciendome los pies con el rocio, admirando las llamativas hojas de las plantas ornamentales de Per y el plumaje igualmente llamativo de sus halpa. Los cria por sus huevos, y por su aspecto. Andan por todas partes con paso majestuoso, demasiado pesados y demasiado confiados para volar. Doble una esquina, pasado un arbusto de hojas verdes y escarlata. Habia un tli: redondo y gordo, de pelaje amarillento y anillos blancos en la cola. Estaba destrozando el nido de un halpa. De su hocico chorreaban restos de huevo que cubrian sus garras delanteras. Me detuve. El tli me miro. Durante un instante los dos nos quedamos inmoviles. Despues el se alejo. Me quede mirando los huevos rotos.

Decididamente era el momento de hacer otro viaje al planeta madre. El momento de estar al aire libre, lejos de las interminables luchas por el poder en el perimetro.

Las interminables luchas por el poder en el centro correspondian a las mujeres. En ocasiones Gwarha es

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