continuo. Siempre he pensado que tendria mas sentido que apuntaran hacia fuera. Pero funciona visualmente. Mas alla de las espadas, el tapiz es negro, salpicado de blanco: el espacio y las estrellas. La Hoguera en un Circulo de Espadas. Por lo que se, es el antiguo emblema del Pueblo, aunque es evidente que esta version es relativamente reciente, creada despues de que el Pueblo comprendiera que su mundo —su hoguera— estaba rodeada por la oscuridad. [Si.] Para ellos la imagen tiene una enorme fuerza. A mi siempre me ha parecido… ?como lo diria? Como una pelota hecha con las semillas de una valiosa planta comestible cultivada en el centro de America del Norte, en la Tierra. [?]
Voy al despacho cada dos dias. El general se sienta ante su mesa en silencio y contempla el tapiz. Yo intento sentarme en silencio en la otra silla, aunque pienso mejor cuando me muevo.
Hablamos de las negociaciones, desmenuzandolas, intentando descubrir que estan pensando los humanos, analizando las reacciones de los otros miembros del equipo
Si el general interviene en la discusion —seriamente interesado, reflexivo— entonces es probable que coja un estilete y lo haga girar entre las manos. Es un ademan humano, aunque sus manos son considerablemente distintas: el dedo menique es mucho mas largo que el de un humano y el pulgar tambien es muy largo y delgado. En el dorso de las manos hay pelo como terciopelo gris. Las unas son estrechas, al menos en comparacion con las de los humanos, y gruesas. Si no estan sujetas, empiezan a curvarse hacia abajo, convirtiendose en garras.
Puedo pasar dias y semanas sin verlo realmente y de repente alli esta, real, solido y extrano.
Dije:
—El chico, el soldado humano, me dijo que estaba dispuesto a matarme.
El general espero, con las manos cruzadas.
—Dejaste muy claro que yo tenia que ser una
Me pidio que le explicara la expresion
—Significa que se supone que no van a matarme. Creo que tal vez interpretamos erroneamente el equilibrio de poder entre los diplomaticos y los militares. Ese chico recibe las ordenes de los militares. Si estaba diciendo la verdad, y no parece en absoluto un mentiroso, entonces los militares no escuchan a los diplomaticos.
Parecio irritado.
—?Es que los humanos no pueden hacer nada ordenadamente? ?Por que enviaron dos grupos diferentes de personas para ocuparse de un conjunto de negociaciones? Estamos hablando de la guerra y de las reglas de la guerra. Aqui no deberia haber nadie salvo las personas que saben como y por que luchar.
—En este momento preferiria tratar con diplomaticos. Los soldados me ponen nervioso.
Se quedo mirando el tapiz durante un rato.
—Esto no es suficiente. Me has traido diez palabras, pronunciadas por un mensajero. No sabemos si el hablo acertadamente o si comprendio sus ordenes. No sabemos lo que hay en la mente de los que estan delante de el.
Abri la boca. El levanto una mano.
—No voy a ignorar esta informacion, pero la dejare a un lado. Continuaremos como antes y veremos que ocurre.
Estaba hablando con su voz publica, lo que significaba que la discusion habia terminado. Me levante.
El dijo:
—Averigua algo mas sobre los animales del oceano, los que puede que sean inteligentes.
—No sirven para nada como enemigos. No es probable que desarrollen algun tipo de tecnologia, y sin duda jamas saldran al espacio.
Respondio con un sonido evasivo. Siempre vale la pena buscar nuevos enemigos. [Verdad.]
La base esta en medio de la isla. (Si los
He conocido a algunas de las personas que se ocupan de la accion para el servicio de informacion militar. (No entre los
Personas peligrosas. Comedores de ratas y envenenadores de calcetines. [?] Estan aqui, en este planeta, estoy casi seguro. He visto personas que tienen ese aspecto en los pasillos del recinto diplomatico; y cuando me miran, parecen hambrientos.
Recorri toda la isla. Una buena idea. El viento soplaba, las olas espumaban, y yo hice una buena cantidad de ejercicio.
En un momento dado, en una playa de arena negra, encontre algo que parecia pertenecer al Museo de Historia Natural de Chicago, a una de aquellas encantadoras y polvorientas exposiciones antiguas.
Media cerca de un metro de largo y su cuerpo era estrecho y segmentado, con una cabeza muy ancha en forma de martillo. La maldita cosa salia lentamente del mar, avanzando sobre sus muchas pequenas patas, moviendo la torpe cabeza de un lado a otro, evidentemente cazando. No pude verle la boca ni los ojos.
Me detuve. Paso a mi lado, a pocos centimetros de mis zapatos. Evidentemente, no le interese: no era comestible, ni representaba peligro alguno. Siguio avanzando lentamente sobre la arena negra y humeda, moviendo la cabeza hacia atras y hacia delante. Yo segui mi camino.
Del diario de Sanders Nicholas,
portador de informacion agregado al personal del Primer Defensor Ettin Gwarha
ESCRITO EN CODIGO PARA SER LEIDO SOLO POR ETTIN GWARHA
VII
Por la manana recibio otra llamada de Ray. El hombre parecia cansado y preocupado.
—?Otra vez lo mismo? —pregunto ella.
El asintio.
Ella fue hasta su despacho. La comandante estaba en la misma silla que habia ocupado anteriormente. Esta vez llevaba pendientes plateados: como murcielagos con las alas extendidas, brillantes bajo el sol de la manana.
Anna se sento, se inclino hacia delante y echo otro vistazo.
La comandante dijo:
—Pertenezco a una organizacion que se dedica a la conservacion de los murcielagos.
?De los murcielagos?, penso Anna.
—Son animales utiles e interesantes, y sabe Dios cuantas especies se han extinguido en los ultimos doscientos anos. Le hemos hecho cosas terribles a la Tierra, miembro Perez. —Hizo una pausa y, evidentemente, penso en algo que la enfurecio—. ?Nueve mil millones de personas! ?Como pudimos! —La comandante echo un vistazo a Ray, que se encontraba detras de su impresionante y enorme escritorio como quien se coloca detras de una barricada—. Puedes retirarte, Sab Medawar. Gracias por tu colaboracion.
Ray abrio la boca, la cerro y se puso de pie.
Cuando la puerta se cerro, la comandante miro a Anna.
—Nicholas Sanders fue a buscarla.
—Si.
—?Tiene idea del motivo?
Anna reflexiono un instante.
